Sabado 15 de julio 2023

Dique Casa de Piedra

Redacción Avances 25/07/2021 - 10.32.hs

A 60 años de su primer trabajo cartográfico, con nada más ni nada menos que Edgar Morisoli a cargo, el autor rememora ese momento y detalla cómo fue la labor para el anteproyecto del dique Casa de Piedra.

 

Mateo *

 

El horario de entrada a las oficinas era un tanto atípico, a las 8 de la mañana, con un receso para almorzar a las 10.30 horas. Entrábamos nuevamente a las 12, y a las 18.30 terminábamos el día laboral, como el resto de la administración pública provincial. Además, trabajábamos los sábados medio día. Era en una casa grande y antigua, tipo chorizo, reciclada, en la Avenida San Martín, frente a la conocida Casa Gómez Rouco.
Me adjudicaron un tablero de dibujo nuevo, muy difícil y duro para manipular y poder ponerlo en la posición correcta, sus contrapesos eran pesadísimos. Se trataba de mi primer trabajo, me lo había solicitado uno de los directores de la Comisión Técnica del Río Colorado, el agrimensor Edgar Morisoli. Todo era nuevo para mí, desde la sólida regla de acero de 1 metro de largo, hasta el escalímetro, que indicaba las distintas escalas con precisión milimétrica. Tenía la ventaja de contar con la comprensión e inestimable ayuda, muy solidaria, del equipo experimentado de dibujantes técnicos. Con mi amigo Aquiles nos habíamos sumado para completar el gabinete, desbordado de trabajo por esa época.

 

Un trabajo de precisión.
Debía trazar un sistema de coordenadas, para luego, volcar los datos contenidos en una libreta negra, tipo “almacenero”, que contenía una taquimetría que había sido realizada por el topógrafo Juan Carlo Vita. Esta labor se hacía sobre papel canson, de alta calidad. Luego de marcar el lugar exacto, con la cota precisa de cada punto, anotado por el topógrafo, se trazaban las curvas de nivel, que indicaban, cartográficamente, las formas del terreno. Una vez finalizado, se realizaba un calco en papel transparente, con tiralíneas, plumín y utilizando tinta china, que posteriormente permitiera sacar copias heliográficas, las que hicieran falta. Este mecanismo se usó durante el casi medio siglo que duró mi vida laboral. Fue un trabajo que me llevó varias jornadas, era monitoreado por Edgar varias veces al día, con rostro adusto y escalímetro en mano. Ya hace tiempo que fue superada la cartografía artesanal, reemplazada por cada vez más modernas computadoras, y todos los sistemas digitales, imágenes satelitales, GPS, etc.

 

Casa de Piedra.
En estos días de comienzos del frío mes de julio, se están cumpliendo 60 años. En una época que las oficinas eran calefaccionadas con antiguas estufas de velas cerámicas, a bomba, alimentadas por kerosene. Y ronda en la memoria nostalgiosa, lo que fue mi primer trabajo cartográfico. Este plano se caratuló: Anteproyecto del Trazado Tentativo del Eje del Dique-Embalse “Casa de Piedra”.

 

  • Colaborador
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