Domingo 07 de abril 2024

Otra apuesta a la vitivinicultura

Redacción 24/12/2021 - 01.09.hs

Allá por fines del siglo de XIX y comienzos del XX lo que es hoy nuestra provincia se presentaba casi como una tierra de promisión, al menos para los dueños de la tierra y sus "colonias", después de las campañas militares que poco menos que exterminaron a los pueblos originarios. El territorio parecía abrirse con bastantes posibilidades a una multiplicidad de actividades: agricultura bajo riego, comunicaciones, minería y también cultivo de la vid, con la consecuente elaboración de vino. En tal sentido don Alfonso Capdeville fue un pionero, lo mismo que en otras actividades, trayendo desde Francia algunos retoños de calidad.

 

Años malos y administraciones abúlicas, con la injusta postergación por causa de la condición territoriana, dieron por tierra con muchos de aquellos propósitos.

 

El de la industria vitivinícola, por ejemplo, recién volvió a hacerse presente a principios de los años setenta del siglo pasado, cuando el Ente Provincial del Río Colorado presentaba una visión distinta de aquellas tierras bajo riego, y produjo algunos caldos, ciertamente simbólicos pero de mediana o baja calidad, que trascendieron muy poco.

 

Por estos días los vinos pampeanos de aquella zona avanzan firmemente en base a la notable calidad adquirida, y tanto que bodegas reconocidas en el orden nacional trabajan y planifican nuevos productos sobre aquellas tierras.

 

Sin embargo, para sorpresa de muchos, un nuevo emprendimiento vitivinícola surgió en un lugar inesperado, cercano a las tierras que dieran esperanza a Capdeville. Esa es la condición de los viñedos que, sorprendentemente, han comenzado a desarrollarse en la localidad de Pichi Huinca. Para extrañeza de gobernantes y gobernados del resto de la provincia ya van para ocho mil las vides plantadas en un predio relativamente pequeño -cinco hectáreas- pero muy considerable si se considera que es el inicio de una actividad nueva. Además se debe tener en cuenta que al tratarse de tierras bajo riego y con un cuidado intensivo el rendimiento que se presume es bueno o muy bueno.

 

Las vides han sido plantadas en el centro educativo local con el apoyo del municipio, y se espera que en tres años, según palabras de los responsables, comiencen a dar frutos. Estiman que las lluvias zonales son suficientes para el cultivo pero asimismo se ha implantado un sistema de riego por goteo, siguiendo las nuevas tendencias que se proponen cuidar el agua.

 

Otro dato notable es que las vides corresponden a cepas de buena aptitud traídas desde la provincia de Mendoza, con preferencia de la variedad Malbec, que ha sido desarrollada en el país y dado muestra de su calidad, y también de Pinot Noir Y Petit Verdor. Como se advierte una marcada preferencia por los vinos tintos.

 

Lo cierto es que este emprendimiento constituye un ejemplo para los pequeños y medianos municipios pampeanos, a menudo embretados por las limitaciones que imponen en materia de generación de nuevas fuentes de empleo las prácticas agrícolas y ganaderas extensivas. Habrá que seguir con atención y ánimo positivo este original intento de reconversión productiva.

 

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