Miércoles 01 de mayo 2024

El papa canonizará a Mama Antula

Redacción 11/02/2024 - 00.18.hs

La beata María Antonia Paz y Figueroa, más conocida como Mama Antula, se convertirá en la primera santa argentina tras ser canonizada por el Papa Francisco en una ceremonia que se llevará a cabo hoy en la basílica de San Pedro, de la Ciudad del Vaticano, en la que estará presente el presidente Javier Milei.

 

Se espera la presencia de unos 500 argentinos, entre los que se van a encontrar el presidente y una comitiva de empresarios, mientras que de la ceremonia también tomarán parte participarán también el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Ignacio García Cuerva, y el obispo auxiliar de La Plata y secretario general del Episcopado, monseñor Alberto Bochatey.

 

La ocasión servirá para que el Papa Francisco reciba a Milei, en lo que podría ser una reunión para descomprimir desencuentros por críticas al Santo Padre del mandatario libertario antes de llegar a la presidencia.

 

Milagro.

 

En octubre pasado el Papa aprobó el milagro atribuido a la beata Mama Antula y le dio impulso definitivo a un proceso de canonización que había arrancado en 1905. Mama Antula había sido beatificada en 2016 en la provincia de Santiago del Estero luego de que el Papa autorizara la publicación de un milagro por la sanación de una religiosa de las Hijas del Divino Salvador, quien habría recuperado la salud en 1904 por intercesión de la fundadora y madre espiritual de esta congregación.

 

En ese momento se trató de una cura sin explicación médica a la hermana Rosa Vanina, una religiosa del instituto de las Hijas del Divino Salvador, y de acuerdo a la documentación que consta en la causa de canonización, fue una colecistitis aguda, con todos los síntomas del shock séptico, que en aquella época, sin antibióticos, era mortal, pero la hermana Rosa se recuperó rápidamente, en una prueba que según el Vaticano demostró ser un milagro.

 

Mama Antula es una virgen, laica consagrada, fundadora de la Casa de Ejercicios de Buenos Aires.

 

Tras la expulsión de los jesuitas del país, fue de ciudad en ciudad por las regiones pobres del nordeste argentino promoviendo ejercicios espirituales según el espíritu ignaciano. (NA)

 

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