Pasarela de lolitas
Por TAMARA NOVELLE
Ya no se trata de suspirar por el chico que les gusta o hacer alguna travesura en el colegio. Ahora son cada vez más chicas las modelos lolitas que aspiran vestirse con ropas sugerentes, jugar frente a los flashes o ser aplaudidas por cientos de personas en una pasarela. La presentación de la joven Lakshmi Camila Colombero -que con tan sólo 11 años se ha convertido en la lolita argentina más joven, destronando a la bella Nicole Neumann- reavivó la polémica sobre la imagen seductora de niñamujer que la industria del entretenimiento, el espectáculo y el modelaje explota. La exhibición erótica y sexy en niñas no es un fenómeno nuevo y de hecho se las denomina lolitas en referencia a la obra literaria de Vladimir Nabokov escrita hace más de sesenta años. Vale recordar que hace cuatro años Canal 13 realizó un reality basado en la búsqueda de lolitas de 16 a 20 años al que se presentaron más de 3.500 aspirantes. Es decir, el caso de Camila no es un hecho aislado. Es más, en el caso de la cordobesa, el entorno cuida que el desarrollo profesional que se le avecina a la chica no entorpezca su crecimiento natural, por lo tanto no parece haber tantos motivos para la preocupación. Lo que sí es evidente es que la edad de pequeñas que se muestran como mujeres fatales se reduce cada vez más y si hace quince años nos asombrábamos ante una Nicole Neumann que se subía con sus doce años a una pasarela, Camila ha llegado para quitarle el trono y convertirse en la lolita más joven de la Argentina, aunque por el momento sólo haga publicidades gráficas.
La contención es clave.
La problemática es compleja y si bien es fundamental la contención, asesoramiento y apoyo de familiares y representantes laborales, muchas veces suele vincularse al fenómeno con el trabajo infantil, las alteraciones psicológicas que puede provocar en niñas que se exhiben como adultas el abuso laboral. Lakshmi Camila Colombero tiene 11 años, pero su cuerpo parece de una joven veintiañera. Mide 1,78 metros, y sus medidas perfectas 90-60-90 la han convertido en la modelo lolita más joven de la Argentina. Se muestra feliz en cada una de sus apariciones públicas y asegura que siempre soñó con dedicarse al modelaje. Manifestó ser abanderada en representación del sexto grado que cursa en una escuela de Córdoba y si bien siempre le gustó el maquillaje, cambio de vestuario y tacos altos, afirmó que aún le sigue divirtiendo jugar con las muñecas. “Le pedí a Dios que quería ser modelo o actriz y como los niños no tenemos pecados Dios me dio la posibilidad de estudiar bailes como el hip hop, la danza árabe y después concurrir a una escuela de modelaje en Córdoba”, afirmó con inocencia Camila al referirse a su carrera artística. Lakshmi fue descubierta por Klaudio Fernández Pujol, uno de los titulares de Hadra Models Agency, en la ciudad de Córdoba, cuando cerraba la pasada de las teens del desfile de la escuela de modelos donde trabajaba la niña. “La vi, me llamó la atención su belleza, visualicé a sus padres, les comuniqué que me interesaría trabajar con ellos y aceptaron todas las condiciones. No imaginé que tenía once años, no estaba pensando en la edad, parece una chica más grande. Me sorprendió mucho, pero le gusta este trabajo, la divierte y nadie la presiona a nada. Lo hace porque quiere”, aseveró el empresario que desestimó que se haya tratado de un golpe de efecto por la juventud de la pequeña para una mayor promoción de la agencia.
Qué dice la ley.
