Domingo 14 de abril 2024

Retenciones: lo que no dijo el ministro

Redacción 01/06/2022 - 00.09.hs

El presidente de la Nación expresó días atrás que no enviará al Congreso Nacional un proyecto para elevar los derechos a las exportaciones, vulgarmente conocidos como retenciones, porque la oposición está en condiciones de bloquearlo. En cambio, dijo, promoverá un debate público sobre el tema para que cada parte diga lo suyo y la ciudadanía saque sus conclusiones. El jefe de gobierno se manifestó en más de una ocasión sobre las retenciones expresando que es un mecanismo idóneo para desacoplar los precios internos de los alimentos de los internacionales que vienen sufriendo alzas inusitadas, producto de la guerra en Ucrania y las sanciones económicas impuestas por las potencias occidentales a Rusia.

 

El poderoso sector agroexportador y quienes representan sus intereses en la política, la derecha de Juntos por el Cambio y la ultraderecha autodenominada "libertaria", rechazan de cuajo cualquier aumento en las retenciones aunque ello signifique encarecer desmesuradamente los alimentos para los propios argentinos, de los cuales el 40 por ciento vive hoy bajo el nivel de la pobreza. Ni siquiera aceptan un mecanismo de aumentos segmentados en función del tamaño de las empresas. Peor aún, vienen exigiendo con fuerza y con el apoyo incondicional de los grandes grupos mediáticos porteños su eliminación total.

 

En este complejo escenario no dejó de llamar la atención que tras las palabras presidenciales tanto el ministro de Agricultura como el de Economía salieron públicamente a rechazar cualquier aumento, mostrando mayor afinidad con la elite agroexportadora que con las necesidades alimentarias de la población.

 

En su reciente visita a Santa Rosa el titular de Agricultura volvió a insistir con su rechazo al aumento de las retenciones y dijo que el mismo efecto se lograría con un incremento de la producción. Lo que no dijo es que se necesita una solución urgente, de corto plazo, pues el brutal encarecimiento de los alimentos se está sufriendo ahora y los programas destinados a aumentar la producción verán sus frutos recién en varios años. Tampoco dijo una palabra acerca de que el consumo de carne ha caído en nuestro país a sus niveles más bajos en la historia, por causa, precisamente de los altos precios. La carne es mucho más que un alimento de alta calidad que aporta proteínas, es también una fuerte tradición cultural en la mesa de los argentinos. Que en el país de las vacas millones de personas miren las vidrieras de las carnicerías sin poder entrar no parece preocuparle demasiado al ministro que pertenece a un gobierno que se dice popular.

 

El mismo día de la visita ministerial el gobierno pampeano anunció un programa de aportes no reembolsables destinado a productores agropecuarios afectados por sequías o incendios. Se trata de dineros del Estado para apoyar a la actividad agropecuaria, del mismo modo que se hace con los programas de créditos a tasas subsidiadas también con recursos públicos para, por ejemplo, el actual plan ganadero, o también para siembra, para la lechería, para compra de maquinaria agrícola, etcétera. Es decir, hay ingentes fondos públicos que se destinan a un sector que hoy muestra niveles de ganancias astronómicas y que se niega a colaborar con el conjunto social cediendo una pequeña parte de sus utilidades. Solo el plan ganadero lanzado por el gobierno nacional significa un aporte del Estado de cien mil millones de pesos.

 

Lejos se está aquí de objetar el apoyo estatal a la actividad agropecuaria. Por el contrario, es muy positivo que se destinen dineros públicos para apuntalar al agro como a otras actividades económicas. Lo que se cuestiona es que, en una situación de utilidades extraordinarias producto de una contingencia externa, no se ceda una mínima parte de semejante bonanza para aliviar las penosas condiciones de pobreza e indigencia que sufren millones de argentinos.

 

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