Lunes 22 de abril 2024

El James Webb y el gasto militar

Redacción 13/07/2022 - 08.52.hs

Como para instalar una pausa reparadora entre tantas noticias aciagas que nos llegan desde todo el mundo, se conoció en las últimas horas que comenzaron a llegar a la Tierra las primeras imágenes del telescopio James Webb. Esta maravilla tecnológica fue construida mediante un programa conjunto de las agencias espaciales de Estados Unidos, Canadá y Europa y lanzada al espacio desde la Guayana francesa en diciembre del año pasado. A diferencia del otro famoso telescopio, el Hubble, éste no orbita alrededor de la Tierra sino acompaña a nuestro planeta en su trayectoria alrededor del sol y se ubica a una distancia muy superior: 1,6 millones de kilómetros en sentido opuesto al astro rey. Por ese motivo es imposible repararlo con una misión tripulada como se ha hecho más de una vez con el Hubble, de ahí la extraordinaria precisión y el nivel de seguridad que se requirió a la hora de diseñarlo, construirlo y lanzarlo.

 

También su espejo principal es mucho más grande -tiene un diámetro de 6,5 metros mientras que el del Hubble es de 2,4 metros- lo que le permitirá captar imágenes con enorme resolución de objetos situados a distancias muy superiores. Otra diferencia sustancial es que sus instrumentos captarán, fundamentalmente, la luz infrarroja, con la cual el universo se torna mucho más "transparente" pues atraviesa mucho mejor que la luz del espectro visible las nubes de gas y polvo que abundan tanto en el interior de las galaxias como en el espacio profundo.

 

La construcción del James Webb consumió diez años de trabajos con un costo total de diez mil millones de dólares. La cifra podrá abrumar al lector pero algunas pocas comparaciones pueden ayudar a ubicarnos mejor en el tema. Por ejemplo, para el año en curso el presupuesto militar de Estados Unidos rozará los 800 mil millones de dólares, más del triple que el de China, su inmediato competidor. Significa un incremento del 5 por ciento con relación al del año pasado y fue aprobado por 363 votos a favor y 70 en contra en la Cámara de Representantes y 89 votos a favor y 10 en contra en el Senado. Estos resultados nos dan una idea del enorme consenso que tiene tanto en el Partido Republicano como en el Demócrata el aumento permanente de los gastos militares. Resulta evidente que el lobby del complejo militar industrial es muy eficaz a la hora de "convencer" a los legisladores norteamericanos de uno y otro partido, como que es el mayor aportante, por lejos, de recursos económicos para las campañas electorales.

 

Un simple cálculo nos permite ver que con un solo año de presupuesto militar norteamericano se podrían construir 80 telescopios como el James Webb. Esta comparación debería hacernos reflexionar sobre la forma en que se despilfarran enormes recursos en la industria de la muerte que, aplicados al desarrollo científico y tecnológico, permitirían que la humanidad avance a pasos agigantados tanto en la conquista del espacio como en otras ramas del conocimiento. Por no hablar de la erradicación del hambre, la pobreza y tantas enfermedades evitables. Parafraseando a un ex presidente yanqui, bien se podría decir: "Es el capitalismo, estúpido".

 

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