Lunes 15 de abril 2024

Se agrava la situación en el Amazonas

Redacción 22/08/2019 - 01.15.hs

La Amazonía está en llamas y las redes sociales hierven por denuncias contra la política ambiental del presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, que sospecha, sin embargo, que muchos incendios pudieron ser provocados por ONGs en "guerra" contra su gobierno. "Puede estar habiendo, sí, puede, no lo estoy afirmando, una acción criminal de esos oenegeros para llamar la atención contra mi persona, contra el gobierno de Brasil. Esa es la guerra que estamos enfrentando", dijo Bolsonaro en Brasilia, al tiempo que se realizaba en Salvador (Bahía, nordeste) una conferencia regional sobre cambio climático.
En la red Twitter, el hashtag #PrayforAmazonas (reza por la Amazonía) fue la primera tendencia mundial buena parte de ayer y al final del día marcaba 761-000 tuits, muchos críticos de Bolsonaro, un escéptico del calentamiento global, o preocupados por las implicaciones planetarias de los incendios. "La Amazonas proporciona un 20% del oxígeno que respiramos si no hacemos nada podemos quedarnos sin vida cada uno de los seres vivos, nosotros provocamos esto, y no ayudamos a solucionarlo lo más pronto posible", escribió una usuaria.

 

Deforestación.
Entre enero y el 19 de agosto se han registrado 72.843 focos de incendios forestales en Brasil, un 83% más que en el mismo período del año pasado, según el Programa de Quemas del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE). La causa del actual descontrol, según analistas, es el fuerte aumento de la deforestación: 2.254,8 km2 en julio, casi el cuádruple del mismo mes de 2018, según el INPE.
WWF-Brasil lamentó "la nueva tentativa del presidente Jair Bolsonaro de desviar el debate legítimo de la sociedad civil sobre la necesidad de proteger la Amazonía y, de combatir, en consecuencia, la deforestación que origina los incendios desproporcionados que asuelan al país y comprometen la calidad del aire en varias regiones".
Por su parte, el ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, sostuvo que los vientos fuertes fueron los causantes del fenómeno. "Tiempo seco, viento y calor hicieron que los incendios aumentasen mucho en todo el país", señaló Salles en su cuenta de Twitter.

 

Repudio.
El ministro de Medio Ambiente de Brasil, Ricardo Salles, fue abucheado ayer durante su participación en la Semana del Clima de América Latina y el Caribe, que cierra sus cortinas el próximo viernes en Salvador, capital del estado de Bahía (noreste). Las protestas incluyeron pancartas y gritos contra la conducción del Gobierno de Jair Bolsonaro en el sector medioambiental.
En mayo el ministro incluso anunció que cancelaría el encuentro, al argumentar que no sería necesario, porque Brasil había renunciado a ser anfitrión de la Conferencia Climática de las Naciones Unidas, COP 25. El mandatario brasileño amenazó con sacar al gigante sudamericano del Acuerdo de París sobre Cambio Climático.

 

Críticas.
Pero su discurso generó resistencias incluso en sectores económicos, preocupados por eventuales medidas de cierre de mercados en Europa. Para Antonio Carlos Magalhaes Neto, alcalde de Salvador, Brasil seguirá liderando la lucha contra el cambio climático, más allá del "discurso" del presidente brasileño.
"Tengo esperanza de que el gobierno federal no asuma una postura radical o exagerada para desconstruir esa agenda (ambientalista) tan importante. Si el camino es ese, que espero que no sea, pero si el camino es ese vamos a tener fuerzas políticas en el país que van a enfrentarlas", dijo el alcalde.
La reconocida ecologista y pedagoga brasileña Marina Silva criticó ayer la conducta de Bolsonaro, quien negó la existencia de deforestación en la Amazonia y responsabilizó a las ONGs de la quema en esa región. "El Amazonas está en llamas. El ministro del Medio Ambiente (Ricardo Salles) habla de noticias falsas y sensacionalismo", escribió la excandidata presidental en la red social Twitter.
Denunció que Bolsonaro afirma que "las ONG pueden estar detrás de esto. La falta de compromiso con la verdad es una patología crónica. Esta actitud irresponsable solo agrava la emergencia ambiental en Brasil", remarcó. (NA/Prensa Latina)

 

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