Jueves 25 de abril 2024

Las mujeres del fútbol

Redaccion 21/08/2020 - 21.37.hs

«¡Maricel, levantá las rodillas!», le ordena la entrenadora a una de las arqueras. «Así, así está mejor!», la alienta a continuación, mientras la joven repite el ejercicio atendiendo a las indicaciones.

 

En el playón de cemento del Club General Belgrano hay diferentes circuitos armados. Entre aros, conos y algunas cubiertas de camión, las integrantes de los planteles de mayores del Tricolor entrenan separadas en grupos pequeños y manteniendo las distancias para cumplir con los protocolos. Aún no hay pelotas porque la AFA no lo permite.

 

Es el Día de la Futbolista y allí están ellas, sin torneos a la vista y sin poder patear, pero entrenando como si se prepararan para la final del mundo. Y sin derrochar minutos, porque en estos tiempos de turnos para todo hay que ser puntuales. «Avisen a las menos cinco que tenemos gimnasio», advierte una joven mientras recupera el pulso luego de un zig zag rabioso entre los conitos anaranjados.

 

Siguiendo cada movimiento con atención, en un lateral y con el barbijo colocado, Telbi Vera interactúa con la preparadora física (Nadin Giménez) para aprovechar la práctica de la mejor manera. La DT sufrió en carne propia aquellos tiempos en los que era casi imposible encontrar un lugar para que una chica juegue al fútbol, y ahora valora de manera especial la posibilidad que tienen sus jugadoras.

 

«Tenían muchas ganas de volver, aunque no haya torneos. Están muy entusiasmadas y yo tengo que estar para acompañarlas, para no dejarlas en banda», resume la entrenadora, que dirige en el club de sus amores sin cobrar un peso desde hace más de dos años. «Les gusta el fútbol, se divierten y tienen el lugar que no pudimos tener nosotras. Y eso no se puede perder», remarca.

 

Un espacio

 

«Cuando era chica jugaba en las vías con mis hermanos varones y los vecinos. Nunca fui a una institución a jugar porque en esos años no había lugar para las mujeres en el fútbol de los clubes», recuerda Vera sobre su infancia en Villa Alonso.

 

«Siempre digo que la veía a ‘La Tati’ Suhurt pasar con la pelota bajo el brazo y la seguía porque se jugaban unos picados bárbaros en las vías con los varones. Y lo mismo hacía yo con mis hermanos y vecinos», agrega Telbi, que recién a los 18 años pudo integrar un equipo femenino. «Armamos uno acá en Belgrano con varias chicas más y nos dirigía mi hermano ‘El Rata’ (Cristian Vera). Jugábamos algunos encuentros, pero duró un tiempito», agrega sobre aquella experiencia.

 

Sin lugar para jugar, comenzó a canalizar su pasión por el fútbol con la dirección técnica y se fue haciendo su propio espacio. «A los 25 empecé el curso con mi hermano y cuando estaba en el primer año me ofrecieron dirigir a las chicas de la Escuela Municipal de Colonia Escalante. Y ahí arranqué», cuenta la hoy Directora Técnica Nacional de Fútbol, que además completó la carrera de Recursos Humanos.

 

Su periplo continuó con el equipo femenino de la Peña Azul y Oro de Santa Rosa, en el que estuvo tres años trabajando por el crecimiento de la actividad. «Fuimos a torneos internacionales y armamos una liga de fútbol femenino en la provincia con 12 equipos. Fue muy lindo, pero a la vez muy sacrificado porque teníamos que hacer muchas cosas, como polladas, para pagar el alquiler de la cancha y demás», explica.

 

Cuando su carrera como DT comenzaba a crecer, un duro golpe la obligó a tomarse un tiempo antes de volver al fútbol, que en ese regreso también fue sanador. «El Ruso (José) Gonzalía me llamó para dirigir a la Reserva de varones de Unión y Amistad, pero estaba embarazada, no podía, y después perdí el embarazo. Y cuando estaba recuperándome me llamó de vuelta; Guido (Carracedo, su pareja) también había empezado a dirigir en el equipo y entonces arranqué. Y me sirvió muchísimo para poder salir de la situación difícil en la que estaba», cuenta Telbi.

 

En 2017, cuando aún dirigía a Unión y Amistad, nació Amadeo. «Estaba embarazada y dirigía a la cuarta, y cuando nació lo llevaba de vestuario en vestuario, porque Guido había empezado a trabajar en (Independiente) Doblas y yo iba con el bebé para todos lados», agrega sobre su hijo y su doble rol de madre y entrenadora.

