Apostillas a una decisión histórica y trascendente

El concejal José Carlos Depetris analizó la importancia de los anuncios que realizó el intendente Luciano di Nápoli y el gobernador Sergio Ziliotto hace una semana. "No pasó desapercibido el detalle de la ausencia de los integrantes de los bloques opositores del Concejo Deliberante", señaló.

 

POR JOSE CARLOS DEPETRIS*

 

A mediados de los años 60, los productores de la cuenca lechera de la región aledaña a Santa Rosa acudieron a la CPE para el salvataje del Centro de Tamberos y le ofrecieron hacerse cargo de la producción y comercialización de la leche en la zona. La decisión en la Cooperativa Popular de Electricidad no estuvo exenta de debates dentro del Consejo de Administración y el área administrativa.

 

El entonces gerente de la CPE, Santiago Marzo, presentó un informe asegurando que "el bien común estaba muy por encima de los números" . Y advertía sobre lo que se iba a padecer en la zona por la falta de leche o por su encarecimiento.

 

"Los números siempre pueden mejorarse", confiaba, siguiendo el mandato del ideario que lo sustentaba y de los pioneros de la entidad que anteriormente había creado la fábrica de hielo y el área de artículos del hogar como herramientas para facilitar el acceso de cocinas, heladeras y demás utillaje doméstico que aportaba calidad de vida y prevención en salud a las familias santarroseñas.

 

La empresa láctea cooperativa, cuyo primer nombre fue "Lácteos Pampa" y luego "Yapay", fue clave también para regular precio, calidad y llegada popular durante las décadas siguientes. A fines de los años 90, como tantas otras empresas ligadas a la producción regional, debió cerrar debido a los embates infames de la década neoliberal. La de Menem y De la Rúa.

 

Mercados municipales.

 

Obviamente, precedido por la desaparición de los tradicionales mercados municipales, donde comercializaban los propios vecinos productores y regulaban los precios. La aparición de las grandes superficies de cadenas empresariales prohijadas por pragmáticos extravíos ideológicos de la política y sustentada por las terribles y definitorias tácticas de exterminio vía libertad de mercado y convertibilidad, configuraron el ukase para las economías regionales.

 

Como cooperativista e integrante de la CPE, y también como hoy circunstancialmente concejal de la ciudad, no podía sustraerme al devaneo con estos precisos recuerdos en la mañana del sábado 17 de septiembre pasado. Estaba en medio de un importante acto en que se estaban sucediendo dos hechos trascendentes: el anuncio de la construcción de las naves del Mercado Concentrador de alimentos, con su correlato de centralidad estratégica para la ciudad y comarca, y también la creación de la empresa municipal "Alimentar Santa Rosa" dotada para la operatividad comercial necesaria a su accionar comunitario.

 

Soberanía.

 

Dos hitos -los señalados- de suma necesidad porque jalonan el basamento del camino a la soberanía alimentaria que urge implementarla como necesidad de las circunstancias actuales de consuno con todo el arco político, como amalgama de su propio acto creativo.

 

Va de suyo saludar y señalar especialmente la visión del gobierno provincial y de la gestión municipal en la decisión de sellar la alianza estratégica con la CPE. Quien cedió y facilitó el uso del mismo predio donde funcionó la -entonces- quijotesca ex planta láctea. En actitud clara y explícita de reafirmación del ideario de cooperación y honrando el compromiso de más de 90 años con la comunidad.

 

A pesar de la magnitud del evento por el espesor de los anuncios y el beneplácito generalizado por los esfuerzos, alcances, proyección e implicancias puesto que no será éste el triunfo político partidario de nadie, sino el beneficio para los que menos tienen y para los que más necesitan, dentro del particular contexto actual de la comunidad en general. Y porque debiera entenderse que trascenderá las administraciones y gestiones de gobiernos de cualquier signo que se sucedan en adelante.

 

Sillas vacías.

 

Empero, no pasó desapercibido el detalle de la ausencia de los integrantes de los bloques opositores del Concejo Deliberante. Las sillas dispuestas para ellos y ellas -con efectiva invitación mediante-, sin embargo lucieron desiertas. Presagiaban encendidos sofismos a los que nos tienen acostumbrados, en un contexto armado con precisión milimétrica en discursos sinuosos, retardatarios en sus alcances y maliciosas propuestas que llegarían más temprano que tarde en la boca de dirigentes de JxC. Desde los perfiles pretendidamente más progres hasta los decididamente cavernícolas. Entre ellos el del inefable ex intendente macriradical Altolaguirre que se manifestó muy fiel a su retahíla de alocados desatinos, por acciones u omisiones. Por sus menguas y por sus excesos.

 

Y por este tenor, la trama de la urdiembre se fue armando en el interbloque de JxC y Tiernismo (ahora novel aliado) y la estrategia fue apelar al caos y la confusión para no dejar expuesto ante la sociedad el fin último, el nervio y motor de la enfermiza máquina de impedir desplegada a lo largo de estos años.

 

Lejos, muy lejos está la OPO (apocope de Oposición y Oportunismo) de comprender las palabras de Santiago Marzo. Lejos, muy lejos, están de la verdadera empatía con la sociedad. Lejos, muy lejos, están de comprender algunas cuestiones. Solo campean flamígeros discursos usados como mascarón de proa para saciar su enfermizo oportunismo, pontificando con el índice en alto cual dioses del Olimpo... devenidos retardatarios y vetustos.

 

* Presidente del bloque de concejales del Frejupa de Santa Rosa.