Miércoles 27 de marzo 2024

La centralidad política de CFK

Redacción 30/08/2022 - 08.43.hs

La gran reacción popular que despertó la ostensible persecución judicial contra Cristina Kirchner no registra antecedentes en la historia reciente de nuestro país. No ha habido en los últimos tiempos un liderazgo político que suscitara manifestaciones públicas tan numerosas como las que se están llevando a cabo en estos días. Y si bien es cierto que el epicentro de las movilizaciones está en la Capital Federal, lugar de residencia de la Vicepresidenta, en buena parte del territorio nacional las plazas y las calles han sido escenario de fervorosas concentraciones de personas de todas las edades que, en forma espontánea y sin necesitar de convocatorias partidarias "oficiales", han sentido la necesidad de expresarle públicamente su apoyo.

 

Dos de las características más importantes de este fenómeno: su espontaneidad y su masividad, motivaron que muchas voces lo hayan comparado con la gran movilización del 17 de octubre de 1945, jornada emblemática del peronismo al punto de constituir su origen como espacio político.

 

Las diferencias políticas, económicas y sociales entre ambas fechas no son pocas, sin embargo es posible identificar coincidencias. A las ya señaladas -el carácter espontáneo y masivo de la movilización- podría añadirse otra: la percepción expresa en los que salen a manifestarse de que hay un peligro que se cierne sobre el liderazgo. En los dos casos la amenaza proviene de la posibilidad cierta de que haya proscripción, exilio de la vida política, incluso cárcel. Mediante dispositivos diferentes, es cierto, producto de dos épocas también diferentes, pero motorizados por fuerzas que se oponen a lo que el liderazgo significa y que hoy bien podrían definirse como antiperonismo. No es que esa identidad política no existiera en 1945, sino que en ese tiempo no cabía designarla de tal modo pues el peronismo recién estaba naciendo.

 

Algunas décadas después de aquella jornada un destacado sociólogo iba a señalar que la identidad política más claramente definida en la sociedad argentina no es el peronismo sino el antiperonismo.

 

En materia espacial también hay aspectos muy interesantes a considerar. El espacio público que hace casi ochenta años aquella multitud de obreros del sur industrial del conurbano bonaerense iba a "invadir", para horror del establishment, era la Plaza de Mayo. En tanto hoy es otro el espacio "invadido": la selecta zona residencial del norte capitalino en donde viven las clases porteñas acomodadas. En ese lugar reside hoy la Vicepresidenta escuchando frecuentes "caceroleos" de sus vecinos que no la quieren en el lugar. Tales manifestaciones de rechazo nunca fueron molestadas por la Policía Metropolitana, en cambio las de adhesión sí. Incluso filmadas aunque lo prohíban las leyes de seguridad.

 

Si bien es lógico suponer que la mayoría de las y los manifestantes se identifican con el peronismo hubo significativos aportes por fuera de ese espacio. Muchos de los consultados por los medios así lo dejaron ver, lo cual refuerza la idea de la centralidad política de Cristina Kirchner trascendiendo los límites partidarios. Los que, tanto de adentro como de afuera del PJ, quieren verla jubilada, ¿habrán tomado nota?

 

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