Domingo 06 de agosto 2023

«La mitad de los argentinos ya no puede comer carne»

Redaccion 19/05/2021 - 21.11.hs

El empresario Alberto Samid, dueño de la cadena de carnicerías La Lonja y de la cadena de comida rápida MacRey, dijo que lo positivo de la medida del presidente Alberto Fernández de cerrar por un mes las exportaciones de carne es «no seguir como veníamos». El ex diputado provincial bonaerense y ex asesor del presidente Carlos Menem en los noventa, sostuvo que quizá los precios no bajen en lo inmediato pero que seguramente no iban a seguir subiendo, como venían ocurriendo semana tras semana.
«Lo que es positivo es no seguir como veníamos. ¿Qué estaba pasando? Estamos vendiendo lo que no tenemos: un millón de toneladas de carne a los chinos. Y los chinos quieren más, quieren dos millones, porque tienen un poder de compra extraordinario. Nosotros no podemos vender un millón porque no tenemos, porque así le sacamos la comida a los argentinos. ¿No ven que estamos ya con 40 kilos nosotros? Y no queda más carne para nosotros por los valores, porque el 50% de los argentinos ya no pueden comprar carne. Un novillo no puede valer 100 mil pesos con lo que gana la gente acá. O aumentamos los sueldos o bajamos los precios de los alimentos», explicó entrevistado por La Campana, en Radio Noticias 99.5.

 

-Los precios están muy altos.
-No es solamente la carne, todo vale un huevo (sic). En un gobierno peronista no puede valer la comida lo que vale ahora. Nosotros somos peronistas y venimos a ayudar a la gente. Perón decía que un obrero tenía que ganar por cada hora que trabaja un kilo de carne. Hoy está trabajando un obrero por un kilo y medio de carne. Los chinos se llevan todo. Tener un cliente que compre todo es bárbaro, pero le tenemos que vender lo que sobra, no lo nuestro. No puede ser que los exportadores nos digan: «Nosotros les vamos a dejar a ustedes tanto para el consumo interno». No. El gobierno le tiene que decir a los exportadores: «Nosotros vamos a atender el mercado interno, de manera razonable, de acuerdo a lo que gana la gente, y el resto lo vamos a exportar». Y si queremos exportar más, produzcamos más. Con el país que tenemos podemos producir diez veces más. Pongamos a la gente que no tiene trabajo a producir alimentos para los chinos. Los chinos son una locomotora. Son el único país al que le fue bárbaro. No tienen muertos, no tienen enfermos, ganaron fortuna con esta pandemia. Vos les vendés cinco contenedores y ellos quieren 50, todo lo que le vendés es poco para ellos. Tal es la presión que ejercen los chinos, que la carne aumenta todas las semanas. ¿Hasta dónde vamos a llegar? Hoy vale 100 mil pesos un novillo, mañana va a valer 200 mil. Si seguíamos en este mismo camino sin intervenir, sin hacer nada, le puedo asegurar que antes de fin de año los argentinos íbamos a comprar la carne por gramos, como se vende el jamón cocido.
-No estamos lejos de eso.
-No, para nada, si el 50% de la gente no puede comprar carne. Con los sueldos que ganan acá no pueden comer carne.
-Los productores y los exportadores se están quejando fuerte por esta decisión del presidente.
-Los exportadores tienen que dar explicaciones. Con la llegada de Macri se incrementaron cuatro veces las exportaciones. Vendíamos un 6 ó 7 % y terminamos vendiendo 30 por ciento. Sin embargo, los dólares que entraron eran la misma cantidad que cuando exportábamos un tercio. ¿Qué hicieron los frigoríficos? Le vendían al chino, a través de una empresa que tenían allá, a 3 mil dólares la tonelada, y después esa empresa la facturaba al chino a 7 mil dólares. Había 4 mil dólares que quedaban afuera. Y los más audaces, habilitaron matrículas truchas, con gente insolvente, que vendía la carne y jamás ingresaron un solo peso. Entonces, primero tienen que dar explicaciones a ver qué se hizo con la plata, porque todo el sacrificio que hizo el pueblo argentino para no comer carne fue para que cuatro vivos llenaran sus arcas en Suiza con dólares. Esto fue lo que pasó, no es un invento mío. Se está investigando ahora. Si no fíjense la cantidad de dólares que entraron estos últimos años, a diferencia de cuando exportábamos la misma cantidad. Entonces, primero tienen que dar explicaciones, a ver quién hizo las cosas bien y quién no, y después tiene que haber un cupo de exportación. Si los argentinos consumimos 10 kilos de carne y sobran 4, que esos 4 se lo dividan los frigoríficos de exportación. Y que no haya más matrículas con gente insolvente que venda, sino que los mismos frigoríficos sean los que tengan el cupo de exportación.
-En el Mercado de Liniers, después de la medida que tomó el gobierno nacional, se informó que la carne había aumentado un 30 por ciento.
-Mire, hay que ordenar el mercado. Acá hay dos criterios: hay uno de una cantidad de argentinos que dicen que primero están los de afuera, y luego está el otro, de que primero estamos nosotros y que lo que sobra es para los de afuera. Yo estoy parado en la vereda de que primero estamos nosotros, como hace el mundo. Los países centrales se vacunan primero ellos y después ven si quedan vacunas para nosotros. Acá hay un criterio «de miércoles», de un sector de la sociedad, que dice que primero están los de afuera. Y nos quieren dar los cortes populares. ¿Sabe qué son los cortes populares? El rechazo, lo que no quieren los de afuera. La carne tiene 24 cortes. Nos quieren dar diez o doce cortes que son los que no comen los de afuera. Nosotros tenemos que comer eso. Yo tengo tres generaciones en el negocio de la carne. Acá ya nos pasó en 1910 con los ingleses, cuando teníamos 70 millones de cabezas de ganado y éramos 11 millones de habitantes. Cuando los obreros pidieron un poco de carne, vinieron de Inglaterra y les dijeron que tenían que comer las achuras. Los gringos no comen las achuras: si usted les sirve un riñón, un chinchulín, se lo escupen en la cara. Está bien lo que hace el gobierno. No sé si va a bajar la carne con esto que están haciendo, lo que sí estoy seguro es que no va a seguir subiendo.

 

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