Miércoles 27 de marzo 2024

Las calles de Santa Rosa como pistas de carrera

Redacción 01/11/2022 - 09.00.hs

El tránsito santarroseño sigue careciendo de orden y de apego -por parte de automovilistas, motociclistas y ciclistas- a las normativas vigentes y todos vemos que de a ratos resulta frenético, cuando no caótico.

 

Se sabe que a partir del 1 de marzo de 2023 comenzará a regir la velocidad de 30 kilómetros como máximo en el casco céntrico -en un rectángulo predeterminado- a modo de prueba en principio para luego en todo caso ir implementándolo en otros sectores.

 

Mientras tanto son pocos los conductores que van asimilando la futura medida, y por el contrario se maneja a velocidades a veces mucho más allá de la prudente y, por cierto, muy por encima de aquella máxima que se piensa para el año venidero.

 

Hay lugares de la ciudad donde la rapidez de circulación es tal que hay que pensar que Dios es santarroseño -ya no sólo argentino como tantas veces se repite-, porque si no hay más accidentes es sólo porque la Providencia juega un papel fundamental.

 

Cualquiera que acierte a andar por Avenida Spinetto podrá advertir que -a cualquier hora- hay piedra libre para los amantes de la velocidad, que todo el tiempo infringe la norma que indica 45 kilómetros por hora para esa arteria. Se ven bólidos que llegan fácilmente a 80 kilómetros y algunos audaces y desconsiderados aún los superan.

 

Que no se produzcan más siniestros allí es nada más que fortuna, una suerte de milagro que habrá que atribuirle a la casualidad. Y nada más que eso.

 

¿Y los controles?

 

Porque no se advierte presencia policial -ni patrulleros ni motoristas-, ni tampoco inspectores municipales que -eso sí- suelen aparecer muy atentos para colocar una oblea en un parabrisas para "avisarle" a alguien que omitió poner la aplicación de estacionamiento, pero no para ordenar lo que hay que controlar. Como por ejemplo los desatinos de conducir un vehículo a alta velocidad sin nada que lo justifique, salvo la desaprensión de quien lo maneja.

 

Por supuesto no es la única arteria que presenta ese problema, porque hay que referirse en primer lugar a la Avenida Perón, y la Ameghino, entre muchas otras. En todas pasa más o menos lo mismo.

 

Hace algunos días advertíamos desde estas columnas que volvieron las picadas de motos -ya no solamente en la madrugada, como solía suceder-, sino también en los atardeceres. Muchas veces los vecinos que se instalan a tomar mate cerca de la rotonda del Avión tienen que aguantar el ruido de los motores exigidos a lo máximo que da la moto, o la motito porque también hay muchas de pequeñas cilindradas que arman bastante lío.

 

Rara vez un patrullero se acerca por allí -aún cuando se los ha convocado telefónicamente-, pero en cuanto aparecen no queda nadie de los revoltosos.

 

Controles escasos.

 

En las últimas semanas las redes sociales -sobre todo después de una nota aparecida en este diario- se hicieron eco de la situación. Muchos marcaban la diferencia entre los controles que se ejercen sobre quienes utilizan sus motos para trabajar, y la nula vigilancia para los que directamente están infringiendo una ley. Porque hay que insistir, las picadas dejaron de ser una infracción para transformarse desde 2008 en un delito tipificado como tal en el artículo 193 bis del Código Penal.

 

La directora de Tránsito de la municipalidad de Santa Rosa, Guillermina Castro, admitió que cuando se acerca el verano hay más presencia de motos en las calles, y advirtió que en el caso de las picadas -muchas se realizan fuera del ejido santarroseño- cuando son en la ciudad debieran ser abortadas con la colaboración de la Policía. "Estamos trabajando con dispositivos móviles -sostuvo, máxime teniendo en cuenta precisamente la cuestión climática y la mayor presencia de motociclistas".

 

Obviamente hay que tener en cuenta que se necesita bastante personal para esa tarea, que excede al trabajo habitual de los agentes de tránsito.

 

Con respecto a la velocidad máxima en el casco céntrico, dijo lo que ya se sabe: que será a partir del 1 de marzo de 2023, que "por supuesto se trata de hábitos culturales" que se deben modificar -manejar por encima de 30 kilómetros-, y es un proceso: primero la norma, hacer entender de la obligatoriedad y que es una disposición de orden general.

 

Y por cierto la directora no deja de tener razón en la cuestión del hábito cultural: cuando se puso el acento en la necesidad del casco en el caso de las motos, de a poco se entendió que no se podía circular sin ese elemento. Lo mismo pasó con los cinturones de seguridad que hoy ya nadie deja de utilizar.

 

Pistas de carrera.

 

Habrá que trabajar de la misma manera con respecto a la velocidad y controlar en los lugares donde se circula a altas velocidades -del estadio de fútbol de All Boys hasta el Avión es una verdadera pista de carreras-, sancionando como corresponde a los irresponsables.

 

Lo mismo hay que hacer con conductores -ni los ciclistas dejan de hacerlo- que manejan utilizando sus celulares. Y se sabe lo peligroso que es que eso suceda. Se necesitan campañas, de manera urgente, para acabar con esa nociva costumbre.

 

Evidentemente la Dirección de Tránsito tiene por delante una ímproba tarea. Porque también se presenta ahora el problema de las motos que en bandadas andan por las calles céntricas, atronando con sus motores que producen explosiones como una gracia que no resulta precisamente simpática al vecindario.

 

También las bicis.

 

Y por si fuera poco hay que sumar los pibes que en sus bicicletas van por las veredas, sin importarle que debiera ser dominio del peatón, y que cada tanto saltan a la calle para de manera desafiante circular a contramano de los autos y en sentido contrario al que la arteria pudiera tener.

 

Evidentemente la repartición tiene por delante una muy difícil función, pero deberá ir avanzando para mejorar un escenario que hoy se presenta anárquico y caótico.

 

Pero primero lo primero: hay que terminar con las altas velocidades en las arterias más transitadas de la ciudad. Es lo que está esperando -y mirando qué se hace- un buen sector de la sociedad.

 

' '

¿Querés recibir notificaciones de alertas?