Domingo 14 de abril 2024

Un pampeano entrenador en China cuenta su experiencia

Redacción 21/03/2017 - 01.06.hs

La llegada de Carlos Tevez a cambio de más de 40 millones de dólares por temporada es sólo la punta del iceberg. El Apache vistiendo la camiseta del Shanghai Shenhua es, a la vez, vidriera y espejo. Con su presencia -y la de otras figuras- China le muestra al mundo que todo lo puede económicamente hablando, y al mismo tiempo busca contagiar a los jóvenes locales que puedan llegar a ver reflejados sus sueños en la gran estrella.
Mientras tanto, magnates del gigante asiático de la talla de Jack Ma (dueño de Alibaba), Wang Jianlin (Wanda Group) o Zhang Jindong (Grupo Electrónico Suning), entre otros, siguen invirtiendo en acciones -totales o parciales- de equipos de primer nivel europeo como el Atlético Madrid español, el Milan italiano, el Manchester City inglés o el Olympique Lyon francés.
Como nunca antes en la historia, China y el fútbol caminan de la mano, en una relación que promete elevar a números disparatados el mercado y la popularidad del deporte rey. Y todo como un plan estratégico impulsado por el mismísimo presidente chino, Xi Jinping, quien planea una inversión de unos 800.000 millones de dólares de aquí a 2025, con el objetivo de que ese año la Liga de fútbol de su país se equipare con las europeas en la cantidad de figuras y en el desarrollo del fútbol de base.
En ese contexto, el Estado aspira a tener unas 50.000 escuelas de fútbol para 2025 (en 2017 planean la concreción de 20.000), para lo que ya está realizando una importante inversión inmobiliaria y de infraestructura, al tiempo que con incentivos fiscales intenta atraer a grupos inversores.

 

Nada fácil.
De todas maneras, el trabajo a largo plazo -el que tiene que ver con la formación de futbolistas- de esta "revolución" no será para nada sencillo en una sociedad aún atada a estructuras de aprendizaje muy fuertes, y en la que los cambios están comenzando a producirse muy lentamente.
Así lo cuenta el pampeano Facundo Ramírez, profesor nacional de educación física (egresado del IPEF de Córdoba) y licenciado en actividad física y salud (Universidad Nacional de Villa María), que estuvo dos temporadas trabajando desde adentro en el fútbol chino, tanto en las escuelas de formación como en la parte profesional.
"Hoy en día, en China el fútbol es una cuestión de Estado. El desarrollo económico de China y su protagonismo en el capitalismo moderno hace que esté metido de lleno en los deportes globales y que generan consumo", señaló el santarroseño a LA CHUECA.
Ramírez fue contratado junto a un compañero catalán (ambos estaban trabajando en España) para "desarrollar un programa de capacitación y formación de fútbol orientado a niños y entrenadores chinos, para ser aplicados en las escuelas públicas en niveles básicos" en Jinan, provincia de Shandong, pero allí se encontró con una realidad que dista mucho de la que necesita un deporte colectivo como el fútbol.
"Desde mi experiencia, los chinos tienen todas las condiciones para desarrollar un plan global de formación del fútbol, pero el limitante más grande que tienen es el entendimiento de la formación a nivel educativo, tanto en escuelas como en clubes formadores de jugadores", comentó el pampeano, que también trabajó en el cuerpo técnico del Jiangxi Liansheng FC (League 2), ubicado en la provincia de Jiangxi, en la ciudad capital de Nanchang.
En el mismo sentido, Ramírez aseguró que no fue nada fácil "montar una metodología europea dentro de un sistema muy estructurado y con ideologías muy arraigadas al deporte individual" como el chino. "Al principio fue un desafío incómodo porque las organizaciones chinas tienen una jerarquía hasta ridícula en algunos casos, ya que hay ideas de hace muchos años que prevalecen en modelos de entrenamientos. A los chinos les cuesta mucho cambiar, particularmente a los adultos", explicó.
"Poco a poco fuimos constituyendo una manera de trabajar un poco más flexible, donde el foco fue puesto en las personas y en humanizar las estructuras. Y cuando logramos llegar a nuestros jugadores de una manera distinta a la manera China, pudimos hacer pequeños cambios que generaron muy buenos resultados", agregó al relatar su experiencia.

