Lunes 15 de abril 2024

Anacronismos y mentiras

Redacción Avances 27/06/2021 - 13.10.hs


En este artículo vemos cómo en diferentes películas y series se entremezclan datos históricos y detalles culturales que en nada se asemejan a la realidad de la época en que están ambientados. Ahora aparece el casting daltónico, ¿inclusivo, o “exclusivo”?

 

Walter Geringer *

 

En las películas y series, sobre todo en las estadounidenses, lo más importante es el cuento y cómo se cuenta, así que en el camino generalmente puede ignorarse la cultura de otros países, pueden cometerse errores históricos o utilizar objetos, paisajes, vehículos, vestuario que no correspondan al momento o al lugar donde se desarrolla la trama. Ahora aparece el “casting daltónico” ¿inclusivo, diverso o para callar la discusión e ignorar la lucha?

 

Anacronismos.
En muchos casos resulta simpático y afín a una comedia, incorporar elementos contemporáneos en historias del pasado, como en las animaciones “Shrek” o en los clásicos de Disney “Aladdín” o las gárgolas de “El Jorobado de Notre Dame”. En las películas de Mel Brooks “Locura en el Oeste” (1974), “La loca Historia del Mundo” (1981) y “Las locas, locas aventuras de Robin Hood” (1992) por ejemplo. O “Los Picapiedra” (1994) de acción en vivo que dirigió Brian Levant.
También la incorporación de música incidental actual, en películas de época. Pensado seguramente en el público al que va dirigido o como elemento decorativo destacado, ha llevado a David Bowie y Queen a tiempos medievales en “Corazón de Caballero” (2001). A The Strokes, The Cure y The Radio Dept. a la Revolución Francesa en “María Antonieta, la Reina Adolescente” (2006) de Sofia Coppola. O a la belle epoque de “Moulin Rouge! – Amor en Rojo” (2001) un extraordinario mix sonoro que une The Beatles, Elton John, Madonna, U2, Sting, David Bowie, Mariano Mores y a Kiss entre otros. También en la serie que comento más adelante, “Los Bridgerton”, la música la interpreta el grupo de cuerdas Vitamin String Quartet, que suena muy acorde, pero las canciones son actuales: “Thank U, Next” (Ariana Grande), “In my Blood” (Shawn Mendes) o “Bad Guy” (Billie Eilish) por ejemplo.
Y de errores o “libertades argumentales” hay para un libro: la incorporación del General San Martín en “La Revolución de Mayo” de Mario Gallo, primer film argumental argentino de 1909; el vestuario, las batallas y la condición social de William Wallace de “Corazón Valiente” (1995). Salieri nunca presenció el fallecimiento de Mozart pero en “Amadeus” (1984) tuvo mucho que ver. Aunque “El Rey Arturo” (2004) lo demuestre, en el Siglo V no había armaduras de metal, ni se ejecutaba por herejía. Y un largo etcétera en el que se incluyen “Gladiador” (2000), “Troya” (2004) y “Apocalypto” (2006) de Mel Gibson sobre el imperio maya, liderando los primeros puestos.
Destaco aquí la maravillosa adaptación, manteniendo los diálogos originales de la obra de William Shakespeare en la que se basa, que realizó Baz Luhrman en “Romeo+Julieta” (1996), llevando la historia al tiempo actual.

 

