Lunes 18 de marzo 2024

Una clasificación con el corazón

Redacción 27/06/2018 - 07.00.hs

La Selección se impuso por 2-1 y se metió en la próxima fase del Mundial. El grito final de Rojo decoró un partido en el que Argentina tuvo momentos de dominio y de desconcierto, pero en el que prevaleció el sacrificio tan reclamado.
Una aparición oportuna del defensor Marcos Rojo a cinco minutos del final del partido le dio ayer a la Selección argentina la victoria sobre Nigeria por 2 a 1 y la clasificación a los Octavos de Final del Mundial de Rusia 2018, donde enfrentará a Francia el próximo sábado.
Argentina, después de que Lionel Messi abriera el partido con un golazo en el primer tiempo y Víctor Moses lo igualara con un penal polémico en el arranque del complemento, sufrió hasta último momento y Rojo, con un remate de derecha tras centro de Gabriel Mercado, consiguió el triunfo.
Así, los dirigidos por Jorge Sampaoli, después de haber vivido los días más difíciles desde que inició su gestión, estarán en la próxima instancia, en la que el sábado a las 11 (hora argentina), en Kazán, chocarán con Francia, ganadora del Grupo C (ver página 23).
La victoria de Croacia sobre Islandia por 2 a 1 poco importó al final, ya que la Selección albiceleste se sacó la mufa en este Mundial y pudo conseguir el primer objetivo. Pero fue un partido de sentimientos, emotivo y que había que ganar por sobre el juego, que tanta deuda generó en las primeras presentaciones en Rusia 2018.
Y detrás del grito de Rojo y el abrazo como un mono de Messi, se fueron los alaridos de los más de 25 mil argentinos que estuvieron en el estadio de San Petersburgo, y de los millones que estaban frente a un televisor en el país.
Las lágrimas de los jugadores en el círculo central, abrazados con el cuerpo técnico y los dirigentes, fueron el reflejo de ese sufrimiento interno. El análisis del juego quedará para otro momento, podrá aparecer ahora que, dicen los que saben, es cuando empieza el verdadero Mundial.
Habrá que quedarse con que, una semana y media después de empezar el Mundial, apareció la entrega y el sacrificio que era uno de los ítems que más se le reclamaban a la Selección para este torneo. En definitiva, se hizo presente el "corazón" que pidió el DT para afrontar este partido clave.

 

Altas y bajas.
El grito de Rojo y de los 25.000 hinchas albicelestes que hicieron mover la isla de Krestovsky, le dio el triunfo a un equipo que puso corazón, tuvo juego colectivo y supo capear el temporal en momentos de desconcierto.
El conjunto albiceleste supo plantear el partido y en el primer tiempo fue superior a Nigeria, que trató a los de Sampaoli con demasiado respeto.
Luego Argentina cometió un error en el penal y tras el empate se desconcentró, se vio superado. Hasta pudo resignar el partido por pérdidas de pelotas infantiles y en el final le puso el corazón con el remate de Rojo.
Así, en líneas generales Argentina salió de todos sus temores con fútbol, con el control del juego que fue vital para que el plan trazado funcionara, pero también dejó algunas dudas que ahora, con mayor tranquilidad, habrá que despejar de cara al duelo del sábado ante Francia.

 


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