Martes 23 de abril 2024

Ausencia que se agranda y un sueño que se achica

Redacción 30/10/2022 - 16.45.hs

Hace pocos días se dio en el fútbol argentino una situación de la que todavía hoy se sigue debatiendo. La sanción de un penal en un partido definitorio, la particular decisión adoptada y sus consecuencias. Y quiso el destino que justo coincidiera con el aniversario de la muerte de un reconocido hincha. ¿Fue una representación de nuestra realidad y no nos dimos cuenta?

 

Lo cierto es que la sanción de un penal para Racing ante River en el final de un cotejo cuyo resultado dejaría como saldo un nuevo campeón en el fútbol argentino generó un largo conciliábulo de jugadores para ver quién era el encargado de ejecutar un remate que podía llegar a significar una vuelta olímpica.

 

Como el encargado de patear los penales ya no estaba en la cancha, medio equipo deliberó entre quien debía disparar. Mientras, el técnico se declaraba prescindente y con su actitud les transmitía que eran ellos debían tomar la mejor decisión, sin ejercer el liderazgo que su función requiere. Para eso se supone que lo pusieron ahí al entrenador, pero queda claro que no hizo su trabajo como debía.

 

Tanto se demoró la decisión, tantas fueron las dudas sobre el ejecutante, que finalmente el tiro tan anunciado terminó siendo atajado por el arquero rival. Ni siquiera la segunda chance de un rebote fue convertida, con un débil disparo que terminó desviado. Las ilusiones de un estadio completo de hinchas se derrumbaron en cuestión de minutos.

 

¿Coincidencia?

 

Cualquier coincidencia con una representación de la actualidad nacional pareciera pura casualidad. O no tanto. Porque los futbolistas locales parecían representar al gobierno nacional, si hasta su camiseta tiene los mismos colores celeste y blanco y su estadio se llama Presidente Perón. Y al equipo rival, vaya casualidad, le dicen "los millonarios".

 

La situación parecía representar a la actual gestión, dando vueltas y vueltas sin tomar una definición clara. Con un pueblo entero a favor, este gobierno tiene que patear un penal contra los poderosos, pero una decisión tan anunciada no termina de lograr su cometido.

 

"Si hubiera estado el 10 en la cancha hubiera sido gol", debe haber pensado más de un hincha de Racing.

 

"Si hubiera estado Néstor Kirchner también habría sido gol contra los millonarios", se lamenta el pueblo trabajador.

 

Doce años y un recuerdo.

 

La comparación no es antojadiza. Esta semana se cumplieron 12 años de la muerte de Néstor Kirchner, un presidente que revalorizó la política, casualmente hincha de Racing.

 

El ex mandatario falleció como consecuencia de una afección cardiovascular el 27 de octubre de 2010 en El Calafate, en la provincia de Santa Cruz, distrito que gobernó por tres períodos antes de llegar a la presidencia en 2003, en medio de una crisis política, social y económica sin precedentes. Su deceso abrió una nueva etapa en el proceso político que la Argentina había iniciado en mayo de 2003.

 

Kirchner, nacido el 25 de febrero de 1950 en Río Gallegos, ejerció la presidencia de la Nación hasta el 2007. Al llegar a la Casa Rosada, "tenía más desocupados que votos", como suele recordar la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que lo sucedió al frente del gobierno tras imponerse en las elecciones presidenciales de 2007.

 

Sería extenso enumerar logros, pero se puede mencionar que negoció una quita para la deuda que Argentina había dejado de pagar en 2001, para lograr en 2005 un primer canje de la deuda con acreedores privados y cancelar las obligaciones con el Fondo Monetario Internacional, lo que le permitió alcanzar un superávit fiscal con incremento de las reservas monetarias del país.

 

Mantuvo hasta 2007 una tasa de crecimiento de 9% y con esos índices favorables se redujeron la desocupación y los índices de pobreza, mientras aumentaban las exportaciones y la producción industrial.

 

Kirchner dejó el gobierno en 2007 en manos de Cristina, que en octubre de ese año resultó electa como presidenta por el 47% de los votos, pero mantuvo su liderazgo al frente del proyecto político que encarnaba el Frente para la Victoria.

 

Pero la salud del líder del kirchnerismo se agravó en aquellos años de fragor político, y tras ser intervenido en febrero y en septiembre, falleció el 27 de octubre de 2010, en El Calafate, el mismo día en el que se realizaba el Censo Nacional.

 

Paralelismo deportivo.

 

"Pronto viene otro campeonato y podemos volver a ilusionarnos, pero si hay otro penal contra los millonarios necesitamos un jugador que no falle", piensan ahora los hinchas de Racing.

 

El pueblo argentino, con parecido sueño tras una serie de desilusiones, debe pensar lo mismo: que aparezca cuanto antes uno como Néstor, y que no falle. Su ausencia se agranda y el sueño se achica, pero aún nos queda la esperanza de volver a sentir el orgullo de vivir en este bendito país.

 

DANIEL ESPOSITO

 

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