Blackwashing.
El “blackwashing” es la intención de incluir actores negros en los castings para roles diversos (que no sean solo de traficantes, criadas, sirvientes, indigentes, villanos, víctimas). Forzada tras años de lucha, de premiaciones vergonzosas y de “whitewashing”, en el que los intérpretes blancos son (y siguen) primeramente elegidos en los castings en Hollywood. Para rendimiento de la taquilla y, supuestamente, porque el público no está preparado, por ejemplo para que el comanche de “El llanero solitario” (2013) lo haga un comanche, por eso lo interpretó Johnny Depp, o la Tigrilla de “Peter Pan” (2015) sea una indígena americana. Los Otelo de Shakespeare hasta Laurence Fishburne (1995) eran blancos pintados y El Anciano (Ancient One) del Himalaya de “Dr. Strange-Hechicero Supremo” de Marvel no es ningún intérprete asiático (1). Horas de maquillaje para los rasgos y ojos característicos pasaron Micky Rooney (“Muñequita de lujo”/ “Desayuno en Tiffany’s”/”Diamantes para el desayuno”, 1961), Marlon Brando como el japonés Sakini en “La Casa de Té de la Luna de Agosto” (1956) o John Wayne en “El Conquistador” (1956) como Genghis Khan.
Por todo esto y mucho más, ¿será que aparece el “colour blind casting”?
Casting daltónico, no tradicional, casting integrado o casting a ciegas es una práctica de casting (selección de actores) sin considerar el origen étnico, color de piel, forma del cuerpo, sexo y/o género del intérprete.
En “La Dama y el Vagabundo” (versión 2019 de acción en vivo, disponible en Disney+) la pareja protagónica son un joven blanco con una dama negra que tienen una niña negra. Los negros, blancos y asiáticos conviven indistintamente en diversos roles en la sociedad humana. Pero se desarrolla en 1901 en Estados Unidos y toda la ambientación coincide con la época. Es un mundo ideal y de fantasía, porque los perros hablan y se enamoran. Pero históricamente es imposible.
En este mundo de Disney nos dejamos llevar por lo ideal de ver que el cochero y la señora que lleva, el dueño de la tienda, los que pasean por el parque, los participantes de las fiestas como individuos en sus roles, sin importar su etnia… ¿O estamos negando la historia de las luchas por los derechos de los negros, inmigrantes y minorías en ese país donde aún hoy matan por racismo y xenofobia?

 

Los Bridgerton.
Lo mismo sucede en la serie “Los Bridgerton” (2020, Netflix). Ambientada a mediados del 1800. Planteada como drama romántico de época colour blind casting (casting daltónico): la idea sería que veamos cada personaje con sus conflictos y pasiones sin importar quienes lo interpreten. No se trata de las pasiones, sociedad o reinado interraciales que muestra, sino de una historia de amor entre una joven lista para casarse y un conde, en el contexto de la Inglaterra de la Era de la Regencia, visto a través de la familia Bridgerton.
En la serie la reina de Inglaterra es negra (si bien se supone que la verdadera Carlota tenía familiares africanos) y el conde enamorado también, pero la realidad marca que hasta hoy en día, por ejemplo con el conflicto sobre el origen de la esposa del Príncipe Harry (el menor de los hijos de Carlos, príncipe de Gales y Diana, princesa de Gales, y nieto de la reina Isabel II del Reino Unido), el racismo está vivo como siempre. Y –sin tener en cuenta su historia de conquista, usurpación y protectorados– estudios recientes determinaron que el “brexit” ha provocado en su población un aumento en crímenes de odio, intolerancia y discriminación al inmigrante, y clasismo.
Otro ejemplo es la miniserie “Hollywood” (2020, Netflix) de Ian Brennan y Ryan Murphy. Colorida y fascinante, sueña con la fábrica del cine ideal en los años 40, en la que historias verdaderas se entrecruzan con las posibilidades de triunfo que debían haber tenido actrices, actores o guionistas no-blancos no-heterosexuales. ¡Viéndola dan ganas de recurrir a Google a revisar qué es cierto o no!, (les aviso que un ochenta por ciento es mentira).
Para tener una opinión más profesional, conversé del tema con el sociólogo y profesor de Sociología y Antropología de la UNLPam, Guido Rovatti: “Hay un planteo del arte –dentro de un movimiento social– que pueda mantener lo que sería la reivindicación que –como movimiento social– se da hoy, pero son reclamos de hoy sobre cuestiones del pasado. Podríamos decir que eso es interesante, pero no nos olvidemos que es un arte… Picasso decía: ‘El arte es una mentira que ayuda a comprender la realidad’. No nos olvidemos que es una mentira.
Por un lado, es interesante poder evaluar cómo la sociedad, hoy, ve cómo es la sociedad de aquella época. El riesgo que nos queda –uno como cientista social se pregunta– cualquier revisionismo histórico y más allá de que la historia efectivamente es un discurso construido por actores sociales involucrados: ante una sociedad que a veces le da la espalda a su historia, al desconocer la historia real y verla distorsionada por los requerimientos del arte, a veces puede llevar a errores de conocimiento históricos muy serios… Por ejemplo, ese chico que viendo una imagen de Luis Miguel con el actor joven que lo interpreta en la serie, pregunta quién es el viejo que está al lado de Luis Miguel. Justamente a veces esa distorsión que se utiliza con una función específica artística y de lenguaje cinematográfico, puede llevar a quien pueda desconocer la realidad histórica a distorsionar su conocimiento.
Además es un arte dentro de una sociedad capitalista como ésta, en la que a veces el mostrarlo idealmente oculta un montón de situaciones. El arte está producido y generado por actores concretos, y contar distorsionada la historia es una función muy común ahora e incluso en la historia: un faraón que perdía las batallas en forma terrible, tallaba muros enteros de sus triunfos y quedaban éstos para su pueblo… ¿cualquier parecido con nuestra realidad actual? Lo interesante de esto es que alguien que se pregunta por un casting daltónico, se está preguntando sobre ese producto social y cultural que es el cine y cómo es su relación y su diálogo.
Hace casi treinta años Sartori escribió ‘Homo Videns’ (2) sobre el impacto que tiene el medio audiovisual para la construcción de la realidad en una cultura de la visión. Se construye a veces el relato con una videncia muy distinta y una apropiación del público muy diferente. Cuando uno leía una historia, imaginaba los personajes, los actores etc, solo había algún relato o descripción del autor, quedaba entonces la construcción imaginaria de cada uno. Viendo el pasaje de un sistema comunicacional a otro, en la radio por ejemplo… Mi madre en la Rosario de los años ‘50 escuchaba radionovelas de Radio Nacional e imaginaba los personajes con esas voces ¡y la desilusión cuando vio la persona de la voz de la que ella estaba enamorada! En la música por ejemplo, con el uso del videoclip, uno primaría el oído y sin embargo prevalece e impacta la imagen”.
Y concluye: “En la Grecia antigua se usaban las máscaras para que lo que se vea sea el rol del actor y no el actor mismo. Para que no quede ligada la imagen de la persona sino el rol y el aprendizaje que pueda ser visualizado. Podríamos sumarle a eso que estamos en una sociedad capitalista. La misma película es un producto cultural para un mercado cultural, y al incorporar etnias distintas, mayor será el mercado, más se sentirán identificados. En los dibujos animados orientales, los ojos de los personajes son más amplios, parecidos a los de un occidental y tiene que ver con cuestiones interculturales de globalización o mundialización, intentando neutralizar algunas de las dimensiones étnicas. O se neutraliza el español para no identificar de qué zona es el hablante. En este caso se neutraliza la etnia de la persona que actúa”.

