Inmejorable posibilidad

La próxima llegada del presidente de la Nación a nuestra provincia plantea una serie de inmejorables posibilidades de obtener respuestas concisas y valederas sobre asuntos que hacen a intereses considerados fundamentales para La Pampa. Bien podría estimarse que el "cara a cara" que, presumiblemente, tendrá con el periodismo invita a las preguntas -y las respuestas consiguientes- "sin filtro".

Como siempre y en primer lugar, los ríos, ese tema en el que el nivel nacional de distintos gobiernos ha postergado a menudo a La Pampa por su escaso peso político. En esta ocasión -anulado el anterior laudo dictado por el macrismo y aguardando uno nuevo- se espera una disposición más ecuánime en lo que hace a los intereses fundamentales de cuatro provincias copartícipes en el aprovechamiento del río Colorado. La ya tradicional oposición de Mendoza puede que quede anulada ante la política hídrica del gobierno nacional, que parece insinuarse también en otros aspectos. De hecho, la reciente idea de centralizar los recursos, mal recibida por la provincia cuyana, es una prueba de ello.

Precisamente, en lo relativo a los aspectos hídricos, que son fundamentales al desarrollo de la provincia, seguramente se planteará el tema de la extensión del acueducto del río Colorado hasta General Pico. A estar por la opinión de los técnicos, la ciudad norteña va camino a una grave situación por el consumo de aguas no del todo potables, con altos porcentajes de flúor y arsénico, y prácticamente sin alternativas de acuíferos más cercanos con agua en condiciones de potabilidad.

El problema de las "aguas buenas" va unido, seguramente, a una situación que no solamente afecta a La Pampa, sino también al resto de las provincias de la cuenca, con excepción de Mendoza. Es que una gran parte de la zona, la más poblada y de alta producción agropecuaria, se ha visto afectada desde hace tiempo por los derrames cloacales crudos que vuelca al cauce la localidad neuquina de Rincón de los Sauces, un problema que se agrava al verse disminuida la capacidad de autodepuración del río por los bajos caudales que porta desde hace una década, muy posiblemente como consecuencia del cambio climático que sufre el planeta y cuya mejoría no se avizora.

Dentro del tópico hídrico, también resulta importante -y mucho- el tema de las recientes declaraciones del ministro de Interior en cuanto a la centralización del tema de las aguas con la creación de un organismo de índole nacional. Se trata de una idea a la que La Pampa, en principio, ya habría adherido. En el caso de la cuenca del Desaguadero-Chadileuvú-Curacó, como era de esperar, las provincias arribeñas ya manifestaron su oposición, argumentando entre otras cosas la inconstitucionalidad de la idea. La objeción es discutible, aún dentro de sus fundamentos precisamente constitucionales, pero lo cierto es que el país no puede seguir con la anarquía y el desorden en el manejo de sus recursos naturales, cuya dilapidación (y el término es válido y comprobable a través de múltiples ejemplos) comenzó con el menemismo y se acentuó y refrendó durante el gobierno de Mauricio Macri.

Las condiciones nacionales, y aún internacionales en la materia -los ríos especialmente- no pueden seguir manejados por intereses espurios que no hacen, ni mucho menos, a un crecimiento nacional justo y armónico.