Miércoles 17 de abril 2024

La hora de la carne

Redacción 03/07/2022 - 00.09.hs

La propuesta de vender el kilo de asado a 500 pesos en un pueblo de La Pampa se llevó todos los aplausos de la semana. Es una novedosa forma de acercarle a los vecinos un producto caro al sentimiento y también a los bolsillos de los argentinos en el último tiempo.

 

La idea es sencilla y a la vez efectiva. Mientras se espera que se resuelvan todos y cada uno de los conflictos que -según los especialistas en la materia- transforman en casi inalcanzable cada producto de la canasta básica, un subsidio municipal achica la brecha para que el consumidor pueda volver a comprar un alimento tan preciado, como lo es una tira de asado, a un valor acorde a sus ingresos.

 

Así fue como el intendente de Uriburu, Pascual Fernández, decidió acordar la venta con los propietarios de las bocas de expendio existentes en el pueblo. Pensaron que 400 kilos de carne vacuna estarían bien, pero se quedaron cortos. Las reservas explotaron y se debieron ampliar las previsiones en 400 kilos más.

 

Si lo quieren estudiar los expertos en economía, acá tienen un ejemplo simple y de manual: la alta demanda superó con creces a la oferta. O sea, la gente quiere comer carne, no es que bajó el consumo porque hay "nuevas tendencias", porque "los vegetarianos ganan terreno" o porque cada vez hay más gente que quiere comer sano, cuidarse y/o evitar el colesterol. Nada de eso, o algo pero no tanto. Acá los argentinos siguen queriendo comer asado, y si no compran más -o igual que antes- es porque los precios de la carne se fueron por las nubes y los salarios quedaron por el piso.

 

Mientras tanto, en Uriburu van tachando los días, esperando al ansiado 8 de julio, cuando esas deseadas tiras se pongan a la venta. Será un día histórico para el pueblo, y tal vez con el tiempo podría a quedar en el recuerdo como el "Dïa de la Carne".

 

Otra idea novedosa.

 

Y mientras a nivel nacional se debate la cuestión de los planes sociales y su manejo, el gobernador pampeano Sergio Ziliotto puso esta semana en marcha un interesante programa, que le da un giro distintivo a estos planteos, que en definitiva, por uno u otro camino, tienen por objetivo la generación de empleo.

 

En realidad se trata de una modificación dentro del Programa de Fortalecimiento del Trabajo Pampeano (difícil de sintetizar en una sigla que sería algo así como Profortrapam, un verdadero trabalenguas), que consiste en ampliar sus beneficios, para que cada empresa tome los nuevos empleados y los capacite, con ayuda del Estado provincial para el pago de los salarios. La iniciativa muy buena repercusión entre las organizaciones empresarias de la provincia, que no dudaron en hacer público su beneplácito.

 

Se trata de otra idea pampeana que bien podría ser tomada y replicada a nivel nacional.

 

Rutas y gastronomía.

 

El tema de las rutas también estuvo en el candelero informativo de la semana. Mientras en el oeste se repiten las quejas por el mal estado de la 143, desde General Pico se lanzó la idea de armar una ruta gastronómica con la carne como protagonista.

 

No está para nada mal pensar en un atractivo turístico que tenga a la carne pampeana como centro para la llegada de visitantes nacionales e internacionales. Sobre todo, en el caso de los extranjeros, que traen tan preciados dólares, justo cuando nos venimos a enterar a través de un pormenorizado informe que mientras La Pampa consigue más billetes verdes que los que gasta, otros distritos, con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a la cabeza, los usa en demasía, inclusive para las compras especulativas.

 

Problemas y soluciones.

 

En definitiva, cada una de las propuestas surgidas en la semana buscan atacar los problemas de los argentinos desde distintos ángulos y enfoques.

 

Con la carne como protagonista, parece que desde La Pampa le están mandando un mensaje al presidente Alberto Fernández, justo cuando se inicia el segundo semestre del año y le va quedando menos tiempo de mandato para terminar de corregir distorsiones económicas.

 

Más allá de los buenos números que puede mostrar por el acuerdo con el FMI, la mejora en el empleo, la baja en la desocupación y el crecimiento industrial, lo que está faltando es una mejora en los ingresos del pueblo trabajador y de la clase pasiva. Le están diciendo, ni más ni menos, que deje de discutir con la vicepresidenta sobre el uso de las lapiceras y que vaya de una buena vez "a los bifes" para mejorar el reparto en la distribución de la riqueza. De lo contrario, los argentinos sufrirán otro golpe en el bolsillo y el oficialismo terminará abofeteado en las próximas elecciones.

 

DANIEL ESPOSITO

 

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