Viernes 03 de mayo 2024

El gran año de Gasalla

Redacción 25/10/2009 - 21.49.hs
El actor critica la falta de espacios cómicos en TV y se entusiasma con Dos Hermanos que, dice con sorna, será su última película, ya que lo convocan cada 25 años.

Cincuenta y un años tuvo que esperar para que le llegara su primer papel protagónico en cine. Los años que viene ejerciendo su profesión que lo llevó a convertirse en un artista inigualable, con creaciones que forman parte del quehacer y la memoria popular. Su regreso al cine en un rol principal lo hará junto a Graciela Borges, un icono del cine nacional y con quien todos los actores sueñan alguna vez trabajar. Ambos serán los protagonistas de Dos Hermanos, la próxima película de Daniel Burman -director de El Abrazo Partido y Derecho de Familia-, cuyo rodaje comienza este lunes en Carmelo, Uruguay. Y cuyo estreno está previsto para abril de 2010. El cine era una cuenta pendiente en su carrera. El medio de expresión que para el artista seguía siendo "una cosa misteriosa", un terreno poco explorado. "Tengo muy pocas películas en mi vida. A mí la vida me enseñó que ya puedo esperar cualquier cosa. Desde que comencé a trabajar, un montón de cosas las hice porque las quería hacer y con la fuerza del motor de querer hacerlas. Otras, la vida te las va regalando. Aunque a mí no me regaló tantas cosas del cielo, digamos. La Tregua fue una. Esperando la Carroza, otra. Pero en el teatro es donde me muevo con más comodidad, la cosa se hace más familiar y llevadera. El cine, para mí, no deja de ser como una gran intriga, no solamente de cómo me va a salir hacerla o cómo va a ser el vínculo con todos los que hacemos la película, sino con lo que pasará después, si la gente va a querer ir a verla". En este film, Gasalla interpreta a Marcos, un orfebre culto y delicado que cree hallar la liberación el día que muere su madre -que interpreta la actriz Elena Lucena, a sus 95 años-. Pero a los 64 años, presionado por cuestiones familiares no resueltas, tiene que abandonar Buenos Aires y emprender el exilio a un pequeño balneario uruguayo. Allí aparecerá su hermana interpretada por Graciela Borges-, que se convertirá en su único sostén para seguir adelante. Los dos están solos, se necesitan, pero a la vez, se odian. El vínculo entre ambos es el nudo de esta historia fraternal y profunda basada en la novela Villa Laura, de Sergio Dubcovsky.

 

Aguantar y aguantar.
"Mi personaje puede ser que tenga algo que ver conmigo -duda-, pero es un tipo muy metido para adentro, la vida no ha sido tan generosa con él. Es un personaje muy apocado, muy tímido, y yo la verdad, si fui tímido alguna vez, ya me curé. Yo tengo más autonomía, soy más inaguantable. El personaje tiene una gran paciencia, pero no es un mérito maravilloso, está acostumbrado a aguantar y a aguantar. Y tampoco se rebela tanto en la película, lo que pasa es que por ahí acepta algunas cosas que tal vez de entrada le parecían espantosas y que va modificando para modificarse él". Numerosas veces habían imaginado con Graciela Borges trabajar juntos. Cada vez que se veían quedaba flotando en el aire la frase "tenemos que hacer algo juntos". Pero el sueño nunca se terminaba de hacer realidad. El cine ahora los juntó y él se muestra muy feliz: "Trabajar con Graciela, para un actor argentino, es como llegar a un lugar muy particular. Graciela es prácticamente el cine argentino, es una mujer de una gran belleza y creo que con el tiempo se fue asentando como actriz y ha dado últimamente unos trabajos increíbles. Es mi primera película con un rol importante, diría que protagónico, junto con ella, y también es una gran responsabilidad. Espero estar a la altura de las circunstancias", se esperanza Gasalla.

