Viernes 03 de mayo 2024

Un ida y vuelta

Redacción 19/06/2013 - 04.26.hs
Cada semana un grupo de alumnos del Colegio Santo Tomás convive y realiza diversas actividades junto a personas con discapacidad. "Te transmiten una energía y una onda increíble", aseguró Julia.
Algunos están concentrados y serios terminando los soles hechos con fideos, otros charlan y se ríen a carcajadas y varios permanecen en silencio. Se miran mutuamente y están atentos a los movimientos de los demás, en una jornada que para todos es distinta y marca una pausa en la rutina diaria. Es viernes y los niños, jóvenes y adultos del Centro Educativo Terapéutico "Crianza" reciben a un grupo de alumnos del Colegio Santo Tomás en una actividad que busca romper barreras y construir puentes de convivencia y solidaridad.
"El hecho de venir y compartir con los chicos y chicas me cambia el humor. Es increíble la energía que te transmiten; una onda positiva que te hace dar cuenta de que uno muchas veces se preocupa por cosas que no valen la pena", cuenta Julia, de 17 años, mientras Sabrina y Daiana se "disputan" su atención.
Cada semana un grupo de adolescentes se acerca a Crianza y comparte distintas actividades junto a las personas con discapacidad que asisten a esa institución día a día. La iniciativa surgió desde el colegio y se desarrolla durante todo el ciclo lectivo.
"Está buena la idea. Cuando venís por primera vez te impacta un poco, porque uno se enfrenta a otra realidad, a algo que no está acostumbrado a ver ni conoce de cerca, pero cuando entrás en confianza es otra cosa, te divertís y la pasás bien", aseguró Ulises (17).
"Muchas veces una tiene prejuicios o temores, pero es más que nada por desconocimiento. El hecho de compartir y divertirse con ellos te hace pensar que hay que tener mejor predisposición para lograr una buena integración con la sociedad en general", agregó Agustina (17).
En Crianza se lleva adelante el proyecto "criasoles". Se arman soles con diversas técnicas grafoplásticas, se trabaja con distintas texturas y la cantidad que se confecciona es entregada en el centro de la ciudad como parte de una actividad puertas afuera del establecimiento educativo. Por eso, entre hojas en blanco, fideos y mucha plasticola todos trabajan codo a codo.
"Uno piensa que no tiene nada que ver con la discapacidad, pero no es así. Todos conocemos a alguien que tiene alguna discapacidad, por eso es importante acercarse y tomar conciencia de que todos tenemos los mismos derechos", expresó Valentín (17).
"Hacemos los soles entre todos, a ellos les gusta mucho que trabajemos juntos, te preguntan, hablan, y así te vas conociendo y entrando en confianza", añadió Ulises.
Aylén, Román, Guadalupe y Ramiro son los otros alumnos del Santo Tomás que llegaron hasta el Centro Educativo. El arribo de la visita genera una especie de revolución en las distintas salas. Son pocos los que pueden disimular la alegría y las sonrisas en la cara.
"Es impresionante cómo nos reciben, se ponen muy contentos. Te preguntan, te charlan, te muestran un afecto increíble. Es movilizante ver esas reacciones, porque si uno no lo siente de cerca, en el lugar, no tenés dimensión de lo que pasa", admitió Julia.
Luego de trabajar con los más grandes llega el momento de recorrer las salas y compartir con los más chiquitos. Algunos se ponen a charlar enseguida mientras que otros siguen con sus juegos, como Santi que arma las torres de ladrillitos con los dedos de sus pies.
"Es muy lindo ver las cosas que los chicos hacen y cómo se entretienen. En nuestro caso a cada uno le genera distintas sensaciones, y es normal, porque no todos reaccionamos igual. Lo bueno es poder acercarse, compartir y vivir de adentro situaciones diferentes a las de uno", analizó Agustina.
"Yo me divierto mucho -reconoce Julia-, las chicas son muy pícaras y te preguntan de todo. Les encanta que vos les cuentes y les prestes atención, te hace sentir muy bien entrar en confianza y escuchar lo que te quieren decir".
En el segundo semestre del año, cuando se recuerda el Día Nacional del Estudiante Solidario (el 8 de octubre en homenaje a los nueve alumnos y una docente del colegio Ecos de Buenos Aires que murieron en un siniestro vial en Santa Fe, en 2006), el Colegio Santo Tomás presenta en público las distintas iniciativas, entre ellas las realizadas en Crianza y también la que desarrollan otros cursos en el asilo de ancianos.
"Se hace como un cierre de las prácticas que se realizaron durante todos los viernes. El curso va rotando, venimos de a grupos así que a lo largo del año son muchas visitas, por eso se genera una linda relación", indicó Agustina.
Mauro se sorprende ante cada nuevo visitante y enseguida busca entablar una conversación. Alejandro y Martín también preguntan, sobre novias, equipos de fútbol o programas de TV. El bullicio pone de buen humor hasta al más reticente.
"A mí me llega mucho estar acá; de hecho igual vengo aunque no me toque. En el momento que paso por la puerta enseguida dejo afuera la mala onda que pueda tener. Entiendo que no todos puedan reaccionar igual, pero para mí es una sensación de energía impresionante", describe Julia, una de las últimas en despedirse hasta la próxima cita, que al igual que la mayoría espera que sea lo más pronto posible.

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