Lunes 15 de abril 2024

Otra vez el fuego

Redacción 02/07/2022 - 00.51.hs

La comunidad santarroseña, especialmente en sus mayores, se vio inmersa en sus recuerdos -por cierto que gratamente- por una evocación que impulsara la Catedral: la celebración del santoral de San Pedro y San Pablo con una fogata. Una fogata como aquellas que, por cierto, alumbraron la infancia de muchos de los vecinos mayores. El recuerdo de aquellas rondas infantiles junto al fuego, con el agregado de aportar cualquier elemento combustible, revivió seguramente en todos aquellos que contemplaron la hoguera en la noche invernal.

 

La festividad y su manifestación, que hunden sus raíces en la historia y tienen variadas interpretaciones, fue traída por los abuelos inmigrantes, especialmente los de origen latino, y durante décadas, tanto en el país como en otro lugares de América pasó a ser una costumbre pintoresca y esperada. La comunidad la tuvo siempre presente y llegó a glosarla, más allá de los cánticos populares espontáneos, en canciones populares, tales como Los fuegos de San Juan y el hermoso tango San Pedro y San Pablo, que plasmaron en poesía la memoria de aquellos fuegos populares.

 

La celebración local es bienvenida porque, además, revive una tradición opacada por las modas que impone la penetración cultural anglosajona, como es el caso de Halloween, tan ajena a nuestra tradición.

 

Es curioso, asimismo, el desfasaje que parece haber entre las fechas que conmemoran la celebración, ya que las fogatas de San Juan solían encenderse el 24 de junio. Lo positivo aquí es el rescate de una tradición bien nuestra, y ya se sabe la trascendencia espiritual que tienen estas celebraciones sobre los pueblos que saben preservarlas.

 

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