Jueves 25 de abril 2024

Suspenden política de fronteras abiertas

Redacción 15/09/2015 - 04.17.hs

Diez países europeos siguieron ayer el ejemplo de Alemania y restablecieron controles en sus fronteras o amenazaron con hacerlo para frenar el ingreso masivo de decenas de miles de desesperados refugiados que continúan avanzando desde las costas del sur del continente en busca de un futuro mejor.
Al mismo tiempo, una cumbre de ministros del Interior de la Unión Europea (UE) fracasó nuevamente en su intento por repartirse 160.000 refugiados en los próximos dos años, una cifra que representa apenas un poco más de un tercio de las personas que llegaron este año a través del Mediterráneo.
El desacuerdo fue fustigado por el presidente de la comisión para migración y asilo del Europarlamento, Claude Moraes, que consideró "vergonzoso" que "algunos de los países más ricos en el mundo no pueden unirse y ayudar a aquellos que huyen de la guerra y de la persecución en Siria y en otros lugares".

 

Sin acuerdo.
Los ministros del Interior de la UE se reunieron en Bruselas y sólo pudieron ratificar el acuerdo sellado en julio pasado para repartirse un poco más de 32.000 refugiados y de llegar a los 40.000 antes de fin de año, informó la agencia de noticias EFE.
En cambio, no lograron un acuerdo para recibir conjuntamente a los 120.000 refugiados restantes. Según adelantó la prensa europea citando fuentes de la UE, Polonia, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Rumania y Letonia fueron los países que se opusieron a la iniciativa.
Los mismos ministros volverán a intentarlo el 8 de octubre próximo en una nueva cumbre regional.

 

Bloqueo.
A la falta de voluntad política demostrada ayer por la UE en Bruselas, se sumó las decisiones individuales de los estados miembros de bloquear u obstaculizar el avance de los refugiados a través de sus fronteras.
Desde hace meses la ruta privilegiada de los refugiados que llegan escapando de guerras y conflictos en Medio Oriente comienza por tierra hasta Turquía, de ahí continúa por el mar Egeo y una vez en Grecia suben por el continente a través de los Balcanes, Hungría, Austria y, finalmente, Alemania o los países nórdicos.
Durante dos semanas, y pese a algunas interrupciones, estos países habían abierto sus fronteras para que miles de refugiados cruzaran diariamente y llegaran a los países más ricos del continente, donde los recibieron cientos de ciudadanos con carteles de bienvenida.
Sin embargo, en apenas 24 horas muchos de estos mismos países cerraron o levantaron controles en sus fronteras y dejaron en vilo a los miles de refugiados que siguen avanzando desde el sur europeo.

 

Hungría.
Ayer, Hungría terminó de sellar su frontera con Serbia con un vagón de carga rodeado con alambre de púas, mientras que Austria, Alemania, Finlandia, Holanda y Dinamarca movilizaron a cientos de policías para restablecer controles en sus límites territoriales.
Inclusive Eslovaquia, una posible alternativa a Austria para seguir camino a Alemania, movilizó a más de 200 policías a su frontera con Hungría para evitar convertirse en un nuevo lugar de paso para las decenas de miles de refugiados que ya avanzan desde Grecia y a través de los Balcanes.

 

Alemania.
Al anunciar domingo el restablecimiento de controles fronterizos, el gobierno alemán de Angela Merkel explicó que de ahora en más sólo podrán entrar al territorio desde Austria aquellos que tengan la documentación necesaria.
En otras palabras, todos aquellos refugiados que fueron registrados en algún otro país de la UE, como al desembarcar en Grecia o al pasar por Hungría o Austria, deberán volver a ese territorio, donde según el Acuerdo regional de Dublín deben pedir formalmente asilo político.
No está claro con cuánta rigidez hará cumplir Alemania los controles fronterizos y, de hecho, el Acnur, la agencia de la ONU para refugiados, ya advirtió en un comunicado que estas últimas medidas podrían dejar en un "limbo legal" a muchos de los recién llegados de África y Medio Oriente.
En el primer día la policía alemana estableció puestos de control móviles en las principales rutas que unen al país con la vecina Austria y paró azarosamente a cientos de autos. En algunos cruces llegó a haber colas de hasta 20 kilómetros.

 

Trenes.
Además, los oficiales germanos detuvieron a todos los trenes que venían desde Austria, bajaron a todos los refugiados en la primera estación después de la frontera y los transportaron en colectivos a centros de recepción ubicados en distintas partes del país, según informó la cadena de noticias CNN.
Pese a los controles, alrededor de 1.000 refugiados llegaron al estado alemán de Baviera, fronterizo con Austria, según informó la policía local a la cadena de noticias France24, un número sin embargo muy inferior al que ingresó al territorio en los últimos días.

 

Nueva ley.
La situación fue completamente distinta en la frontera entre Serbia y Hungría.
Conscientes de que a partir de las cero horas de hoy martes Budapest comenzará a hacer regir una nueva ley que convierte en un delito con pena de prisión la entrada ilegal al territorio, miles de refugiados cruzaron ayer a Hungría. (Télam)

 


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