Lunes 15 de abril 2024

"Debemos rechazar el racismo"

Redacción 21/09/2016 - 01.12.hs

En su último discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama atacó ayer al "nacionalismo agresivo", el "populismo crudo" y la política de "hombres duros", tres fuerzas que para él están dividiendo al mundo y atentando contra "la integración de una economía global".
Fiel a su estilo diplomático, el mandatario estadounidense no dio nombres propios, pero quedó muy claro que se refirió al triunfo del Brexit en Reino Unido, al ascenso electoral del agresivo y polémico Donald Trump en su país, y al liderazgo del presidente ruso Vladimir Putin, siempre desafiante con las potencias occidentales.
En un extenso discurso, en el que hizo un recorrido de la situación actual en el mundo y recuperó algunos de las victorias y errores de sus ocho años en la Casa Blanca, Obama se concentró en defender la globalización, pero pidió "una corrección en el curso" que está adoptando, según la agencia de noticias EFE.
"Estamos viendo que las mismas fuerzas de la integración global que nos hicieron más interdependientes también exponen las fallas profundas del actual sistema internacional", que permiten una desigualdad cada vez mayor entre los más ricos y los más pobres, según el mandatario, el tercero en hablar en esta nueva cita diplomática mundial.
"Esta es la paradoja que define al mundo hoy (...) Pero la respuesta no puede ser un simple rechazo a la integración global. Debemos garantizar que los beneficios de esta integración sean compartimos de manera más amplia", agregó.
En ese sentido, Obama fue tajante, "debemos rechazar todas las formas de fundamentalismo o racismo o la creencia de una superioridad étnica", reclamó desde el atril de la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
Y acto seguido sumó otra advertencia con mucha resonancia política actual: "El mundo es demasiado pequeño para que nosotros simplemente construyamos un muro y queramos que eso no afecte a nuestras sociedades (...) Una nación rodeada por muros sólo se encarcela a si misma".

 

Ban Ki-Moon.
En su última intervención como Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon criticó con dureza a los "poderosos patrocinantes" de ambas partes del conflicto en Siria, a los que acusó de tener "sangre en las manos" por "alimentar la máquina de la guerra" en ese país, donde, dijo, "no hay solución militar".
Al mismo tiempo, denunció las matanzas perpetradas en Siria, defendió la necesidad de una transición política en el país árabe y defendió que el futuro del país no puede depender únicamente del destino de su presidente, Bashar al Assad.
"En esta sala están presentes, hoy, los representantes de gobiernos que ignoraron, facilitaron, financiaron y participaron -y hasta planearon y ejecutaron- las atrocidades que, desde todos los bandos, acarreó el conflicto sirio a los civiles sirios", acusó, sin mencionarlos.
"Muchos grupos mataron a muchos inocentes, pero ninguno más que el Gobierno de Siria, que sigue lanzando barriles explosivos en barrios y que sistemáticamente tortura a miles de detenidos", dijo Ban, informó la agencia de noticias EFE.

 

Temer.
También participó de la Asamblea el presidente de Brasil, Michel Temer, quien defendió la legalidad de la destitución de la ex jefa del Estado Dilma Rousseff, un proceso al que juzgó como una "muestra para el mundo", fustigó el proteccionismo de los países desarrollados y destacó, como forma de cooperación para el planeta, el acuerdo de control nuclear mutuo en vigencia hace 25 años con la Argentina.
Las delegaciones de Ecuador, Costa Rica, Bolivia, Venezuela, Cuba y Nicaragua abandonaron el debate de la Asamblea General de las Naciones Unidas cuando Temer debía iniciar su discurso, en señal de repudio.
La delegación de Ecuador, encabezada por el canciller Guillaume Long, y el embajador del país en la ONU, Horacio Sevilla, dejaron la sala junto a las delegaciones de los otros países, señaló el diario ecuatoriano El Telégrafo.
También hubo protestas de brasileños residentes en Nueva York que levantaban pancartas de "golpista".
En su discurso, Temer destacó que en Brasil se defiende el compromiso democrático y rige el Estado de Derecho y explicó el proceso que lo llevó a la primera magistratura luego de que el Senado, con su apoyo, destituyera a Rousseff en juicio político hace 21 días. (Télam)

 

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