 

Al año siguiente la llamaron para hacerse cargo del fútbol femenino del club de sus amores, el mismo en el que hoy da indicaciones a sus dirigidas y a la vez es vicepresidenta de la Comisión Directiva que encabeza Sergio Bassa. «Estamos en la dirigencia, pero al fútbol femenino no lo largo porque me apasiona, me gusta, y además porque somos pocas las técnicas que le ponemos en hombro y tenemos que estar por el futuro de las chicas. Siempre luchamos por un espacio y hoy, que al menos tienen algo, no las podemos dejar de contener», destaca.

 

Proyecto liguista

 

Aunque el fútbol femenino en La Pampa creció en los últimos años, especialmente de la mano del Gobierno provincial -se organizó una liga de fútbol 8 que agrupó a 50 equipos-, aún no pudo institucionalizarse en las ligas afiliadas a AFA. Ese salto les permitiría sumar espacios en los clubes, que a la vez ganarían en cuanto a los derechos de formación porque hoy las jugadoras deambulan de equipo en equipo sin una ficha de afiliación a ninguna entidad.

 

«Todavía le cuesta a los clubes sumar chicas, principalmente al semillero. Es más fácil armar la Primera porque las chicas vienen y se organizan ellas solas, pero hay que trabajar con las inferiores», señala Telbi Vera, que junto a Melisa Evangelista, DT de La Barranca y compañera en el cuerpo técnico de la Selección que participó en los Juegos de la Araucanía, presentó este año un proyecto para que la Liga Cultural sume al fútbol femenino.

 

«Propusimos hacer, dentro de la Liga, un Departamento de fútbol femenino, pero llegó la pandemia y frenó todo», se lamenta Vera al hablar de su propuesta, que tenía como objetivo sumar a las mujeres al ámbito federado en el que hoy solamente juegan los varones.

 

«La idea era tener una Primera División, una Reserva y una categoría de inferiores, en principio para los clubes que pudieran y que hoy tienen fútbol femenino. Hacer una prueba piloto de uno o dos años y después hacerlo obligatorio para todos con al menos dos categorías de inferiores por club», informa la DT sobre el proyecto, que «era viable, pero hoy quedó en stand by».

 

– Aunque no pudieron tratarlo por el parate. ¿Había una aceptación general de los clubes?
– Tuvimos dos reuniones y en la segunda presentamos el proyecto, que iba a quedar a votación. Pero en realidad tienen que entender que si no lo aceptan están excluyendo a un montón de jugadoras y eso no puede seguir pasando. Nos vienen pisando desde hace un montón de tiempo y no podemos seguir esperando la aprobación de todo el mundo.

 

– Hoy celebran el Día de la Futbolista pero siguen luchando por esos derechos que no tienen…
– Sí, hoy es el Día de la Futbolista porque Elba Selva le metió cuatro goles a los ingleses hace casi 50 años, y desde ese tempo nos vienen pisando. Muchos hablan del boom o de la moda del fútbol femenino, y no es una moda porque viene desde muchísimos años. Y en La Pampa también, con Mari Acevedo, que fue la primera DT recibida a nivel nacional y nunca tuvo el lugar que le correspondía.

 

Más lugar

 

«Seguimos sin tener nuestro espacio», insiste Vera. «Nos hacemos fuertes y nos hacemos escuchar porque las mujeres tenemos ese espíritu rebelde, porque hoy tenemos las redes y los medios que nos visibilizan, y porque las chicas se animan a jugar sin pedir permisos; pero falta el paso institucional, en los clubes, en las ligas y en los gobiernos», agrega.

 

«Ahora la AFA va a exigir un mínimo de 12 contratos para las profesionales, cuando hasta ahora eran 8. Avanzamos, sí, pero en el masculino tienen más de 40 contratos en dólares por plantel, y en el femenino las chicas tienen que seguir laburando aparte para poder vivir», remarca a modo de ejemplo la DT, que hace su trabajo sin cobrar un peso.

 

– ¿Y en el resto del país?
– El interior siempre queda excluido. En este tiempo de charlas virtuales nos conocimos con otras entrenadoras y la realidad es parecida en toda la Argentina; sin espacios o con poco espacio, en lugares malos y sin los elementos adecuados. Por eso en La Pampa vamos a luchar para que la Liga absorba al fútbol femenino, y eso va a ser un paso clave para las chicas. Hay mucho por hacer todavía.

 


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