Jueves 25 de abril 2024

¿Qué esperamos del 2022?

Redacción 02/01/2022 - 00.29.hs

Ya pasó la hora del balance sobre lo que pasó en el 2021 y llega el turno de empezar a pensar en todo lo que esperamos de este 2022 que ya transita sus primeros días.

 

"Primero la salud", decían nuestros sabios abuelos y gran razón tenían. Sus palabras cobraron mayor vigencia desde el Covid para adelante, así que por esa senda hay que seguir. El año pasado fue el año de la vacunación. Queda convencer a los que rechazan la campaña y esperar que las nuevas variantes no sean tan amenazantes como las pintan.

 

Y ya que estamos, también podemos pedir que todos tengamos derecho a un buen servicio de salud, con profesionales y especialistas comprometidos, que honren sus juramentos y que no piensen solamente y en forma mezquina en llenar aún más sus bolsillos cobrando honorarios, plus, co-seguros y otras cuestiones por el estilo, a expensas de humildes trabajadores que aportan parte de sus salarios a las obras sociales y luego deben terminar penando por un reintegro. Si alguno está pensando que la referencia es para los ginecólogos pampeanos, acertó. Pero lo mismo vale para cualquier otro grupo de especialistas que tenga el mismo pensamiento. Y si insisten en prolongar su egoísta postura, corresponderá al Estado ejercer todo su poder para corregir semejante actitud, adoptada en contra del resto de la sociedad. Es como pensar, con su misma lógica, que cuando quisieran dar a conocer sus posturas a través de los medios de comunicación, a todos los periodistas se les ocurriera cobrarles a los ginecólogos un plus para difundir sus declaraciones. Una verdadera locura que hasta ahora no han podido rebatir con argumentos sólidos.

 

Estabilidad económica.

 

Después de la salud, el dinero, según reza un dicho popular. En este caso, la esperanza está representada en una reactivación económica que signifique mayor empleo y una recuperación salarial que no solo permita ganarle a la inflación, sino también comenzar a recuperar todo lo perdido desde 2015 a la fecha.

 

Al igual que en el caso de la salud, los datos son alentadores, pero ese repunte que comenzó a vislumbrarse el año pasado necesita una confirmación en el tiempo con un marco de estabilidad como alguna vez tuvimos en este bendito país. Eso permitirá proyectar mayores inversiones, con un horizonte previsible para familias que necesitan pensar en algo más que ver de qué forma llegar a fin de mes. Porque los argentinos necesitan volver a pensar en viviendas, refacciones, ampliaciones, cambios de vehículos y vacaciones, entre otras cosas con las que hasta hace pocos años podían primero soñar y después transformar en realidad.

 

Un gran acuerdo.

 

Y finalmente, como reza el ya mencionado dicho popular, después de la salud y el dinero viene el amor. En este caso, la esperanza está centrada en que el amor venza al odio en esta sociedad. Puede sonar ingenuo, hasta utópico, pero ya se sabe que la esperanza es lo último que se pierde.

 

Para eso es necesario que quienes están cargados de odio rechazando las vacunas comprendan de una buena vez que toda la campaña contra el Covid no es ni más ni menos que uno de los actos de amor más grandes que se han plasmado en este planeta en toda la historia universal. Desde el más humilde enfermero hasta el más reconocido de los investigadores, todos los trabajadores "esenciales" aportaron su granito de arena para frenar a esta terrible pandemia que se llevó a familiares, vecinos, amigos y compañeros de trabajo, sin ningún tipo de distinciones. La gran mayoría entendió el mensaje, pero quedan unos pocos -tal vez no tan pocos- que con su actitud complican sus vidas y también las de los demás. Quizá llegue una "variante" que les permita entender más rápido, como una especie de "efecto colateral beneficioso" que podría proveernos este virus a toda la humanidad.

 

También el amor podría vencer al odio si nuestras provincias vecinas entendieran de una buena vez por todas que el mal que le están haciendo al ambiente cortando los cauces naturales de los ríos se les está volviendo poco a poco en contra. La propia naturaleza los está castigando. Podrían probar con ser buenos vecinos, cumplir con las leyes, acatar los fallos judiciales y en una de esas el universo también les empieza a devolver lo que están empezando a perder.

 

Y finalmente, la dirigencia política también podría probar con amigarse, primero entre ellos y después con el pueblo. Pensar entre todos un poco más en la gente que votó a unos y otros, con el objetivo de vivir en un país mejor.

 

Este 2022 debería ser el año del gran acuerdo a largo plazo, que permita soñar con una república con empresarios y trabajadores que puedan mirar al futuro con optimismo.

 

En definitiva: salud, dinero y amor. ¿Es mucho pedir para este 2022?

 

DANIEL ESPOSITO

 

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