Viernes 12 de abril 2024

Lluvias dejaron 179 muertos

Redacción 12/07/2018 - 01.16.hs

El primer ministro japonés, Shinzo Abe, visitó el miércoles la región del oeste de Japón donde al menos 179 personas murieron en la última semana a causa de las inundaciones y los deslizamientos de tierra provocados por lluvias torrenciales.
Abe, quien anuló una gira por cuatro países, salió de Tokio por la mañana rumbo a la provincia de Okayama, una de las más afectadas, junto con Hiroshima.
El dirigente no hizo declaraciones y se entrevistó brevemente en privado con algunos habitantes que tuvieron que abandonar sus hogares ante las fuertes lluvias.
Además de los 179 muertos registrados, las autoridades dicen que no tienen noticias de al menos otros nueve ciudadanos, aunque los medios hablan de entre 50 y 60 desaparecidos.
"Hemos visto en los últimos años desastres relacionados con la lluvia mucho más mortíferos que antes. Debemos revisar lo que el gobierno puede hacer para reducir los riesgos", declaró el portavoz del ejecutivo, Yoshihide Suga, en rueda de prensa.
Según él, esta es la peor catástrofe por un fenómeno meteorológico que sufre Japón desde 1982. Miles de afectados están alojados en refugios brindados por las autoridades, mientras que otros acudieron a las casas de familiares. Muchos se preguntan cuál será su futuro.
En uno de esos albergues improvisados, el gimnasio de una escuela del barrio de Mabi, en Kurashiki, entre 20 y 30 personas estaban la mañana del miércoles sentadas o tumbadas por el suelo, cubierto de colchonetas. Otros cientos estaban fuera, limpiando sus casas.

 

Damnificados.
Hiroko Fukuda, de 40 años, huyó de su residencia el viernes por la noche sólo con algo de ropa y no regresó hasta el lunes. La planta baja estaba devastada desde el suelo al techo, el armario destruido y todos los tatamis desordenados.
"Conservábamos fotos en la sala de estilo japonés de la planta baja, muñecas tradicionales Hina para la fiesta de las niñas en marzo, y mis kimonos y mi furisode -un tipo de kimono de manga larga- quería que mi hija lo llevara", contó a la AFP con lágrimas en los ojos.
"Podemos aceptar perder los electrodomésticos, pero recuerdos como estos no", reconoció.

 

Operativo.
Unos 75.000 policías, bomberos, soldados de las Fuerzas de Autodefensa (apelación del ejército japonés) y guardacostas fueron desplegadas para socorrer a las víctimas.
De día, las búsquedas y los trabajos de limpieza continúan bajo un sol abrasador, con temperaturas de hasta 35º a la sombra, que durará probablemente al menos una semana.
El portavoz del gobierno pidió una "gran vigilancia" por el riesgo de insolación y de golpes de calor, así como de nuevos corrimientos de tierra.
Las inéditas precipitaciones registradas en solo tres días provocaron terribles inundaciones, riadas de barro y grandes daños que dejaron atrapados a numerosos habitantes.
Los bomberos enviados al barrio de Mabi comprobaron una a una las 2.000 casas invadidas por el agua, que ya habían sido inspeccionadas por los militares, para estar "absolutamente seguros" de que no hay supervivientes ni víctimas mortales en su interior.

 

Afectados.
Camiones de bomberos y otros vehículos de rescate llegaron a esta parte de Kurashiki, la más afectada. Los restos de barro apreciables en las fachadas muestran que el agua subió hasta el primer piso de las casas.
No fue posible hacer llegar víveres a todos los puntos, y decenas de tiendas de alimentación que normalmente abren las 24 horas del día quedaron totalmente arruinadas por las aguas. (AFP)

 

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