Domingo 06 de julio 2025

Megaevasión en el campo

Redacción 31/07/2013 - 05.06.hs

Corroborando el viejo dicho de que "en todas partes se cuecen habas", los pasados días han puesto en evidencia que con relación a la evasión fiscal también se cocinan, y en gran cantidad, en un sector tradicional del país como es el de la comercialización de granos. Operativos de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) permitieron en las dos últimas semanas que quedara al descubierto una impresionante megaevasión en el área, más destacada y sensible por las tirantes relaciones que las entidades agrarias mantienen con el gobierno nacional.
Pero ocurre que en los casos descubiertos no hay lugar a la queja ni al descargo. Los técnicos del organismo recaudador, actuando en el marco del operativo "Cosecha gruesa de granos", detectaron una diferencia de trescientas mil toneladas en la existencia de cereales, con una evasión cercana a los ciento cuarenta millones de pesos; esto tras fiscalizar una superficie utilizada de más de medio millón de hectáreas. Que la intención era estafar al Estado queda en evidencia por el hecho de que se reveló la existencia de más de tres centenares de "productores" que no sólo carecen de tierras sino también de capacidad productiva alguna. La maniobra incluía la confección de miles de cartas de porte indebidas y la detección de dos millones de toneladas de granos cuyo destino de comercialización sería el circuito marginal, con el secuestro directo de treinta mil toneladas de cereal.
Estas acciones, ciertamente impresionantes, se suman a las decenas de allanamientos que se efectuaran en los meses anteriores a entidades cerealeras por existencias no declarados, sospechosas de crear firmas fantasmas para ingresar granos no registrados en el circuito legal. En la oportunidad se habían detectado también miles de toneladas de soja sin declarar.
Estos hechos permiten la comprobación de algunos aspectos interesantes. El primero, y más evidente, es que más allá de sus reiteradas manifestaciones de patriotismo, en el ámbito comercial agrario existe un enorme circuito ilegal, cuyas acciones se miden en miles de toneladas y centenares de millones de pesos. La red es tan grande como para incluir trasportes que se mueven subrepticiamente y falsificación de documentos. Semejantes actitudes ponen en blanco sobre negro hechos de corte similar, como las maniobras que provocaron recientemente un abrupto aumento en el precio del pan ante una -promovida- escasez de trigo.
La otra comprobación es que el ámbito geográfico de estos fraudes al fisco es mayoritariamente la llanura húmeda argentina, con su tradicional esquema conservador que considera intocable a la actividad que en ella se desarrolla. Nuestra provincia no es ajena al fenómeno y aquí también se han decomisado cargamentos de granos "flojo de papeles", como periódicamente se registra en la crónica periodística. Pero además quedó en evidencia que la red incluye conexiones internacionales con países limítrofes.
También es interesante señalar la puesta al día que ha hecho el organismo recaudador en sus cuerpos de inspección, incorporando tecnología satelital de última generación y cruzándola con redes informáticas actualizadas, elementos estos que dan sólidos respaldos a las imputaciones, tanto que las habituales voces que suelen hablar de atropellos y ataques "al campo que es como decir la patria", han incurrido en un llamativo silencio.
Lo cierto es que la AFIP parece estar pasando un rasero igualitario con ojos abiertos a toda actividad y sin privilegios para nadie. Eso es positivo, porque el incumplimiento de la ley -penal, tributaria, etc.- debe detectarse y penarse; pues fortalece en el ciudadano común la a menudo tan bastardeada idea de la igualdad.

 


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