 

En la escuela.
Más allá de las estructuras, Ramírez no dudó en afirmar que "los chinos saben lo que quieren" y tienen el potencial para hacerlo, aunque llevará un largo tiempo cambiar algunos parámetros de un sistema desarrollado a lo largo de miles de años.
Un ejemplo claro es la educación: "Los chinos quieren formar futbolistas desde pequeños, quieren que la gente se interese por el fútbol y quieren ser protagonistas, pero en las escuelas el sistema educativo es súper estructurado. Los niños están sentados hasta doce horas por día y los recreos son 15 minutos de movimientos gimnásticos repetitivos para todos en un playón", comentó.
"Y lo mismo ocurre en las clases de educación física, donde impera una concepción del movimiento extremadamente analítica, que muy bien va para los deportes individuales pero nada tiene que ver con los deportes colectivos", contó el santarroseño, al tiempo que reveló que "las clases de fútbol son obligatorias dos veces a la semana", aunque los chicos tienen un "contacto efímero" con la pelota, "por lo que el desarrollo en las escuelas tiene limitantes por demás evidentes".

 

En los clubes.
Por otra parte, Ramírez señaló que más allá de las "restricciones" educativas, sí se está trabajando mucho en las bases de los clubes de cara al futuro. "Lo que están desarrollando bien es la implementación y formación de las divisiones inferiores en todos los clubes profesionales. Muchos clubes aún no lo tienen, pero lo están desarrollando y eso hará posible que los potenciales talentos tengan la posibilidad de ser observados en varias provincias", explicó el santarroseño.
"En simples palabras, los chinos saben lo que quieren y tienen el dinero para hacerlo, pero no saben cómo hacerlo de una forma coherente, principalmente en lo que se refiere al fútbol de formación", opinó Ramírez. "Lo primero que deberían revisar son las estructuras educativas que se practican en las escuelas, que van en contra de lo cooperativo, de las dinámicas de grupos y del juego. Es decir, todas características básicas que hacen a el desarrollo de los deportes colectivos", cerró.

 

Santarroseño en China
"Al principio el cambio representa un shock muy grande por la comida (muy picante para mi gusto, pero muy diversa y deliciosa), la cultura y porque tenés que convivir con una masa de personas en constante movimiento que cambia tu ritmo de vida", dijo Ramírez al referirse a su paso por China, aunque valoró las posibilidades que se abren en el gigante asiático. "Sin dudas es un marco propenso para crecer a nivel profesional si tenés espíritu viajero y capacidad de adaptarte a la locura de la vida china, en el buen sentido de la palabra", señaló el santarroseño.

 

Ahora, Nueva Zelanda
Facundo Ramírez tiene 31 años y su futuro inmediato seguirá fuera de país, más precisamente en Auckland, Nueva Zelanda, donde el santarroseño está instalado desde hace una semana.
Luego de trabajar en sus primeros años como profesional en Córdoba y -en los veranos- en el área de discapacidad de la municipalidad de Santa Rosa, su primera experiencia en el exterior la tuvo en Barcelona, España, donde recaló para hacer un Master en deportes colectivos en el INEF de Barcelona en conjunto con el FC Barcelona y su grupo de profesionales.
Durante sus tres años en Cataluña, el pampeano se desempeñó como parte del cuerpo de entrenadores de un equipo de fútbol femenino, y desde allí dio el salto a China para ser parte de la "revolución" del fútbol de aquel país. "Conozco muchos argentinos que están formando en diferentes escuelas de China, tengo entendido que éramos más de 300 abocados completamente al fútbol de escuelas y otro grupo más reducido al fútbol profesional", reveló.
Sin embargo, este año decidió hacer una nueva experiencia en Auckland, Nueva Zelanda, con el objetivo de "mejorar el inglés", aunque no descartó volver a China. "La adaptación costó, pero finalmente terminé disfrutando de todo ese mundo", comentó.

 

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