Domingo 14 de abril 2024

Crisis del modelo apropiador del agua

Redacción 11/12/2021 - 00.21.hs

En San Juan, productores de la zona bajo riego cortaron rutas en protesta por los cortes de agua que sufrieron en medio de una crisis hídrica que obligó a las autoridades a disminuir los días de riego y advirtieron que iniciarán acciones legales contra el gobierno por el daño que provocará esta medida en los cultivos. "Está en riesgo el consumo humano si se sigue sacando agua de los diques" para los regantes, se justificaron en la Dirección de Hidráulica sanjuanina, el organismo rector de la repartición del agua en aquélla provincia. No obstante, y ante la contundencia de la respuesta de los regantes que cortaron la ruta nacional 20 por más de tres horas, el gobierno cedió y les devolvió el agua que reclamaban.

 

Estas reacciones provocadas por la crisis ambiental que produce en todo el mundo el cambio climático y sus consecuencias sobre el regimen pluvial, nival e hídrico, no parecen tener hoy solución. No hay agua suficiente que pueda abstecer el modo de uso que se adoptó en la cuenca del Desaguadero, la mayor cuenca hídrica del país.

 

La crisis ambiental desnuda así otra crisis más grave: el episodio del que nos cuentan los medios sanjuaninos revela que es el sistema de apropiación comarcal del agua que rige en la Argentina el que hoy no puede articular respuestas a los reclamos sectoriales.

 

En realidad, se trata de un episodio más en la guerra interna por la apropiación del agua que iniciaron hace más de un siglo los productores asociados a los estados provinciales ubicados aguas arriba de esta cuenca. En esa política apropiadora, los productores lograron que sucesivos gobiernos provinciales y nacionales se unieran a sus intereses para quedarse con el agua a través de la construcción y operación de una serie de represas sobre los ríos del sistema Desaguadero-Salado-Chadileuvú-Curacó. Esa política irracional que le entregó el manejo del agua a unos en desmedro de otros dividió al país en una zona enriquecida y otra empobrecida.

 

Esa asociación de intereses económicos y políticos que domina el país desde hace más de un siglo no tuvo en cuenta los intereses de todos los habitantes de la cuenca sino sólo de los arribeños al negarle el derecho al agua a miles de pobladores en miles de kilómetros de territorio argentino que fue desertificado.

 

Que ahora la lucha por el agua se dé en el interior de una comarca apropiadora demuestra que ese modo no sirve siquiera para conciliar los intereses de los que se beneficiaron con esa política hídrica y que, de algún modo, fueron los cómplices de la desertificación del territorio y del empobrecimiento de otros argentinos ubicados aguas abajo.

 

Los pampeanos miramos esta pelea entre sanjuaninos, como otras que se han desatado y se desatarán con más frecuencia en otras regiones del Cuyo apropiador, como una crónica de una crisis anunciada. No hay forma de que ese modo que adoptaron para que el agua sea sólo de quien ostente más poder territorial, económico y político, sea capaz de encontrar hoy una forma armoniosa de considerar los derechos de todos. Están atrapados en una matriz, en una forma de manejar el agua, que es en esencia injusta e insensible a los derechos de los otros si esos otros son menos fuertes. Por eso apelan al corte de rutas que es la forma de "negociar" y hacerse fuertes de los débiles.

 

El drama que enfrentan es que la solución implica un cambio que son incapaces de admitir: que el agua es de todos y todos tienen derecho a ella a lo largo y ancho de la cuenca.

 

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