Difíciles caminos de de la gestión política
Señor Director:
El pasado miércoles 5 la cámara de Diputados pudo dar sanción final al proyecto de ley llamado de fertilización asistida.
Es una ley que satisface el pedido de numerosas parejas que padecen alguna forma de infertilidad, la cual les impide tener hijos propios. Hay solución médica, pero es muy costosa y esto excluye a la mayoría de los necesitados. Ahora todo mayor de edad con problemas de reproducción podrá acceder al tratamiento por sus obras sociales y prepagas. Una legisladora dijo que una de cada seis personas tiene problemas de este tipo. El gobierno nacional deberá ocuparse de capacitar a profesionales y de hacer difusión de la nueva ley. Lo singular de esta norma es que el voto en Diputados sumó 204 aprobaciones, un único rechazo y escasas abstenciones. La ley fue anticipada en el mensaje anual de la presidenta. Una gestión política eficaz limó diferencias, incorporó modificaciones al proyecto por considerárselas mejoradoras y dejó una sensación diferente en los legisladores y en la gente. Se había ampliado el campo del derecho, en el sentido democrático de igualar las opciones de todos.
Otras leyes que buscan ampliar el espacio de los derechos, o sea que responden al mismo propósito inclusivo de su aplicación, tienen un trámite más trabajoso y, con frecuencia, más pasional. Y existen proyectos legislativos que muestran otro aspecto de la política, que luce menos transparente o irreprochable. Tal el caso de la reciente ley de blanqueo, atacada desde la oposición con diferentes argumentos, entre los cuales se destacó el reproche fundado en que una ley de este tipo beneficia a los que eluden el cumplimiento de una o más normas legales y, a la vez, castiga o desanima a quienes satisfacen sus obligaciones en los tiempos normales. La motivación de tal objeción tiene su lado hipócrita puesto que es raro el partido que no ha dispuesto blanqueo en cualquiera de los niveles de la administración: nacional, provincial, municipal. Y se vuelve contra quienes la formulan, como un bumerán. Además, ni siquiera es política porque se aparta de la idea de que la política es procedimiento para resolver el conflicto. Además, presume ignorar o ignora realmente cómo es la sociedad humana, que nunca es la construcción ideal, siempre es proyecto, horizonte hacia el que tratamos de avanzar. De modo que en la sociedad tal como es siempre hay tramposos, morosos, evasores, ventajeros, aparte de que las formas de organización nunca son perfectas ni los controles son igualmente eficaces. Incluso se haría difícil encontrar un número importante de personas que nunca hayan evadido una obligación. Venimos de otra matriz y hacemos un esfuerzo consciente por crear las condiciones para una conducta más solidaria. La política no puede ignorar esto, no puede ignorar su propia razón de ser, puesto que si no existiese conflicto no habría necesidad de gestión política. Un razonamiento semejante puede hacerse ante la reciente decisión de la Corte Suprema de Justicia al dejar sin efecto una cautelar que paralizaba de hecho la posibilidad de desenvolvimiento de una filial argentina de la multinacional Chevron. El propio poder ejecutivo no había dicho palabra directa sobre el caso, pero notoriamente no objetó que se anulase esa cautelar, aun a pesar de que así generaba una molestia en Ecuador, donde se persigue a otra filial de Chevron por daño ambiental, siendo éste el motivo del embargo que motivó la cautelar argentina. Sucede que acelerar la producción de shale oil en Vaca Muerta, Neuquén, es un asunto crítico para el país, que procura recuperar el autoabastecimiento de ese combustible cuanto antes y la filial argentina de esa empresa propone realizar una fuerte inversión.
El tema político es apasionante. En ciertas circunstancias la política se mueve entre una realidad indiferente y un horizonte de superación.
Atentamente:
JOTAVE
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