Miércoles 24 de abril 2024

Una historia de más de medio siglo

Redacción 16/06/2019 - 00.43.hs

El fútbol femenino está viviendo "su" momento. El actual Mundial de Francia es el más visto en la historia de la competición. Se espera que más de 500 millones de telespectadores sigan las instancias del certamen, cuyas entradas para el partido inaugural, semifinales y final se agotaron en menos de 48 horas desde que se pusieron a la venta.
En Argentina, donde un par meses atrás se dio el primer paso hacia la profesionalización general de la actividad, la Selección despertó un interés inédito. Y en La Pampa hay más de mil futbolistas disputando una Liga que alcanza a todos los puntos de la provincia.
Santa Rosa no es la excepción. Los equipos de los barrios se multiplicaron y comenzaron a replicarse en los clubes, donde ya asoman las inferiores y se vislumbra un crecimiento aún mayor.
Pero antes, mucho antes de esta explosión, hubo un grupo de mujeres que dio el puntapié inicial en la capital pampeana. Hace más de 50 años, cuando el fútbol era prácticamente una exclusividad de los hombres, las pioneras santarroseñas marcaron el punto cero en la línea del tiempo.

 

Casadas contra solteras.
El primer partido formal de fútbol femenino en Santa Rosa se jugó el 30 de agosto de 1963. Fue un choque de casadas contra solteras en el estadio Mateo Calderón de Atlético Santa Rosa y tuvo tal repercusión que la experiencia se replicó en diferentes localidades.
La gestación del encuentro se dio en la agrupación "Estrellas del Sur", un grupo de vecinos de Villa Santillán que se había conformado para jugar partidos (masculinos) con equipos de otros barrios de la ciudad. La participación de las mujeres (esposas, novias, hijas o amigas de los jugadores) se acotaba, en ese momento, a la atención de la cantina en los diferentes encuentros.
Hasta que un grupo planteó la posibilidad de comenzar a entrenar. Se sumaron otras y en pocos días eran unas 30 las interesadas en ser futbolistas. La expectativa fue creciendo a punto tal que, para el estreno formal, se organizó un partido en cancha de Santa Rosa, con preliminar masculino incluido y con el objetivo de recaudar fondos para la cooperadora del Hospital de Zona.
"Casadas y solteras de Villa Santillán jugarán el 30", fue el título del diario LA ARENA del domingo 25 de agosto del '63, anunciando el partido y detallando cada una de las futbolistas que formarían parte.
En la tarde del viernes 30, según las crónicas, el Mateo Calderón (inaugurado pocos meses antes) lucía con "numerosos espectadores, ya que pocas veces una cantidad tan nutrida de aficionados concurre a presenciar encuentros de fútbol".
Las futbolistas -varias de ellas con pelucas (como se estilaba en la época)- salieron al campo bajo un cerrado aplauso y, cuando el árbitro José "Pepino" Dal Bianco dio la orden, comenzó el primer partido de fútbol femenino de la historia en la capital de La Pampa.
Amelia Pérez, Gloria Schaab, Rosa Schaab, Dora Saavedra, Inés Schaab, Dora Iturri, Mabel Ullúa, Marta Florez,
Marta Vandeputte, Amalia Ullúa y Zuly Córdoba integraron el equipo de solteras, dirigido por Tévez.
Del otro lado, bajo la conducción técnica de Gregorio Gigena, las casadas tuvieron a Eva de Venrdamini, Petrona de Pérez, Balbina de Tévez, Ofelia de Fraile, Aurelia Mayer, Elvira de Gatica, Blanca Bazán, Estela Caffarone, Elsa Domínguez, Elina de Gigena y Dolly Rodríguez.
"Resultó atractivo el match femenino", tituló LA ARENA el domingo 1º de septiembre. "Con un primer tiempo de acciones equilibradas, prevaleció en el segundo el juego de las solteras, que se impusieron por 2 tantos contra 0, con un gol en cada etapa", destacó la breve crónica, detallando además que cuando el encuentro estaba empatado, las solteras desperdiciaron un penal. "La gran afluencia de público se refleja en la recaudación obtenida, que fue de 63.881 pesos", agregó la nota.

 

Con Boca y River.
El duelo femenino -toda una rareza para la época- tuvo una repercusión inmediata en todo sentido. Las jugadoras gozaron de un reconocimiento social por prestarse a lo que era un "juego de hombres" con el fin de recaudar fondos para un bien común, y fueron varias las cooperadoras que intentaron repetir el duelo para recaudar fondos que fueran destinados a sus causas.
Y también empezaron a caer desafíos de otras localidades, donde el fútbol femenino también estaba floreciendo de manera informal. La mima crónica del día del encuentro en el Mateo Calderón da cuenta de una de esas invitaciones: "El equipo femenino de fútbol de Carro Quemado ha desafiado al ganador del match del viernes, de manera que el importante cotejo se jugaría en fecha a determinar".
Toay, Winifreda, Castex, Telén y Victorica fueron algunas de las localidades que visitaron las flamantes futbolistas, que formaron un equipo combinado con jugadoras santarroseñas y toayenses para tal fin.
Los éxitos de convocatorias continuaron y derivaron, ya en 1964, en una propuesta superadora, cuando el Club General Belgrano organizó un choque Boca-River de fútbol femenino en su cancha y convocó a las santarroseñas para jugar como preliminar.
El auge se fue aplacando poco a poco. Muchas mujeres se vieron obligadas a resignar sus ambiciones de deportistas cuando se casaron, fueron madres o dejaron la ciudad. Y para 1966 el equipo femenino de "Estrellas del Sur" se apagó definitivamente.
Las pioneras, sin embargo, quedaron en la memoria. Y -a su modo- sentaron las bases locales del fútbol femenino, que hoy es toda una sensación en La Pampa, el país y el mundo.

 

El primero del país en cancha de Boca.
El primer partido de fútbol femenino en Argentina se jugó, según los registros, cuarenta años antes del choque entre solteras y casadas que abrió el juego en Santa Rosa.
De acuerdo al diario Crítica, el 11 de octubre de 1923 se enfrentaron, en la antigua cancha de Boca, dos "teams femeninos" llamados Argentinas y Cosmopolitas. "Atrajo gran concurrencia el primer partido de football disputado por mujeres", agregó el periódico, destacando que unas seis mil personas (la mayoría mujeres) se acercaron a ver las acciones.
Las jugadoras, sin embargo, tuvieron que esperar -y luchar- casi setenta años (hasta 1991) para que la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) reconociera oficialmente a la actividad y comenzara a organizar un torneo.
En el medio hubo miles de futbolistas que pusieron el cuerpo para ser valoradas, entre ellas las integrantes de la Selección argentina que en 1971 jugó el Mundial de México, no reconocido por la FIFA.
Varias integrantes de aquel equipo nacional, que en tierras aztecas venció a Inglaterra 4 a 1 (terminó cuarto en el torneo ganado por Dinamarca), están por estas horas en Francia acompañando al actual seleccionado, que logró el primer punto para Argentina en mundiales y tiene la posibilidad de lograr el pasaje a segunda ronda. La historia se sigue escribiendo.

 


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