Lunes 22 de abril 2024

La "propuesta" de Milei

Redacción 06/06/2022 - 00.10.hs

La singularidad del panorama político sugiere que quizás ya sea hora de juzgar en forma más trascendente o profunda el papel que desempeña Javier Milei en la perspectiva del país. Sus desaforados conceptos y medidas pasibles de tomarse (expresados a los gritos, con insultos incluso) llevan a meditar acerca de la utilidad que semejante energúmeno puede tener para las agrupaciones políticas, obviamente las de derecha.

 

Para algunos analistas -que lo ven como una innovación y llegan a hablar del "fenómeno Milei"- ese desempeño es apenas la punta del iceberg que conforman los decepcionados por la actuación política en general, alguien que tiene una propuesta novedosa y taxativa, prácticamente desconocida en ese quehacer y acaso esperanzadora de algo nuevo en un país que lleva muchísimos años de decadencia manifiesta. El argumento se cae al analizar esas propuestas y advertir que todas derivan hacia la derecha y que se sostienen ¿? con razones muy endebles, a menudo irracionales, e incluso fuera de lugar y época.

 

Para otros observadores de mayor agudeza, acaso con algo más de desconfianza, no es más que un provocador de existencia efímera destinado a captar el caudal de votantes indecisos y poco informados y restarle de algún modo posibilidades a los demás partidos, fundamentalmente al peronismo. De hecho sus críticas a lo que considera populismo recuerdan a las que, aunque un tanto más delicadas, dedica Mauricio Macri a ese enfoque político. Su desquicio es tal que algunas agrupaciones políticas de su misma orientación abiertamente lo rechazan. Lo evidente, e inquietante, es que semejante personaje encabeza un partido político en crecimiento y cuenta con una banca en la cámara de Diputados.

 

Como si no bastaran a su imagen esas actitudes tan desmedidas, irracionales podría decirse, Milei se ha pronunciado la semana pasado con una propuesta asombrosa por el despropósito que implica: trasformar la actividad de donación y colocación de órganos (una práctica de alta solidaridad que se controla desde organismo oficiales específicos) en un mercado libre, sujeto a la oferta y la demanda según la concepción del más extremo capitalismo. No tuvo en cuenta, claro, que esa inhumana actividad se centra muy mayoritariamente en los pobres que, cuando ya si siquiera pueden vender su fuerza de trabajo, lo hacen con partes de su cuerpo, por las buenas o por las malas.

 

Esta propuesta es canalla pero no novedosa. Más o manos subrepreticiamente desde que se concretó la posibilidad de trasplantes como medio de prolongar la vida, apareció ese comercio monstruoso, y a punto tal que ya en 2010 la Organización Mundial de la Salud reiteró la condena a "la adquisición de partes del cuerpo humano para el trasplante y explotación de las poblaciones más pobres y vulnerables y el tráfico que se deriva de esas prácticas".

 

En su afán irracional por abanderarse en esta causa de alienados los alegatos presuntamente más sólidos de Milei han sido: "estudios hechos en los Estados Unidos" y "Mi primera propiedad es mi cuerpo. Si yo quiero disponer de una parte de mi cuerpo por el motivo que fuera ¿cuál es el problema?".

 

Por cierto que, si fuera así, las ofertas para con la venta de su cerebro seguramente serían nulas.

 

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