La derecha israelí quiere “una Gaza sin palestinos”

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) no tiene un plan de respaldo para financiar a su Agencia para los Refugiados Palestinos (Unrwa), después de que los donantes pausaran su financiación, reconoció el portavoz del organismo, Stéphane Dujarric. “Realmente no hay un plan B”, respondió Dujarric durante una reunión informativa, cuando le preguntaron si el organismo podía asegurar la financiación de la Unrwa. Y recordó que la ONU funciona sobre la base de contribuciones voluntarias y no puede imprimir dinero.

 

El jefe de la Unrwa, Philippe Lazzarini, había anunciado el viernes que Israel compartió con la agencia datos sobre la supuesta implicación de algunos miembros de su personal en el ataque del grupo islamista Hamás contra territorio hebreo y prometió que serán juzgados si se comprueba su complicidad.

 

Sin embargo, una decena de países, entre ellos Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia e Italia, anunciaron que suspenden la financiación a la Unrwa. Mientras tanto, unas 20 organizaciones humanitarias instaron a mantener la financiación de la Unrwa para “ayudar a los palestinos a sobrevivir una de las peores catástrofes humanitarias de nuestros tiempos”.

 

El 7 de octubre, Hamás atacó Israel desde la Franja de Gaza, causando unos 1.200 muertos, unos 5.500 heridos y capturando a 250 rehenes. En represalia, Israel inició ataques masivos contra instalaciones civiles en Gaza, impuso un bloqueo total al enclave palestino y cortó el suministro de agua, alimentos, medicinas, electricidad y combustible.

 

El 27 de octubre, Israel lanzó una incursión terrestre a gran escala en Gaza, que ya provocó más de 26.600 muertos y unos 65.400 heridos.

 

“Gaza sin palestinos”.

 

En este contexto, sectores de la ultra derecha reclaman al primer ministro Benjamín Netanyahu que las Fuerzas Armadas israelíes expulsen definitivamente a los palestinos de la Franja de Gaza para construir nuevos asentamientos judíos en el territorio costero. Estos sectores celebraron el 28 de enero una reunión multitudinaria en un auditorio de Jerusalén bajo el lema de “Los Asentamientos Traen Seguridad”, con presencia de cientos de colonos judíos que residen en asentamientos de Cisjordania y funcionarios del actual gobierno, entre ellos los ministros de Seguridad Itamar Ben-Gvir, y de Economía, Bezabel Smotrich.

 

Según una crónica publicada por el The Wall Street Journal, el rabino que presidió la ceremonia, Eitan Cahn, comentó su visión para el futuro de Gaza: una ciudad verde de alta tecnología que atraiga a residentes judíos y turistas extranjeros. Se llamaría “Nueva Gaza” y estaría libre de habitantes palestinos. “La única manera de tener paz es que los árabes no estén allí”, dijo el rabino durante el acto.

 

Los organizadores del acto también presentaron mapas con nuevos asentamientos proyectados en Gaza. “La multitud se puso a bailar al son de canciones patrióticas, mientras proyectaban imágenes de soldados israelíes en Gaza blandiendo carteles que decían que habían vuelto a la franja para siempre. Los participantes afirmaron que animarían a los palestinos a abandonar su enclave”, afirmó el diario estadounidense.

 

Controversia.

 

En el acto a favor de los asentamientos, el ministro de Seguridad, Ben-Gvir, se sumó al baile y desafió a Netanyahu para que adopte “decisiones valientes”. Consultado sobre el acto para promover el reasentamientos en Gaza, Netanyahu respondió que sería una decisión política que su gobierno aún no evaluó, mientras varios referentes políticos cuestionaron duramente aquella muestra pública de apoyo a una nueva ocupación total de Gaza.

 

“La participación de ministros y miembros de la coalición en la conferencia de ayer perjudicó a la sociedad israelí durante la guerra”, advirtió Benny Gantz, jefe del partido de centroderecha Unidad Nacional y miembro destacado de la coalición de gobierno: “hirieron nuestra legitimidad internacional y perjudicaron los esfuerzos para crear un marco que permita repatriar a los rehenes”. Yair Lapid, principal político de la oposición israelí, también consideró a la conferencia como “dañina” y la calificó “una vergüenza para Netanyahu”.

 

Israel retiró unilateralmente sus asentamientos de Gaza en 2005, en parte porque se consideraban un lastre para la seguridad y como forma de impulsar las negociaciones de paz con los palestinos. La medida fue considerada un duro golpe para el movimiento ultraderechista de colonos, que desde entonces ha prometido reconstruir los asentamientos algún día.

 

(Sputnik)