Miércoles 27 de marzo 2024

Una efímera promesa que divide las aguas

Redacción 12/12/2021 - 00.41.hs

"Lo nuestro duró, lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks", dice el reconocido Joaquín Sabina en uno de sus más recordados temas, para describir la rapidez con la que se había terminado una intensa relación. Trasladado a la política lugareña, lo mismo se podría decir de la coalición opositora, que se envalentonó hablando de una unidad como para volver al gobierno nacional e inclusive para conquistar gobernaciones esquivas durante décadas, pero que a poco de andar ya empezó a crujir.

 

Es que todas las promesas de "amor eterno" entre partidos aliancistas y hasta entre sectores internos se desvanecieron tan pronto que ya antes de asumir como nuevos legisladores nacionales, los dirigentes se sacaron las caretas y volvieron a jugar el juego que más les gusta, el de la lucha pequeña por un cargo más alto, por una cuota de poder que los posicione de la mejor manera, al menos hasta la próxima elección. En eso, no cabe duda alguna, son incorregibles.

 

El agua llega al río.

 

El conflicto terminó de ver la luz esta semana y las consecuencias son impredecibles. Es que lo que muchos tanto temían terminó sucediendo, tal vez más rápido de lo pensado. Es que hay intereses cruzados y tarde o temprano las diferencias iban a aflorar.

 

Y para aquellos que decían que no iba a ser así, y que esta vez la unidad sería a prueba de fisuras, la realidad terminó por desmentirlos.

 

Una prueba clara es lo sucedido en el radicalismo. La lucha de poder en el Congreso terminó con una escisión que involucra a un legislador pampeano que se ha caracterizado por la defensa de los recursos hídricos. Le ha tocado pelearse con sus pares mendocinos, quienes le impusieron censuras y otras chicanas.

 

El conflicto entre la defensa de los intereses provinciales y la verticalidad hacia la autoridad partidaria está a la vuelta de la esquina y es un debate que no tiene fácil resolución. Y cuando el diputado pampeano decide irse, cansado del destrato, aparecen sus correligionarios a cuestionarlo y a pedirle que vuelva a encolumnarse detrás del mismo hombre que como gobernador de Mendoza desoyó todos los fallos judiciales a favor de La Pampa.

 

El agua desde Mendoza no llega al río Atuel, pero el agua de este conflicto terminó por inundar una disputa que hasta ahora habían tratado de mantener silenciada. Y una vez que tomó estado público, el caso empezó a hacer ruido tanto a nivel provincial como nacional. Y esa pelea terminó por dividir las aguas, entre la defensa de la autoridad partidaria nacional y la defensa de los derechos pampeanos.

 

Falsas promesas.

 

Quienes piden que el joven diputado abandone su "rebeldía" son los mismos que durante la campaña no dudaron en fotografiarse con el cuyano presidente del partido. Pero a la hora de dar explicaciones hablaron de una imagen "protocolar" de carácter "institucional" que de ningún modo significaría arriar las banderas de la defensa de los derechos hídricos de La Pampa.

 

Ese dicho necesitaba un hecho que lo probara. Y resulta que en el primer suceso que requería una demostración, queda claro que la balanza se inclinó para el lado del reclamo al respeto a las autoridades partidarias más que a la defensa de los intereses provinciales.

 

Es decir, para que quede claro: los dirigentes le dijeron a sus votantes, y a todos los pampeanos, que debían estar tranquilos porque si debían optar entre alinearse con las autoridades partidarias o la defensa de los derechos pampeanos, ellos siempre estarían de este último lado, sin tener en cuenta las "banderías políticas".

 

Pero esa promesa, esa especie de contrato moral del representante del pueblo con su electorado y con el resto de sus comprovincianos, terminó en una falsa promesa. Tal vez la situación sea subsanada en el futuro, pero este primer capítulo va exactamente en contra de todos los discursos de campaña.

 

Lo mismo se aplica a nivel nacional. Los integrantes de la "vieja-nueva alianza" aseguraron que esta vez llegaban al Congreso como una "monolítica fuerza opositora" y no terminaron de sentarse en las bancas que ya empezaron a dividirse con la creación de bloques, sub-bloques e interbloques.

 

Duró muy poco la unidad que solo sirvió para llegar al Congreso con la única propuesta de "frenar al gobierno". Así fue como la promesa electoral se derritió, tan rápido como el hielo en el tema de Sabina.

 

DANIEL ESPOSITO

 

' '

¿Querés recibir notificaciones de alertas?