Miércoles 17 de abril 2024

Malvinas: un encuentro a pura emoción

Redacción 03/11/2022 - 10.07.hs

A 40 años de la Guerra de Malvinas, hubo por estas horas un encuentro de un sobreviviente del ARA General Belgrano y uno de los tripulantes del avión desde el que vieron las balsas en medio del océano.

 

MARIO VEGA

 

"Volábamos a unos 50 metros sobre el mar. Tan bajo que hasta las olas llegaban a salpicar la cabina del avión... Éramos diez tripulantes que buscábamos las balsas... En un momento dado el comandante nos dijo que quedaba poco combustible, y si queríamos regresar; y la respuesta fue: ¡Seguimos!... Unánime. Todos quisimos seguir". El veterano de guerra levanta su puño derecho cerrado y repite: "¡Seguimos!. Nadie quiso volver a la base", evoca el momento y levanta el puño de su mano derecha cerrado mientras sus ojos se humedecen.

 

Enorme abrazo.

 

Hacía apenas unos minutos que Miguel Ángel Noel (72) -tripulante de aquella aeronave- se había encontrado con Gustavo Díaz, uno de los marinos rescatados de la balsa 55 que flotaba en el océano Atlántico después que el submarino inglés hundiera al crucero General Belgrano, y se habían fundido en un enorme abrazo. La emoción a flor de piel, las lágrimas incontenibles de los dos, y la presencia en silencio y respetuosa de un puñado de personas que aparecían como testigos de la escena.

 

"¡Me salvaste!"

 

"¡Miguelito... me salvaste la vida!", expresó sin dudar Gustavo, como si lo conociera desde siempre. "Y en realidad era la primera vez que nos veíamos... cuando sobrevolábamos las balsas qué iba a saber yo que él estaba ahí dentro. Fue muy fuerte, un abrazo que me conmovió hasta las lágrimas", explica Miguel.

 

Ese viernes, en lo de Alberto Tarquini, en Villa Alonso Norte -Miguel Noel y su compañera Dora, su cuñada Norma Alicia; el dueño de casa y Graciela su esposa, también su hijo Enzo; y naturalmente Gustavo-; compartieron un asado y departieron hasta la madrugada. A pura emoción.

 

Cosas del destino.

 

Era una evocación de sucesos hilvanados de tal forma como si se tratara de una película... eran recuerdos de la Guerra que les tocó protagonizar. El destino los puso en un momento dado a cientos de metros de distancia -uno desde el aire, y el otro en una barca que giraba ante el embate de las olas-, y que ahora los tenía mano a mano. "¡Cómo no me voy a emocionar... pasaron tantas cosas! ¡Y ahora estábamos ahí, abrazándonos", agrega Noel.

 

Visitando ex combatientes.

 

Se trató de un encuentro único, extraordinario, maravilloso. Eran dos protagonistas de una conflagración que jamás habían imaginado. Los dos héroes de la Guerra de Malvinas se encontraron hace un par de días aquí, en Santa Rosa. Miguel, hoy viviendo en Monte Hermoso, había llegado en una recorrida que realizará a distintas ciudades -pero además porque su esposa, Dora Olguín, aunque nacida en Victorica, tiene familiares en la capital pampeana-, para visitar a ex combatientes.

 

Divisando las balsas.

 

Y cuenta Miguel sobre aquel 4 de abril de 1982: "El avión era un Neptune 2P 111 de reconocimiento... Yo era Suboficial 2º (se retiraría con el máximo cargo de Suboficial Mayor de la Armada) y me desempeñaba como mecánico ayudante... De pronto el hombre ubicado en la posición de 'vigía' pegó el grito: ¡Balsas!". Y la tripulación se agolpó para ver ese 'corchito' que subía y bajaba entre las olas".

 

Y narra emocionado el hombre -"no puedo contener mis lágrimas cada vez que lo cuento", admite-, que en un momento "mientras el avión daba vueltas veíamos algunas balsas y queríamos seguir para encontrar más y dar su posición a los barcos de rescate que andaban por la zona".

 

El rescate.

 

Han transcurrido nada menos que 40 años de todo aquello que nos mantuvo en vilo mientras las acciones transcurrían, y aún las heridas no cerraron.

 

Porque hubo muchos marinos argentinos que quedaron en una sepultura de agua y sus cuerpos nunca más pudieron ser rescatados. Pero la oportuna y valiente acción de los tripulantes de aquel Neptune salvó la vida de cientos... "Quedó registrado que fue el rescate en que más vidas se salvaron, porque cuando pasó lo del Titanic sobrevivieron 707 personas...", sostiene Miguel.

 

Dedicado a Malvinizar.

 

Ya retirado, Miguel vive en Monte Hermoso, en un lugar que tiene transformado casi en un museo, ubicado cerca del camping "Americano", y que ha denominado "El rincón del encuentro". Dedica su tiempo "a Malvinizar, porque todos tienen que saber qué fue aquello, y por eso doy charlas en los colegios, me junto con ex combatientes, y en mi casa recibo a quien quiera ir...", invita.

 

Padre de tres hijos, tiene siete nietos y cuatro bisnietos... Y vaya si Miguel tendrá historias para contarles.

 

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