Lunes 25 de marzo 2024

El pato Donald cumplió 86 años y sigue actuando

Redacción Avances 29/06/2020 - 09.07.hs

Nacido en 1934, participó en más cortometrajes que el propio Mickey Mouse. Sus fanáticos celebran su cumpleaños en todo el mundo y los medios siguen hablando de él.

 

Redacción *

 

Uno de los grandes pilares del imperio Disney, el pato Donald, nacido el 9 de junio de 1934, se convirtió en el animal de su especie más famoso y polémico de la historia. Mientras en los 70 Ariel Dorfman y Armand Mattelart lo encuadraron políticamente como la representación edulcorada y mentirosa de la explotación capitalista, en Alemania los grupos conservadores lo atacaban por no llevar pantalones y por vivir en pecado con su novia Daisy, con quien compartía una casa sin haber pasado por el registro civil ni menos aún por la iglesia. 

 

Lo cierto es que el personaje apareció por primera vez en 1934 en un cortometraje llamado The Wise Little Hen (La gallinita sabia) y fue creado por Dick Landy. Aunque en los estudios Disney ya se hablaba de él en años anteriores, su debut formal fue ese y por lo tanto, se lo toma como el día de su cumpleaños. 

 

Durante 50 años Clarence Nash fue el encargado de ponerle voz. Al morir en 1985 fue reemplazado por Tony Anselmo. Pero su participación en la configuración del personaje fue fundamental, ya que valiéndose de un alfabeto fonético hizo la voz del pato en todas las lenguas a las que fue traducido. Además, en un principio fue también la voz de Daisy y de los sobrinos Hugo, Paco y Luis.

 

Bautismo y Oscar.

 

El nombre del personaje proviene de un jugador de cricket austríaco, Donald Bradman, de gira en Nueva York en el momento en que el pato debía ser bautizado.

 

Muy pronto se convirtió en la figura insignia del mundo de Disney. Participó en 178 cortometrajes, 41 más Mickey. En el mundo del comic ocupa el número 5 de la lista. Esta sólo un poco por debajo de Superman, Batman y Spiderman.

 

Obtuvo ocho nominaciones al premio de la Academia. Pero el corto que le hizo ganar el Oscar en 1943 fue El rostro del Führer. Allí la participación de Donald es explícitamente política. Se queda dormido y sueña que debe trabajar en una fábrica nazi. Allí, además de colocar espoletas en proyectiles, debe hacer el saludo nazi. Los proyectiles con los que tiene que trabajar son cada vez más grandes y Donald se siente devastado. Por fin, logra despertarse. Sobre la pared de su dormitorio se proyecta la sombra de la Estatua de la Libertad y se abraza a ella contento de que todo haya sido un sueño. Se siente “orgulloso de ser un ciudadano de los Estados Unidos de América”. Al final, un tomatazo explota sobre la imagen de Hitler y con el jugo se escribe The End.

 

El pato Donald es esta vez un propagandista explícito de los Estados Unidos en el marco de la Segunda Guerra Mundial.

 

Hace 4 años el corto con que Disney ganó el Oscar fue quitado de la lista de “materiales extremistas” que está prohibido difundir en Rusia. El hecho se produjo porque un ciudadano ruso subió el cortó a la web, lo que le valió un proceso judicial. Finalmente, se tuvo en cuenta que el corto caricaturizaba a Hitler y no hacía una exaltación de su figura. El hecho tuvo repercusión mundial. Ya en la época inmediatamente posterior a la creación del corto, Disney había dejado de proyectarlo porque temía que pudiera resultar irritante y confuso que Donald apareciera como un uniforme de trabajo nazi.

 

El capitalismo.

 

Analizar el personaje desde los significados políticos latentes en sus cortos, desde las formas en que representaba la sociedad y justificaba la explotación capitalista, por lo tanto, no resultaba una empresa descabellada. Sin embargo, en los 70, el libro de Ariel Dorfman (argentino-chileno) y Armand Mattelart (belga), resultó muy novedoso y se convirtió en un ícono cultural de la época.

 

“Lo imaginario infantil le sirve a Disney –dicen los autores- para cercenar toda referencia a la realidad concreta. Los productos históricos pueblan y llenan el mundo de Disney, se venden y se compran ahí adentro incesantemente. Pero Disney se ha apropiado de esos productos y por ende del trabajo que los generó, repitiendo lo que la burguesía ha hecho con la fuerza de trabajo del proletariado.”

 

Y refiriéndose expresamente a Donald se preguntan: ¿Para qué busca trabajo Donald? Para obtener plata con el fin de veranear, para pagar la última cuota de su televisor (parece que la paga miles de veces, porque en cada nueva aventura tiene que pagarla de nuevo por última vez), para comprar un regalo (generalmente para Daisy o para Tío Rico). Lo que caracteriza todos estos deseos es la falta de necesidad que siente Donald: nunca manifiesta problemas con el arriendo, con la luz, con el alimento, con el vestuario. Por el contrario, a pesar de que nunca tiene un peso, siempre está comprando. El mundo de la abundancia mágica ronda a todos estos personajes: los chicos malos no disponen de un centavo para una taza de café. Y en el próximo cuadro, se construyeron un cohete de la nada. Gastan mucho más para asaltar a Mc Pato de lo que pudieran sustraerle”.

 

El otro extremo.

 

Donald fue creado en contraposición con la figura de Mickey. El pato es malhumorado y no tiene demasiada inclinación al trabajo, pero disfruta, sin embargo, de riquezas producidas por otros, que es lo que hace un pequeño número de personas que concentran un alto porcentaje de las riquezas el mundo.

 

Curiosamente, el nombre de pila del actual presidente de los Estados Unidos es Donald. El pato creado por Disney se las ha arreglado desde su nacimiento para estar presente de diferentes maneras a través de la historia.

 

* Tiempo Argentino

 

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