¿42 millones para esto?
La obra fue adjudicada a la empresa Jubete, que tendría previsto construir el obrador para el acopio de materiales en cercanías del acceso oeste a Trenel, en un predio que perteneció al Tiro Federal. A pesar de los anuncios oficiales sobre la inminente concreción de la pavimentación y ensanche de la ruta nada de eso ha sucedido. Por el contrario, la carretera sigue sumando baches y pozos cada vez más pronunciados, que obligan a los conductores a cruzarse de carril para poder avanzar.
La medida adoptada en las últimas horas pone en evidencias las dificultades para comenzar los trabajos, cuya fecha de iniciación se había anunciado para mayo, tras un eterno proceso licitatorio, durante el cual la ruta se siguió desmejorando hasta destruirse en varios kilómetros. El gobierno provincial afronta además otra realidad: el tramo de la ruta 4 que va desde la rotonda ubicada en la ruta nacional 35 hacia Arata, Caleufú y Pichi Huinca está en pésimo estado y lleno de baches.
La adjudicación de la obra a la empresa de Omar Angel Jubete se conoció en marzo tras la presentación de las ofertas y el análisis de cada propuesta vial. La licitación lleva el número 06/11 porque su convocatoria original data de principios del año pasado. A Jubete se le preadjudicó la obra tras la segunda convocatoria. Entre una y otra, la cotización oficial subió en un 36 por ciento.
La obra comprende la repavimentación de 45 kilómetros de ruta entre General Pico y el cruce con la ruta 35, e incluye el acceso oeste a Trenel. El presupuesto oficial para el segundo llamado fue de 42.794.000 pesos.
Peligrosa.
La preadjudicación llegó un año y dos meses después del primer llamado a licitación. Mientras tanto la ruta se siguió estropeando, hasta límites muy peligrosos para la circulación. Aquella primera convocatoria se hizo a principios de 2011 y tenía un presupuesto oficial de 29.051.000 pesos.
Tres empresas compraron los pliegos para la obra: Jubete, Vial Agro y la UTE entre Lo Bruno Estructuras y Ribeiro -esta UTE también se presentó en el segundo llamado, pero fue eliminada por no cumplir con los requisitos del primer sobre-.
Aquel primer llamado quedó desierto porque, pese a adquirir los pliegos licitatorios, ninguna de las tres firmas presentó propuestas. Unos días después, el titular de la DPV justificó esta falta de ofertas en un exceso de trabajo por parte de las empresas constructoras.
La situación obligó a una nueva licitación, que derivó en la adjudicación a Jubete de la obra. La empresa, además, estaba terminando de pavimentar algunas cuadras de la localidad de Trenel, trabajos que también se extendieron en el tiempo por meses, a pesar de los anuncios y promesas de finalización.
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