 

Más cerca de la realidad.
Mientras tanto otras producciones no se apartan de la realidad. En “Malcolm & Marie” (2021, Netflix) el protagonista que interpreta John David Washington reniega porque en el estreno de la película que dirigió, la prensa y la gente sigue diciendo “el director negro” y no “el director”.
Además de agregados paranormales, el horror que plantea “Ellos” (Them, 2021, disponible en Amazon Prime) surge de la segregación racial y las atrocidades que cometen blancos contra una familia negra en los ’50. Y en “Dos Perfectos Desconocidos” (2021, Netflix) el corto ganador del Oscar este año, un joven negro que sale a la vereda termina ahorcado por un policía blanco de manera muy similar a cómo murió George Floyd (3).
Licencias creativas, adaptaciones libres, versiones irreales de hechos reales, intérpretes bellos hasta en aventuras prehistóricas, Biblia y calefón… en pos de contar una historia e involucrarnos en ella. De todas estas mentiras y muchas más se trata el cine, desde la “fantasía parpadeante” de cuando se creó.

 

(1) Tuvo la elección del personaje un giro interesante igual, porque lo interpreta la actriz Tilda Wilson.
(2) “Homo videns: la sociedad teledirigida” de Giovanni Sartori.
(3) George Floyd murió por asfixia en mayo de 2020 en Minesota (USA), provocada por un policía blanco tras esposarlo y ponerlo boca abajo, presionándolo contra el pavimento con su rodilla apoyada sobre el cuello. Su muerte provocó manifestaciones mundiales y demostró que el racismo, la xenofobia y los abusos hacia la población afrodescendiente están activos como siempre en ese país.

 

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