La Justicia en el ojo del huracán
La justicia ha concentrado sobre sí la atención de los pampeanos. Y no sin razón. En un saludable gesto que los reivindica y diferencia de sus antecesores, los actuales miembros del Superior Tribunal de Justicia han comenzado a auditar el desempeño de jueces y camaristas y así habrían podido detectar graves falencias en algunos de ellos. Esta tarea pudo comenzar a realizarse a partir de una modificación a la Ley Orgánica del Poder Judicial realizada el año pasado que habilitó al STJ a implementar tan oportunas auditorias.
Por el momento se ha conocido que un juez, jubilado hace un año, habría incurrido en numerosas faltas en su trabajo. Al parecer, serían de tal gravedad que el máximo organismo judicial encomendó la investigación a un fiscal ante la presunción de que algunas de ellas podrían configurar delitos de acción pública.
En la Cámara en lo Criminal 1 también se habrían detectado notables falencias como excesiva morosidad en la tramitación de centenares de causas, las que estarían paralizadas durante años sin registrar un mínimo avance. Como en el caso anterior, la investigación también recayó en un fiscal.
Por si no bastara con la gravedad de estas preocupantes revelaciones ahí está el caso del camarista piquense que el gobernador postuló para ocupar una vacante en, nada menos, el Superior Tribunal. En los últimos días se conoció una extensa lista de imputaciones que pesan sobre el magistrado, situación que debería hacer recapacitar a quienes lo han postulado y a los diputados que deberán tratar su pliego. Este diario publicó un extenso informe que revela constantes llamados de atención y reproches del máximo tribunal al desempeño de la cámara que integra el candidato. Apenas horas después se dio a conocer que firmó una sentencia que reproducía, sin citar, párrafos íntegros de otra resolución judicial. Lo que en términos corrientes se denomina plagio.
Es, como se dijo, reconfortante que las máximas autoridades del Poder Judicial pampeano hayan decidido comenzar a auditar el desempeño de los magistrados. Es una deuda que desde hace mucho tiempo se le venía señalando a la justicia. Este diario ha publicado inifinidad de cartas de detenidos en los dos penales santarroseños que han reclamado insistentemente por las pronunciadas demoras en resolver sus situaciones procesales mientras están privados de su libertad. Quienes creían ver en esos planteos meras quejas injustificadas por parte de quienes ya no tienen nada que perder porque están tras las rejas, hoy advierten que las groseras irregularidades -y hasta delitos- que hasta el momento habrían detectado estas inspecciones tornan creíbles esas voces de alarma lanzadas por los que están padeciendo los engranajes atascados de una insensible burocracia tribunalicia.
Tampoco puede desconocerse que desde el propio seno del Poder Judicial se han escuchado voces -siempre muy cautelosas- que hablan del escaso apego al trabajo que suelen demostrar algunos magistrados. Estas amargas quejas no dejan de recordar los altos sueldos que cobran los jueces, los más voluminosos de la administración pública pampeana, y hasta el irritante privilegio de no pagar el Impuesto a las Ganancias.
Si todos los ciudadanos son iguales ante la ley, como dice la Constitución Nacional, todos deben rendir cuentas de su desempeño, especialmente aquéllos que cumplen funciones en el Estado y sus retribuciones son pagadas con dineros públicos. Estas auditorías deberán continuar para establecer -o deslindar- responsabilidades a fin de que los pampeanos conozcan cómo cumplen con su trabajo los miembros del Poder Judicial. Como acertadamente dijo un ministro del STJ, no es una caza de brujas y nadie debe sentirse molesto.
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