Domingo 24 de marzo 2024

Dos medidas para destacar

Redacción 24/08/2022 - 08.35.hs

No es exagerado decir que las últimas semanas han sido pródigas en lo que respecta a noticias de la comuna santarroseña, dos de ellas muy especialmente. La primera resulta una respuesta muy adecuada a un problema que, por su reiteración, había cobrado gravedad: el exceso de alcohol en la sangre en muchos de los conductores de automóviles, especialmente en las horas nocturnas.

 

El lector no necesita demasiado esfuerzo para recordar, por lo cercanas, las referencias de vuelcos, choques múltiples y hasta accidentes graves motivados por esa falta, que constituye una amenaza indiscriminada para la comunidad, ya que la víctima de quien conduce alcoholizado puede ser cualquiera y en las más diversas circunstancias.

 

Se puede alegar que este condicionamiento cercena de raíz la participación de quienes van a participar en algunas reuniones y beben moderadamente; hay buenas razones en esa argumentación aunque parece que en este caso debiera imponerse el bien general al particular.

 

La segunda noticia es la ya inminente sanción de la ordenanza que limita la velocidad de los automotores en el radio urbano; las consecuencias de este tipo de infracciones son de mucha más frecuencia y gravedad que la mencionada antes y están íntimamente relacionadas con ella.

 

En las últimas tres décadas Santa Rosa creció considerablemente en cuanto a la cantidad de vehículos que transitan por sus calles. Ese crecimiento, lamentablemente, no corrió parejo con la toma de conciencia de quienes conducen. De todas las infracciones a las reglas de tránsito -que son muchas- la más importante y peligrosa es el exceso de velocidad.

 

Basta observar el tránsito en algunas calles para asombrarse porque los vehículos se mueven a una velocidad muy superior a la que marca la ley, tanto en avenidas como en calles céntricas. Esa condición se potencia en dos avenidas, ambas esenciales a la vida de la ciudad: la que une Santa Rosa con Toay, donde muchos automovilistas han vuelto a la desobediencia apenas relajado el control policial que tomó vigencia algunos meses atrás, y la avenida de circunvalación de la ciudad, muy especialmente en su sectores sur y oriental donde no es raro ver vehículos pesados que alcanzan (o sobrepasan) los 100 kilómetros por hora. Para más muchos de esos camiones portan cargas peligrosas de acuerdo a las inscripciones que llevan.

 

Es necesario destacar que el origen de buena parte del problema relativo a los excesos de velocidad está en la deficiente sincronización de los semáforos en varias arterias, con la excepción de unas pocas. Esas señales, programadas en una secuencia que obligue a bajar la velocidad, atenuarán mucho el problema.

 

Acaso aprovechando el momento propicio las autoridades también podrían hacer hincapié en otro problema, menor pero muy molesto: los escapes abiertos de los vehículos, motos especialmente, que atruenan el espacio santarroseño sin que hasta el momento nadie les haga observaciones.

 

Si se implementan adecuados controles, con el castigo correspondiente para quienes persistan en la imprudencia, este tríptico de medidas, nada difíciles de implementar, será una contribución muy positiva a la vida cotidiana de Santa Rosa.

 

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