Miércoles 17 de abril 2024

La doble vara de Occidente

Redacción 28/12/2021 - 00.57.hs

Todos los países tienen, políticamente hablando, dos caras: la exterior que pretenden límpida e intachable y la oculta, a menudo detestable y con tramas muy oscuras que tratan de esconder a toda costa. El llamado "Caso Assange" es un ejemplo cabal en lo que a Estados Unidos se refiere. Julian Assange es el fundador de Wikileaks , una organización internacional que brega por dar a conocer documentos de "contenido sensible" que los gobiernos del mundo esconden a sus ciudadanos. No se le conoce intención de lucro y, además, respeta rigurosamente la reserva de sus fuentes de información.

 

Assange fue detenido por el Reino Unido, el principal aliado de EEUU, debido a la filtración de centenares de miles de documentos que evidenciaban crímenes y violaciones sistemáticas de los derechos humanos en varias de las intervenciones militares del país del norte.

 

Además del duro golpe que representó para Washington esa brecha en su secretismo, varios de los principales diarios del mundo publicaron varios de esos documentos y editorializaron duramente sobre ellos. Algunos documentos mostraron el espionaje que el gobierno norteamericano llevó a cabo contra países aliados o el acceso a informaciones reservadas que llegaban al por entonces opositor Partido Demócrata.

 

El temor a una extradición a EEUU, en donde los cargos que debería afrontar acumulan penas por 200 años, hizo que Assange pidiera asilo en la embajada de Ecuador, país presidido por entonces por Rafael Correa. Allí estuvo refugiado durante casi siete años hasta que el cambio de gobierno en el país sudamericano, con la asunción de Lenin Moreno, cambió radicalmente las cosas: Moreno traicionó sus anteriores promesas y entregó Assange a las autoridades inglesas, que comenzaron a discutir su posible extradición, inicialmente rechazada en una resolución que ahora parece anularse. De nada valieron los argumentos de defensa del periodista ni la declaración de las Naciones Unidas acerca de las torturas psicológicas que sufrió durante sus años de confinamiento en el Reino Unido. La jueza a cargo expuso riesgo de suicidio aportando razones indicadoras de que la salud mental del hombre estaba en peligro. En sus argumentos avaló un cuadro de depresión clínica.

 

Ahora los temores sobre el "Caso Assange" parecen confirmarse. El Tribunal de Apelación de Londres dio la razón al gobierno norteamericano y aprobó la extradición del fundador de Wikileaks, aunque se descuenta una apelación que llevará la disputa legal hasta la Corte Suprema, el último tribunal ante el que es posible recurrir en el Reino Unido

 

Hasta el momento la justicia británica no ha contemplado en el caso el derecho a la libertad de expresión, mientras reporteros y organizaciones humanitarias sostienen que este proceso judicial socava ese derecho en todo el mundo. Sugestivamente varios de los grandes periódicos norteamericanos y europeos que habían utilizado los reportes de Wikileaks como noticias principales, han dicho poco y nada sobre este atentado a una libertad de prensa que siempre tienen en la boca. Esos grandes medios ni siquiera fueron molestados por Washington a pesar de ser los que publicaron los informes.

 

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