Domingo 21 de abril 2024

Con la pandemia crece la desigualdad

Redacción 20/01/2022 - 01.05.hs

La riqueza de los diez hombres más ricos del mundo se ha duplicado, mientras que se estima que los ingresos del 99 por ciento de la humanidad se han deteriorado.

 

Los diez hombres más ricos del mundo han duplicado con creces su fortuna, que ha pasado de 700 mil millones a 1,5 billones de dólares (a un ritmo de 15 mil dólares por segundo, o lo que es lo mismo, 1300 millones al día) durante los primeros dos años de una pandemia que ha deteriorado los ingresos del 99% de la humanidad y que ha empujado a la pobreza a más de 160 millones de personas.

 

"Si estos diez hombres perdieran el 99,99% de su riqueza mañana, seguirían siendo más ricos que el 99% de las personas del planeta", afirmó Gabriela Bucher, directora ejecutiva de Oxfam Internacional. "Actualmente, acumulan seis veces más riqueza que los 3100 millones de personas en mayor situación de pobreza".

 

En el nuevo informe de Oxfam "Las desigualdades matan", publicado con motivo de la "Agenda de Davos" del Foro Económico Mundial, la organización afirma que las desigualdades contribuyen a la muerte de al menos 21 mil personas al día, o dicho de otra manera, de una persona cada cuatro segundos. Se trata de estimaciones conservadoras basadas en el número de muertes causadas a nivel global por la falta de acceso a servicios de salud, la violencia de género, el hambre y la crisis climática.

 

Ricos más ricos.

 

Desde el inicio de la pandemia, los milmillonarios han aumentado su fortuna en 5 billones de dólares, más que en los últimos 14 años. Se trata del mayor incremento de la riqueza de los milmillonarios desde que se tienen registros. Un impuesto excepcional del 99% sobre los ingresos extraordinarios que los diez hombres más ricos han obtenido durante la pandemia podría servir, por ejemplo, para producir suficientes vacunas para el mundo, financiar servicios de salud y protección social universales, financiar medidas de adaptación climática y reducir la violencia de género en más de 80 países. Y aun así, estos hombres seguirían teniendo 8.000 millones de dólares más que antes de la pandemia.

 

"Los milmillonarios han tenido una pandemia de lujo. Los bancos centrales han inyectado billones de dólares en los mercados financieros para salvar la economía, pero una gran parte ha acabado en los bolsillos de los milmillonarios, que se han aprovechado del auge de los mercados bursátiles. Con las vacunas se pretendía poner fin a esta pandemia, pero los gobiernos de los países ricos han permitido que los milmillonarios y los monopolios farmacéuticos corten el suministro a miles de millones de personas. Esto podría traducirse en un incremento de todas las formas imaginables de desigualdad. La previsibilidad de esta situación es indignante, y sus consecuencias son letales", añade Bucher.

 

Género y raza.

 

Las desigualdades extremas son una forma de violencia económica en la que las decisiones legislativas y políticas que perpetúan la riqueza y el poder de una élite privilegiada perjudican directamente a la amplia mayoría de la población mundial y a nuestro planeta.

 

La pandemia ha retrasado el camino hacia la paridad: ahora se tardarán 135 años en cerrar la brecha de género, y no 99 años como se estimaba antes de su irrupción. En 2020, las mujeres perdieron 800 mil millones de dólares en ingresos, y hay 13 millones menos de mujeres con trabajo ahora que en 2019. Conjuntamente, 252 hombres poseen más riqueza que los mil millones de mujeres y niñas que viven en Africa, América Latina y el Caribe.

 

La pandemia está afectando especialmente a los grupos racializados. En Inglaterra, las personas de origen bangladeshí tenían cinco veces más probabilidades de morir de Covid-19 que la población británica blanca durante la segunda ola de la pandemia. En Brasil, las personas negras tienen 1,5 veces más probabilidades de morir de Covid-19 que la población blanca. En Estados Unidos, 3,4 millones de personas negras estarían vivas hoy si tuvieran la misma esperanza de vida que la población blanca del país.

 

Fortunas intocables.

 

Se estima que las desigualdades entre países crecerán por primera vez en una generación. Los países en desarrollo, privados de acceso a suficientes vacunas debido a la protección que los gobiernos ricos otorgan a los monopolios de las grandes empresas farmacéuticas, tuvieron que recortar el gasto social a medida que aumentaban sus niveles de endeudamiento, y ahora se enfrentan a la posibilidad de tener que adoptar medidas de austeridad. La proporción de personas con Covid-19 que mueren a causa del virus en países en desarrollo es aproximadamente el doble que en países ricos.

 

A pesar del enorme costo económico que ha supuesto la respuesta a la pandemia, los gobiernos de los países ricos se han negado a elevar los impuestos sobre la riqueza de los más ricos y han continuado privatizando bienes públicos, como la tecnología necesaria para producir las vacunas. Han fomentado de tal manera los monopolios de las grandes empresas que, solo durante la pandemia, el incremento de la concentración de los mercados amenaza con ser mayor en un año que durante los 15 años transcurridos entre 2000 y 2015.

 

Las desigualdades son un aspecto fundamental de la crisis climática, ya que las emisiones de carbono del 1% más rico superan en más del doble a las de la mitad más pobre de la humanidad. Esto ha contribuido al cambio climático a lo largo de 2020 y 2021, causando incendios forestales, inundaciones, tornados, pérdida de cosechas y hambre.

 

Ricos explotadores.

 

"Que las desigualdades estén aumentando a esta escala y ritmo no es fruto del azar, sino de una elección", afirma Bucher. "Los modelos económicos actuales no solo nos han expuesto en mayor medida al impacto de esta pandemia, sino que están permitiendo activamente quienes ya son extremadamente ricos y poderosos exploten esta crisis en su propio beneficio".

 

Oxfam recomienda que los gobiernos adopten inmediatamente medidas para recuperar las ganancias que los milmillonarios han acumulado aplicando impuestos de carácter permanente sobre el capital para gravar la enorme riqueza que han amasado desde el inicio de la pandemia.

 

Bucher afirma: "No falta dinero, eso quedó claro cuando los gobiernos movilizaron 16 billones de dólares para la respuesta ante la pandemia. Lo que falta es voluntad e imaginación para liberarnos del asfixiante y letal corsé que constituye el neoliberalismo extremo". (oxfam.org).

 

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