Viernes 22 de marzo 2024

Destacan playas de Las Grutas

Redaccion 26/01/2020 - 21.20.hs

Un sitio canadiense de viajes llamado FlightNetwork, eligió por segunda vez a Las Grutas como la playa más linda de Argentina. Según este portal, la playa rionegrina es una de las 50 mejores de Latinoamérica.
Según informó el diario Río Negro, el sitio seleccionó a la playa patagónica luego de hacer una encuesta entre periodistas, blogueros, editores y agencias de viajes. Ante ello, y por tratarse de la segunda vez que el portal concede semejante distinción, el suplemento Voy del diario Río Negro señaló los cinco principales factores que hacen de esta playa un destacado atractivo turístico.
En ese ranking, la agradable temperatura de sus aguas es, para Voy, el elemento principal. «Bañarse en aguas calentitas parece imposible cuando brotan de una postal patagónica. Pero no. Acá el mar no está para refrescar la vista. Al contrario», sostuvo Voy.
Esa agradable temperatura del agua, mucho más cálida que en el resto de las playas patagónicas, es consecuencia de «el sistema de mareas, que hace que dos veces al día el lecho marino quede al descubierto y el sol abrase cada rincón». Al subir la marea y avanzar sobre el lecho caliente, el agua absorbe gran parte de esa temperatura.

 

Mareas.
Una característica distintiva de Las Grutas es el amplio rango de mareas que presenta. Quienes han visitado la playa conocen de esta enorme oscilación: en la bajamar, la línea de costa se retira hasta 200 metros, mientras que en la pleamar, las olas prácticamente golpean contra el acantilado costero.
En la bajamar, en algunos lugares el agua queda atrapada creando pozones o lagunas que chicos y grandes siguen aprovechando, para bañarse. «Allí también palpita la vida, porque se ven cangrejos, esponjas, algas, pulpitos, estrellas…las pequeñas especies que habitan en lo profundo, y acá se muestran sin reparos».
«Cuando el mar sube, todo cambia. En algunas bajadas, incluso, la playa queda cubierta por completo, sin espacio para que la gente acampe. Y hay que esperar que la pleamar descienda para volver a recuperar un lugar en la arena», comentó Voy.

 

Restinga.
La «restinga» es una extensión de piedra queda al descubierto cuando el mar desciende, y es una de las particularidades de Las Grutas. Una parte encuentra frente al sector donde están las grutas que dan nombre al lugar. El otro sector se halla más al sur, a la altura de la bajada 7.
«Caminar por esa zona llena de accidentes y recovecos donde la espuma queda atrapada, es un raro privilegio que aquí se da diariamente. Y algo tan simple como un paseo por la playa puede convertirse en toda una aventura al ver animalitos y vegetación marina, como si las rocas fueran un museo al aire libre», describió el diario patagónico.
La diversidad de playas que conviven en los distintos rincones del balneario y en plantas urbanas vecinas, como San Antonio Oeste y el Puerto San Antonio Este, es otro atractivo de la zona. «La oferta es inagotable. Desde las playas céntricas reparadas por acantilados, donde pueden verse las grutas hasta las del acceso Norte, con un paisaje lunar, porque el barranco se muestra de un gris casi blanco por la caliza y la arcilla de la que está hecho», enumeró el diario.
Al sur está Piedras Coloradas, que sorprende con su arena densa y sus enormes rocas rojizas. Allí afloran rocas de enorme antigüedad, que forman el núcleo primigenio de la Patagonia. Hacia el sur de Piedras Coloradas, rumbo a la meseta conocida como Fuerte Argentino, se encuentran una sucesión de playas agrestes y solitarias que cautivan a los que buscan tranquilidad. A 65 kilómetros por ruta 3 hacia el norte, además, están los balnearios del Puerto, mientras que San Antonio, a sólo 15 kilómetros, también tiene mucho para ofrecer.

 

Fauna marina.
Un quinto elemento que destacó el suplemento es la enorme variedad de fauna que se puede observar, sin necesidad de recurrir a acuarios o zoológicos, como ocurre en otros lugares.
«El mar es un escenario que, durante las 24 horas, lo ofrece todo y sin limitaciones. Sólo basta que uno esté dispuesto a mirar, o a embarcarse para quedar inmerso en el mismo hábitat en el que conviven delfines, lobos, pingüinos y una enorme avifauna».
En el invierno y hasta principios de la primavera, incluso, a ellos se suman las ballenas francas, que llegan a la zona para reproducirse. Durante el resto del año, dos especies de delfín, los comunes y los oscuros, dos de lobo, los de uno y de dos pelos, y los pingüinos son los que le suman encanto al lugar. Los paseos para verlos de cerca se realizan en botes semirrígidos, que parten a diario y en distintos horarios, con grupos reducidos.

 


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