Miércoles 24 de abril 2024

Editan libro de viajes de Torroba

Redacción 02/08/2015 - 05.59.hs

Alberto Torroba nació en La Pampa en 1952. Antes de volver a establecerse en su tierra recorrió el mundo de una manera muy notable. Parte de ese recorrido fue plasmado en el libro
"Relato del Náufrago y el Ave Marina. De cómo un pampeano vio el mundo y cruzó el océano tropical en canoas a vela y remo", de ediciones del Pulpo Negro (2015). Un ejemplar de dicha edición llegó a LA ARENA de manos de una de las hijas de Torroba, Luna, quien dijo que en los próximos días podrá conseguirse en las librerías de Santa Rosa.
"En la época de los hippies conoció Europa con la mochila al hombro. Pasó bastante tiempo en la India y en el lejano Oriente. Desde Japón, con nociones autodidactas de navegación llegó a Borneo. Repatriado por falta de visa, zarpó de Buenos Aires con otro barquito elemental, que perdió a los pocos días. Sin amilanarse armó un bote a vela y remo que bautizó Náufrago, con el cual a veces solo y a veces -joven enamoradizo- acompañado de alguna novia, llegó a Panamá", reza el prólogo de la edición. "Pasó su bote por tierra al otro lado del istmo y tras otro periplo construyó en Colombia el prao Ave Marina, que navegaba bien pero era inhabitable. Entonces, del tronco cavado de un árbol de la selva del Darién, hizo otra Ave Marina. En esa canoa de 4,50 metros por 1,50 metros a vela y remo y sin ningún instrumento, cruzó el océano hasta la Polinesia. Todo esto fue posible merced a su inspiración y fuerza de voluntad, gran resistencia física, y conocimiento y aptitudes inusuales", prosigue. En este libro se podrá encontrar la trascripción fiel del diario del pampeano desde el Río de la Plata hasta la Polinesia, "pero su historia va más allá y en la nota final del editor reseña las interesantes andanzas de este viajero extraordinario".

 

Del mar al campo.
Actualmente, la vida de Alberto Torroba gira en torno a su familia y la naturaleza en Anguil. Conserva el pelo largo y muestra algunas huellas del sol, el viento y el mar.
Pasó dos décadas recorriendo el mundo antes de regresar a La Pampa. En 1989 cruzó el Pacífico en un bote de vela, sin instrumentos y guiado sólo por las estrellas y ahora es un paisano más.
Antes de emprender su primer viaje, Alberto estudiaba matemáticas en Buenos Aires. "Descubrí que la vida de un matemático gira siempre en torno de la universidad, y empezó a dejar de interesarme. Era 1977 y te llevaban preso por tener pelo largo. Las cosas eran cada vez más difíciles y me fui", contó en una entrevista. Vendió una moto y llegó a Madrid con 50 dólares en el bolsillo. Pasó algún tiempo en Ibiza y un año en Berlín. Atravesó el viejo continente hasta la India, donde se quedó dos años. Vivió en Taiwán, Sri Lanka, Katmandú, y recorrió el Himalaya a pie antes de llegar a Japón, donde armó su primer velero y se hizo a la mar.

 


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