Tres canillitas están de cumpleaños
Son amigos de verse durante años –décadas en realidad-, de encontrarse amaneciendo cada día para retirar los diarios recién impresos y salir luego a
repartirlos por la ciudad. Ellos, desde hace mucho, cada 7 de junio celebran juntos su cumpleaños. Sí, precisamente hoy. Fasulo cumple 78 años; Francisco Pablo Vitale 68; y Rubén Horacio Rojas es el menor de los tres y llega a los 62.
Pero esta vez se da una circunstancia especial. Uno de esos tres personajes, canillitas todos, está albergado desde la semana anterior en el Asilo de Ancianos de Santa Rosa.
De visita.
Ayer Lidia Cejas (titular del kiosco ubicado en la esquina de Luro y Corrientes frente a la Terminal); Rubén Horacio Rojas (el que anda con su motito y una caja metálica detrás), y Francisco Vitale (“Pajarito” para todos), se acercaron al Hogar de Ancianos ubicado en Don Bosco esquina Mitre para saludar a Fasulo. Pero casi podría decirse lo hicieron para la foto, porque hoy mismo volverán con tortas y chocolate para celebrar el cumpleaños de los tres hombres… Lidia es una buena amiga de todos que siempre está presente.
Ya hemos publicado notas de cada uno de ellos, a su manera personajes de la ciudad.
Fasulo, el más antiguo.
Fasulo Rodríguez ha sido uno de los más antiguos en el oficio del que se retiró no hace tanto después de un accidente doméstico: en su propia casa tropezó y sufrió una caída y eso le produjo una lesión ósea. Por eso desde marzo de 2022 su figura robusta sobre la antigua bicicleta dejó de ser parte de una postal de la ciudad. Desde entonces Carlos Alberto Rodríguez, Fasulo, dejó de recorrer las calles y de distribuir los diarios que cotidianamente dejaba en distintos domicilios.
En el Asilo.
Desde el fallecimiento de su esposa -María Luisa Ruhl-, acaecido hace una decena de años, Fasulo vivía solo en su casa de calle Salta, a metros de la esquina con Neuquén. Como se sabe tiene dos hijos ya grandes -Juan Carlos y Roberto Darío, médicos ambos-, que conformaron sus propias familias y viven uno en Toay y el otro en General Pico.
La semana anterior se descompensó en su casa y advertido por un vecino llegó un servicio médico de Salud que lo asistió. Así las cosas sus hijos -con la anuencia del propio Fasulo-, decidieron que en el Hogar de Ancianos iba a ser el mejor lugar para sentirse cuidado y acompañado. Y se integró sin problemas, aunque diera la impresión de que íntimamente está pensando en regresar a su casa de la calle Salta.
Vendedor de todo.
Rodríguez fue canillita nada menos que 68 años. “Empecé a vender diarios cuando tenía nada más que 6”, explica; pero también ha sido de alguna manera el más conocido. Porque no sólo vendía los diarios por las mañanas –¡”El diario con la explosión”!, solía entrar voceando en las confiterías (obviamente no había explosión)-; sino que andaba todo el día, y por las noches era común verlo entrar a un restaurante a ofrecerles revistas a los comensales. Y si pintaba también algún billete de Lotería… “Tres veces vendí la grande en Santa Rosa”, sabía alardear.
Enamorado del oficio.
Francisco Pablo Vitale es el más inquieto -insoportable hincha de Boca-, cuenta que lleva en el oficio “fácil más de 30 años… Antes de hacer esto trabajé en las distribuidoras de Pellizari y Arcor, que vendían golosinas!”.
Después se enamoró del oficio de canilla, porque “me ha permitido estar en contacto con la gente… si habremos andado, todo el día en la calle, a ‘pata’, en bicicleta o lo que sea... De verdad me gusta mucho este trabajo”.
Tiene dos hijos, Natalia y Sebastián; y nietos que seguramente, al margen del festejo con Fasulo y Rubén, lo agasajarán hoy como corresponde.
Un tipo solidario.
Por su parte Rubén Rojas también es de los que andan todo el día, “vendiendo y sobre todo atendiendo clientes fijos”, señala.
Antes de vender diarios “era tipógrafo… muchos años me dediqué a la imprenta gráfica”, apunta.
Es papá de Maxi, Nelly y Milton, y abuelo de Bianca, y tiene siempre un trato amable y servicial. Con disposición permanente para ofrecer una mano a quien lo necesite.
Le gusta decir que es “fanático del más grande… ¡sí, de River!, qué otro va a ser”, enfatiza mirando a “Pajarito” Vitale, el hincha de Boca.
Pero además Rubén tiene otra faceta que no todos conocen: “Me gusta muchísimo la música”, y quienes lo han escuchado dicen que canta muy bien.
Emblemáticos personajes.
Los que llegaban de afuera le hacían conocer a Fasulo que muchos preguntan por él en la calle, y le acercaban el saludo de mucha gente, como Carlos González (ex juez); el cura Juan Cipolla; la gente que trabaja en “Casa Negrín”; la de la Carnicería “El Niet@”; Lito y Daniela de “Casa Mareque”. Y tantos más. La sonrisa de “Fasulo” al escuchar decía de la satisfacción que le daba que lo recuerden de buena manera.
Hoy “Pajarito” y Rubén entregarán los diarios, y por la tarde llegarán junto a Lidia Cejas a visitar otra vez a Fasulo. Esta vez con tortas, mate y chocolate humeante…
Son, o han sido, emblemáticos caminantes de la ciudad. Cumplen años y como otras veces lo festejarán juntos. (M.V.)
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