Jueves 25 de abril 2024

Vivencias del «Maravilla» pampeano

Redaccion 30/10/2020 - 21.40.hs

Daniel «Maravilla» Barragán, un peleador al cual el destino no le abrió los caminos o las decisiones propias de la juventud no le dejó verlo, le contó a LA CHUECA aquellas vivencias, cuando se vivió el boxeo en todo su esplendor en la zona sur en los primeros años de la década del ’90.

 

Recuerdos imborrables de alguien que lo vivió y lo disfrutó como pocos, pegando y recibiendo muchas veces a beneficio de alguna institución. «Hacíamos festivales boxísticos en Bernasconi y la zona, una fue en General San Martín a beneficio de la Escuela rural 247, para recaudar fondos, para que no se cierre la escuelita. No cobramos
ningún peso», recordó al comenzar la nota.

 

-¿Por qué te decían «Maravilla»?
-Porque justo estaba en pleno apogeo ‘Maravilla’ (Marvin) Hagler, es que pegaba y noqueaba, por eso me habían puesto ‘Maravilla’. Todos los compañeros tenían sobrenombre, como ‘Búfalo’ Ortíz, ‘Pantera’ Salamanca, ‘Mazazo’ Martínez, ‘El Gallo’ Quiroga, con quien hice la pelea a beneficio de la escuela. Fue la pelea de fondo, de seis round de 2 por 1, fue una pelea muy linda, los dos éramos jóvenes, le terminé ganando por nocaut, esa noche se juntó muchísima gente. El ‘Gallo’ era muy boxeador, muy estilista, tenía una vista bárbara, pero no pegaba fuerte, él sí hizo como 70 peleas.

 

Récord

 

Barragán dice, con orgullo, que es poseedor de todo un record. «20 peleas ganadas por nocaut y una por puntos. La vida no me dio la oportunidad como para seguir más, éramos de familia humilde, lejos de donde se manejan las cosas. Por ahí también cuando tuve la oportunidad no la supe aprovechar porque era muy joven» reflexionó.

 

«Nosotros entrenábamos en Bernasconi con cosas que nos había conseguido Lalo Pufil. Nos había conseguido protectores, cabezales, bolsas, guantes, hacíamos todo acá, entrenábamos cuando teníamos un rato libre, generalmente era a la tardecita, porque trabajábamos todo el día. El ‘Pantera’ había conseguido un ring, lo plantamos en el polideportivo que recién se estaba iniciando, ahí entrenábamos. Un día de entrenamiento se juntaban 50 personas a mirar, era la novedad, justo yo venía de la experiencia de Santa Rosa», contó

 

Por Santa Rosa

 

En la capital pampeana se enfrentó con boxeadores que estaban «muy afilados, tuve la oportunidad de conocer a Hugo Marinángeli (campeón argentino y sudamericano) y tuve la oportunidad de pelear con su sparring ‘El Potro’ Cabral. Teves y Espinosa me pulieron, tuve como seis o siete meses que no me dejaban subir al ring, me habían visto en peleas con boxeadores de ellos, vieron mucha potencia pero me faltaba técnica. Para las peleas a mi me traían de Santa Rosa, Córdoba, tuve la oportunidad de ir a Puerto Madryn, al Club Unión, a pelear con un chileno».

 

Recordó que en una oportunidad llegó un tal Bustos de Córdoba y organizó un festival, «ahí me trajeron a Carranza, un flaco alto que aparentaba tener un buen boxeo, ahí lo tuve al ‘Nino’ Bustos conmigo. Fue una pelea hermosa, lástima que fue cortita, me aguantó 12 segundos del primer round. Tuvo que ir al hospital pobre hombre, tuvo un nocaut terrible, es el que menos me aguantó. El que me dio un trabajo terrible fue ‘El Potro’ Cabral, tuve algún corte, alguna caída, pero en el tercer round lo pude voltear. Ahí me pusieron la ficha para ir a Puerto Madryn.

 

-¿Eras boxeador o peleador?
– Me parece que era peleador, pegaba retrocediendo y pegaba justo, aguantaba los golpes, por eso Espinosa estaba esperanzado en que iba a poder llegar a algo.

 

Anécdota

 

Barragán contó que su hermano que vive en Jacinto Arauz al igual que él ahora, «fue el eje fundamental, porque el día de la pelea tenía que firmar un permiso, él lo hizo en la primera pelea que hice en el galpón del ferrocarril, esa noche hubo 1.400 personas, todas las peleas que se hicieron acá en la zona era con muchísima gente».

 

Y cerró contando la historia con su padre, que no quería que boxeara. «La segunda pelea la hice también en Bernasconi con Enrique Sosa, un zurdo que me habían traído de Santa Rosa, yo caminaba para el lado que punteaba él y me las chocaba todas, ya me había hinchado un ojo, cuando termina el primer round miró hacia abajo y veo sentado, en la primera fila, a mi viejo, no sabía qué hacer, no quería que yo boxeara, se levantó y me dijo ‘¿Qué estás haciendo?’…No sabía que decirle, solo me salió ‘boxeando’ y me replicó: ‘Que estás haciendo que caminas al revés el ring, es zurdo, caminá para el otro lado y cruzalo’. Y sí, le caminé en contra, lo crucé y lo mandé a la lona, como me había dicho mi viejo. De ahí mi viejo siempre fue el número uno en la primera fila».

 

La cartelera a beneficio

 

El sábado 13 de noviembre de 1993 se llevó a cabo en General San Martín un festival de boxeo y baile, a total beneficio de la Escuela Rural 247. La programación anunciaba 11 peleas, con boxeadores de San Martín, Bernasconi, Santa Rosa y Guatraché, cerrando la noche Daniel «Maravilla» Barragan ante el local Víctor «Gallo» Quiroga. La cartelera se completó con estos cruces: Franco Schlaps vs. Edgardo Simson; Pedro Urrutia vs. «Topadora» Puchín Salamanca; Sergio Millacura vs. Oscar Alcaraz; Hugo «Torito» García vs. Rufino Moyano; Roberto Millacura vs. «Martillo» Olavarría; Leo «Búfalo» Ortiz vs. Fabián «Zurdo» Rojas; Tatu Viñas vs. Antonio Moyano; «Mazazo» Echeverría vs. Claudio Scheiber; y Víctor Ponce vs. Omar «Torito» González.

 


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