Martes 26 de marzo 2024

Una oposición destructiva

Redacción 05/01/2022 - 00.24.hs

Otra vez la oposición de Juntos por el Cambio vuelve a mostrar que su rol frente al gobierno nacional está muy lejos de tener un sentido constructivo. Días atrás no tuvo empacho voltear el Presupuesto 2022 votando en contra del proyecto que envió el Poder Ejecutivo al Congreso, caso único desde el retorno de las instituciones democráticas en 1983. No le bastó con repetir lo que había hecho en el año 2010 cuando boicoteó el Presupuesto de ese año al gobierno de Cristina Kirchner mediante la estrategia de impedir el quórum con el retiro de sus legisladores del recinto. Ahora fueron por todo; por un daño mayor: votar en contra, con lo cual le quitaron estado parlamentario al proyecto eliminando así la posibilidad de tratarlo más adelante.

 

La misma voluntad obstruccionista vuelve a manifestarse ahora con otro boicot; esta vez a la reunión convocada por el Presidente de la Nación para analizar la marcha de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. Los tres gobernadores radicales y el intendente porteño del PRO anunciaron que no asistirán al encuentro, como si fueran ajenos al problema y no tuvieran enormes responsabilidades por pertenecer al espacio político que endeudó al país hasta el cuello con el FMI.

 

El gobierno nacional mostró voluntad de acercamiento y modificó el esquema de la reunión, pautada inicialmente con los gobernadores junto con representantes del sector empresario y del gremial. Resolvió priorizar la cita con los mandatarios provinciales y postergar el encuentro con el mundo empresarial y sindical. Ni siquiera con ese gesto logró torcer el empecinamiento de la belicosa tribu macrista. El argumento esgrimido daría risa si el tema no fuera tan preocupante. Señalaron que la reunión es "política", como si se tratara de un pecado en sí mismo. En realidad, saben que dañan la fortaleza del gobierno nacional en su negociación con el FMI y, ni siquiera así se detienen. En lugar de colaborar en generar un frente interno sólido para afrontar las durísimas tratativas con el organismo internacional, lo boicotean.

 

El Ejecutivo fue claro en la convocatoria: el problema de la deuda no es del gobierno sino de todo el país; se trata de una negociación geopolítica pues involucra al Estado argentino frente a un organismo que representa a 190 Estados; y por último, y lo más importante, una demostración de consenso entre las fuerzas políticas mayoritarias robustecería la posición argentina en este trance tan difícil.

 

Se sabe que el Presidente cultiva la moderación y la compostura, quizás por eso prefirió callar piadosamente sobre un tema tan vidrioso que deja tan mal parada a la oposición en lugar de fogonear un debate sobre el catastrófico endeudamiento que recibió como pesada herencia de Mauricio Macri, quien hoy aparece como el principal fogonero de este boicot.

 

Lo cierto es que crearon el problema y ahora se borran a la hora de afrontarlo. Este es el verdadero rostro de la derecha política que se vende muy bien como "republicana" pero que no duda en asumir posturas de desprecio institucional como la que aquí señalamos, o en apoyar con pertrechos un golpe de Estado en Bolivia o en organizar "Gestapos" para perseguir a disidentes.

 

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