No existe en la Argentina una legislación regulatoria en cuanto al trabajo de lolitas, pese a que hubo varios proyectos legislativos. Tampoco hubo antecedentes que hayan impedido en el país este tipo de labores por considerarlas trabajo o explotación infantil. Fernández Pujol explicó que la agencia que representa “trabaja con un estudio jurídico y todos los contratos están encuadrados dentro de la ley. Lakshmi siempre está acompañada de sus padres, los contratos por ahora son para campañas gráficas y se respeta absolutamente la cláusula de Minoridad que indica que puede trabajar sólo cuatro horas diarias para una campaña y que el horario no supere las 20, por lo que no cabe ninguna violación a las leyes. No considero que haya trabajo o explotación infantil, son acusaciones infundadas”, indicó. Además, el representante de la joven destacó que “siempre estamos en constantes conversaciones con los padres y Lakshmi se lo toma como un juego, y esto se nota cuando uno ve cómo se prepara para las fotos, cómo se maquilla, ella lo disfruta. Tiene una altura y un cuerpo que no es usual en una niña de 11 años y por ello la imagen quizá parezca de una chica más grande y la indumentaria que muestra sea para más adolescentes, pero ella sigue siendo una niña jugando”.
El modelo de Nicole.
Mientras Lakshmi aseguró que trabajará para ser “una modelo mucho más completa que Nicole Neumann”, la joven Neumann que acaba de convertirse en madre de Indiana indicó que no desearía que su pequeña hija siga sus mismos pasos. La modelo almorzó a mediados de setiembre con Mirtha Legrand, a quien le confesó: “Lo que tengo bien en claro es que no dejaré que sea modelo a los doce años, tal vez después de los dieciocho”. Nicole varias veces señaló que de joven vivió pendiente de vuelos, sesiones de fotos, desfiles y entrevistas y fue público el enfrentamiento que sostuvo con su madre por razones comerciales ya que además era su representante. En alguna oportunidad llegó a declarar que “si contase todo lo que me hizo, mi mamá se tendría que exiliar”. Es que si bien la modelo pudo llevar adelante una carrera llena de éxitos y reconocimientos, en varias oportunidades se refirió a los costos que significa tener que trabajar desde tan chica y que sus representantes durante más de una década hayan sido personas de su círculo más íntimo como su madre o sus ex parejas. La que sí apoyó a su joven hermana, de tan sólo 16 años, a que siga sus pasos es la modelo Dolores Barreiro. La pequeña Bernardita, que tiene la misma altura y rasgos muy similares a los de su hermana mayor, desfiló en la presentación de la última colección de Benito Fernández e hizo lo propio para Ricky Sarkany. Bernardita ya había participado en desfiles de marcas infantiles a los 12 y fue modelo gráfica de importantes firmas de indumentarias y diseñadores para teens. Pero recién a los 16 -la misma edad de Dolores cuando fue por primera vez chica de tapa- se subió a una pasarela para diseñadores de alta costura y todo pareciera indicar que la espera una prometedora carrera en el modelaje. La joven estudia jazz dos veces por semana y cursa el 4º año de la escuela secundaria. También descartó que la volvamos a ver en la pasarela hasta fin de año porque aseguró que hoy su prioridad son los estudios y quiere estar concentrada para terminar el ciclo. Dolores se mostró feliz con la pasada de su heredera y muy contenta de poder “mostrarle el camino, darle consejos y tratar de cuidarla en este medio que es un poco invasivo para una niña de 16 años. Porque Bernardita tiene 16 de nena, no de adolescente alocada”. Ya en 2002, Canal 13, junto a la productora Cuatro Cabezas, apostaron a la realización del primer reality para las adolescentes -de 16 a 20 años- que soñaban con subirse a la pasarela y ser tapas de revistas. Unas 3.500 chicas llegaron al casting de Super M 20/02 en el Hipódromo de Palermo. De ellas sólo quedaron seis finalistas y finalmente la mendocina Grisel Ponce de León fue la elegida. El programa contaba con un jurado de especialistas del mundo de la moda, entre ellos el reconocido representante de modelos Marcelo Piñeyro, quien en una de las emisiones le sugirió a una de las aspirantes “rebajar algunos kilos”, pese que que tenía un cuerpo delgado, lo que provocó fuertes críticas y acusaciones sobre fomentar enfermedades como bulimia y anorexia. Super M fue el semillero y de allí surgieron modelos que hoy son reconocidas internacionalmente como María del Cerro, Jazmín de Grazia y Agustina Córdova, entre otras.
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