Gas: actuar en favor del interés general

El gobernador de la provincia hizo público su deseo de considerar la recuperación para el Estado del servicio de distribución del gas natural que hoy está en manos de la multinacional Camuzzi. Textualmente dijo: "tenemos que avanzar" en el "análisis de posibilidades" y recordó que la concesión del servicio vence dentro de cuatro años.

La iniciativa es de importancia capital para La Pampa y su profundización no debería demorarse. Solo los indiferentes o los partidarios del liberalismo extremo y el rol pasivo del Estado podrían oponerse a su implementación. De ahí que se torna necesario convertir a esto que todavía es una idea en un proyecto que se declare de interés provincial, que tenga prioridad tanto en el Poder Ejecutivo como en el Legislativo para que no llegue el 2026 sin las herramientas legales e instrumentales listas.

La privatización de Gas del Estado fue una más de las tantas que llevó a cabo el menemismo en los años noventa del siglo pasado con la entrega a precio vil de las grandes empresas públicas que florecieron en el país producto de un esfuerzo social enorme. Ese remate del patrimonio común fue un negocio brillante para la elite económica nacional y extranjera y una ruina para casi todos los argentinos.

Los mayores recordarán que en aquellos años los vecinos de Santa Rosa protagonizaron grandes movilizaciones que fueron convocadas por el entonces flamante consejo de administración de la Cooperativa Popular de Electricidad que en esos años conducía el recordado dirigente Pablo Fernández. Multitudinarias asambleas atiborraron por esos días el gimnasio del club Sarmiento y el gran salón de La Usina para reclamar al gobierno provincial que aquí en La Pampa la distribución del gas natural fuera cooperativizada. El gran desarrollo del cooperativismo de servicios públicos pampeano era la mejor garantía para respaldar la propuesta. Sin embargo el entonces gobernador Rubén Marín, aliado estrecho de Carlos Menem, le cerró la puerta al reclamo popular y apoyó la privatización.

Pasaron tres décadas y los pampeanos han podido apreciar las grandes diferencias que existen en cuanto a atención de sus demandas con respecto a los servicios prestados por las cooperativas locales. Por no hablar de las obras de ampliación del servicio que debieron ser afrontadas por el Estado para que miles de viviendas nuevas pudieran acceder al gas natural. La privatización de los servicios públicos incorporó a actores poderosos que ganan fortunas y se las llevan a lejanos destinos y que a la hora de las inversiones miran para otro lado.

El gobierno provincial lanzó tiempo atrás un Plan de Desarrollo Energético destinado a alcanzar el autoabastecimiento en los próximos años. Hoy el Estado pampeano cuenta con una empresa como Pampetrol que se suma a las preexistentes cooperativas que incluso han ampliado su experiencia con la incorporación de nuevos servicios públicos. Por lo tanto los pampeanos estamos en condiciones inmejorables para hacer realidad lo que no se pudo lograr tres décadas atrás. El interés general no debe subordinarse al de las minorías opulentas, y esta es una oportunidad única para revertir el daño provocado.