Lunes 25 de marzo 2024

Pedidos navideños con lejana esperanza

Redacción 26/12/2021 - 00.32.hs

Una intensa semana política se vivió en los días previos a la Navidad, tanto a nivel provincial como nacional. Y como la actualidad lo amerita, vale la pena pensar en algunos pedidos a la hora de elevar las copas para el brindis.

 

En primer lugar, sería bueno que en medio de los cuestionamientos permanentes que la oposición insiste en incentivar cotidianamente, al menos sus dirigentes se pongan de acuerdo en una postura unificada. Porque no se trata de contar entre sus filas con pensamientos con distinción acerca de algunos matices, sino que en el sector aliancista se observan en forma clara posiciones diametralmente opuestas. Es difícil de entender para el hombre de a pie, simple observador de la realidad política nacional y provincial, que haya legisladores que se opongan a votar un presupuesto y que los gobernadores e intendentes del mismo partido sostengan lo contrario.

 

Es el caso del gobernador de Jujuy y flamante presidente de la Unión Cívica Radical, Gerardo Morales. Y también de algunos intendentes de localidades pampeanas, que se manifestaron casi al unísono y en el mismo sentido. Unos y otros coincidieron en la necesidad de contar con un presupuesto, tanto a nivel nacional como provincial y municipal. Pero justamente los legisladores, que son los que no tienen que gestionar, se oponen. Y hasta consideran que no hay demasiados problemas, porque "se puede gobernar sin presupuesto", porque además "se puede prorrogar por decreto el del año pasado" y también porque "las obras proyectadas se pueden hacer con reservas provinciales".

 

Entonces, ¿cómo se puede entender tamaña diferencia de criterios?

 

Solo quedaría por pensar que diputados y senadores tienen el mandato expreso de poner todos los palos posibles en las ruedas del gobierno nacional, sin pensar que con su accionar perjudican a todo el pueblo, sin distinción de banderías, intentando mostrar a inversores y organismos internacionales un pretendido "fracaso" del gobierno nacional en su intento de reactivar un país que dejaron con sus números en rojo los mismos que ahora quieren dar clases de política y de economía. Y son los que se hacen los distraídos luego de que el Fondo Monetario Internacional sostuviera en su último informe que el megacrédito que le otorgó a la gestión macrista terminó en un escandaloso desmanejo económico.

 

Autoridad moral.

 

Claro que habría que pedir un poco de autoridad moral para quienes opinan y también para quienes ocupan bancas y votan. O, mejor dicho: para quienes no ocupan bancas y tampoco están presentes a la hora de votar. El colmo de la falta de compromiso lo dio una diputada opositora que al momento del último recuento no estaba presente porque en realidad estaba... en Disney. Y para completarla, a la hora de las explicaciones, declaró que ella pensaba que después del rechazo al Presupuesto, "el año legislativo había terminado".

 

En consecuencia, entre los que se callaron durante cuatro años y nada dijeron sobre los ruinosos créditos internacionales que tomó el gobierno macrista, y los que se van de vacaciones abandonando bloques y bancas sin importarles la realidad política, lo que falta es autoridad moral para poder sentarse a hablar con propiedad y sin que los archivos recientes les devuelvan dolorosas realidades.

 

Carta esperanzadora.

 

Por todos estos antecedentes, a la hora del brindis solo queda por pedir para el futuro algo de coherencia y una postura clara para poder construir un futuro político con interlocutores válidos. Porque, así como está planteado el panorama, nadie puede saber a quién creerle para poder llegar a un acuerdo duradero, que permita vislumbrar un horizonte promisorio sin nubarrones políticos inesperados.

 

Esa imaginaria carta a Papá Noel tiene la esperanza de conseguir un futuro mejor para todos los argentinos, donde oficialistas y opositores piensen por sobre todas las cosas en el bien común y el bienestar general. Es, básicamente, lo que prometen todos cuando están en campaña electoral, pero que luego rápidamente -como quedó demostrado en la última semana- termina olvidado en el cajón de los recuerdos.

 

Por las dudas, nos quedará la chance de la cercana carta a los Reyes Magos, como para rectificar y pedir que, si los políticos no cumplen con sus promesas, el pueblo tenga la memoria suficiente como para recordar claramente a quienes traicionaron sus juramentos, y al menos poder castigarlos con el voto en la próxima elección.

 

DANIEL ESPOSITO

 

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