Miércoles 27 de marzo 2024

«Perder un año será muy duro»

Redaccion 30/07/2020 - 21.53.hs

El entrenador Daniel Torres, oriundo de Doblas, está a cargo de las inferiores del voleibol femenino del Club Atlético Boca Juniors desde 2005. El pampeano lleva quince años al frente de las categorías formativas del Xeneize y hoy está a cargo de las categorías Sub 16 y Sub 18.
El técnico pampeano le brindó una nota al sitio oficial de Boca, donde cuenta cómo surgió una reestructuración en el club para mantener a las jugadoras en forma y motivadas. Es sabido que la pandemia por COVID-19 ha afectado cualquier ritmo de vida que se conocía como normal en distintos ámbitos.
En la alta competencia, los deportistas continúan con sus rutinas dentro de cada deporte priorizando las formas físicas y esperando el momento de volver a los entrenamientos de forma colectiva. Pero también está el caso de todos esos proyectos con los que cuenta Boca en voley y que hoy, en su etapa de desarrollo y formación, se ven imposibilitados de continuar con sus avances como deportistas.
El entrenador doblense, con algo más de 15 años de experiencia dentro del club en la formación de jugadoras, explicó la nueva dinámica para las integrantes de las distintas categorías: «Una vez que se cortaron los entrenamientos formales nos encontramos con una situación desconocida. Lo primero que evaluamos era cómo darle continuidad a los grupos que tenemos en este nuevo contexto, sabíamos que debíamos ser contenedores desde lo humano y lograr que el sentido de pertenencia con el club no se pierda. Desde lo físico, implementamos seis entrenamientos semanales donde la mitad son encuentros grupales y el resto cada jugadora cumple con una rutina adaptada. En tanto, la parte social y deportiva, es abordada con charlas de profesionales (psicólogos, traumatólogos, nutricionistas, kinesiólogos y jugadoras de primera división), en donde se busca incorporar conceptos relacionados con la disciplina. Con la psicóloga por ejemplo, hemos hablado de como manejar la frustración en la competencia, con el traumatólogo y la kinesióloga sobre lesiones deportivas, con la nutricionista sobre la alimentación en este período mientras que las jugadoras aportaron sus experiencias además de conceptos desde sus roles de juego».
Además del uso y adaptación de la tecnología, el entrenador pampeano describió una particular forma de aprendizaje según la posición que ocupan en la cancha: «Mas allá de los encuentros por Zoom y la preparación física por el mismo medio, se armaron grupos de WhatsApp por función dentro de la cancha en donde enviamos videos de jugadoras de nivel internacional trabajando técnicamente o jugando en sus respectivos equipos».
Y agregó: «Tomamos esa determinación para que tengan espejos en donde reflejarse a futuro; una vez que las jugadoras los observan, hacemos un análisis y a partir de ahí vemos las características similares con las que contamos y tomamos referencias para poder aplicar cuando pisemos un rectángulo nuevamente. También incorporamos los videos de los mundiales de categorías menores Argentina 2017 y Egipto 2019, donde integraron la selección nacional jugadoras de inferiores como Candela Salinas, Dominique Corsaro y Julieta Holzmaister. El trabajo consistió en que las chicas hicieran las estadísticas de los partidos que veíamos para después conversar sobre los sistemas de bloqueo defensa, ataque y todo aquello que les pudiera aportar para su desarrollo».
El sitio oficial del Xeneize agregó que la determinación de aplicar estos nuevos métodos era todo un desafío, por lo que Torres no dudó en afirmar que «la respuesta ha sido excelente». «Tenemos el seguimiento individual de cada jugadora y hemos logrado que todas continúen entusiasmadas de ser parte de la disciplina dentro del club. Conversamos mucho desde lo individual cuando notamos alguna situación en particular, la ayuda de la psicóloga es sumamente importante en estos tiempos sobre todo para manejar situaciones complejas, desde el tiempo de aislamiento, la motivación o las situaciones personales dentro de cada hogar».
Para culminar, Torres reflexionó sobre lo que puede provocar la falta de competición para las categorías formativas. «Lo primero que considero, es que esta pausa competitiva va a ser detonante para el abandono de la actividad de muchos deportistas dentro del vóley en general, es por eso que desde el primer día sabíamos que necesitábamos encontrar métodos en donde no solo se mantenga la parte física, sino también las ganas y el progreso dentro de nuestra disciplina. El perder un año de competencia va a ser muy duro. Nos adaptaremos cuando regresemos y somos conscientes que con esfuerzo y trabajo vamos a recuperar el tiempo de este año».

 

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