 

"Es una dupla insólita".
También considera que la pareja protagónica que comparte con Graciela Borges va a dar que hablar. "Creo que la dupla que hacemos con Graciela es bastante insólita -opina-, porque no es muy común. Eso puede generar un poco de intriga y creo que la película tiene un montón de sensaciones. Hay un poco de humor, mucho sentimiento, un poco de ciertas crispaciones de las cosas que les pasan a ellos y fundamentalmente creo que muestra un vínculo que todos conocemos, que es la cosa fraternal. Yo estoy haciendo una obra de teatro que habla de una familia y entendí que uno tiene un vínculo muy intenso con sus padres y con sus hermanos, pero ya después de la vida de la convivencia familiar cada uno agarra su camino y pareciera que la familia queda guardada como en algún cajón. Yo, que tengo un hermano, sé que uno con un hermano no se termina de conocer casi nunca, por conocerse tanto, por tener tantas cosas en común. Por haber tenido los mismos padres parece que todo está sobreentendido, pero de golpe, cuando uno es adulto, cada hermano crece para un lado o para el otro". El viernes pasado Gasalla viajó a Uruguay para ponerse a las órdenes del director y comenzar a transitar por esta nueva experiencia. "El cine, para un actor de teatro, es algo especial, porque te lleva por el mundo, uno puede viajar o viaja la película", dice. Para poder dedicarse de lleno al rodaje, el pasado 18 de octubre finalizó las funciones de Más Respeto que soy tu Madre, en el teatro Metropolitan, que retomará el 11 de diciembre en el teatro Neptuno de Mar del Plata. "Siento que estoy empezando a filmar mi última película. Yo hago una cada 25 años, entonces no creo que dentro de 25 años esté en condiciones de filmar otra película", dice el cómico, con el sarcasmo tan propio de él. Para asumir su nuevo rol, tuvo que cambiar de aspecto físico: se cortó el pelo, se lo tiñó de rubio y se lo peinó para atrás. Cree que esa exigencia tuvo que ver con que su imagen está asociada a personajes muy fuertes, la mayoría de ellos, femeninos. "Los directores de cine tienen sus actores preferidos con los que siguen trabajando. Es muy difícil meterte en la cabeza de alguien. Y yo, como hago personajes tan raros, me parece que me tienen un poco de miedo -confiesa-. Primero me tiñen el pelo y después me lo peinan para atrás. Yo, para hacer de mí, tengo que tener el pelo para atrás" ironiza, explicando además por qué cree que no ha sido muy convocado para hacer cine a lo largo de su carrera. Gasalla está viviendo uno de los años más intensos de su carrera. En teatro lideró el año con Más Respeto que soy tu Madre, la obra más convocante de los últimos tiempos en la que además de actuar, dirige y realizó la adaptación del libro. En televisión trabajó con los dos conductores más importantes de la televisión: Marcelo Tinelli y Susana Giménez, entre los cuales debió decidir para ver con quién continuaba porque cada vez que aparece hay picos de rating (ver aparte). Y en cine le llega finalmente su primer protagónico. "Vivo el momento muy bien, como hay que vivirlo. El éxito genera muchas cosas internas y también un montón de cosas del afuera. Porque es gratificante, porque sabés que la gente gusta de lo que vos hacés. Ahora, yo no agrando más las cosas de lo que las cosas son. Me parece que los actores estamos acostumbrados a que somos el centro del mundo y que todo nos pasa a nosotros. Hay gente que con un éxito se pone inaguantable", dice con su clásica agudeza.

 

Con Su, hasta el fin.
Su plan para el resto del año es quedarse tres semanas en Carmelo para la filmación de la película que continuará en noviembre y comienzos de diciembre en Buenos Aires. Después, volverá a Mar del Plata con la obra Más Respeto que soy tu Madre, su gran éxito de este año. Y a la cual analiza: "Me parece que la obra tiene resortes para todos lados porque tiene cosas bastante procaces, tiene un humor muy directo que de golpe baja y se mete un poco más en los pequeños sentimientos. Cuando salgo después de la función se queda medio mundo. Las mujeres en general me abrazan y me dicen 'es mi familia', 'es igual a mi hijo', o 'a mí también mi hijo se me fue a vivir lejos', otra te dice 'yo me di cuenta que mi hijo es gay también por teléfono'. Y vos decís, no puede ser que todo el mundo tenga como un enganche, eso es lo que mantiene la obra". Finalizada la temporada de Mar del Plata, su intención es presentarla en algunas provincias del país. Con Susana Giménez seguirá haciendo el personaje de la Abuela todos los domingos hasta que la diva termine el programa de este año. "Cuando trabajás tanto tiempo y te das cuenta que permanecés en el recuerdo de la gente, te da una gran satisfacción. Es una gran responsabilidad. Porque hay una especie de parentesco extraño con la gente. Mucha gente sabe más de mí que mis parientes, en algún punto. Por suerte, los que te odian no vienen a decirte 'te odio'. Viene la gente que te quiere. Entonces estoy recibiendo todo el tiempo cosas buenas del público. Yo hago personajes que, por una cosa o por otra, calan hondo en la gente".

 

Marcela Korzeniewski

 

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