Lunes 08 de abril 2024

Habló la ex mujer del policía preso por el femicidio de Úrsula: «Se pudo evitar»

Redacción Avances 11/02/2021 - 07.36.hs

«La muerte de Úrsula se podría haber evitado con la primera denuncia contra el femicida, pero la Justicia no hizo nada”. Florencia Veloz es una mujer policía que está con licencia psiquiátrica desde mediados del año pasado, luego de sufrir violencia física y psicológica de parte del también policía Matías Ezequiel Martínez, el femicida que asesinó a puñaladas a Ursula Bahillo, de 18 años.

Según PAGINA 12, Florencia es tía de una niña que fue abusada sexualmente por Martínez, cuya detención –por ese caso—había sido solicitada en diciembre por el fiscal de la causa, petición que fue desoída por el juzgado a cargo.

 

Florencia, de 32 años, quien será una testigo clave en la causa por el femicidio de Úrsula, hizo un relato pormenorizado de la violencia sufrida durante el año y medio que duró su relación con Martínez. La mujer policía reveló que Úrsula, con quien ella se comunicó horas antes de que fuera asesinada, iba a aportar pruebas en la causa por el abuso sexual de su sobrina. Florencia sostuvo que hubo “encubrimiento policial” de Martínez, denunciado desde 2017 por un caso anterior de violencia de género.

 

Florencia aseguró que el femicida Martínez fue “amparado por un tío suyo, también policía”. En lugar de haber sido puesto en disponibilidad, siguió en funciones y lo trasladaron, para protegerlo, a una comisaría de Pergamino.

 

El informe preliminar de la autopsia, que se hizo en la Morgue Judicial de Junín, determinó en principio que la víctima presentaba entre 10 y 13 lesiones punzantes y cortantes en la zona del cuello, el torso y la espalda. Todo indica que el ataque comenzó de frente y continuó por la espalda, cuando Ursula trató de escapar para salvar su vida.

 

Matías Ezequiel Martínez, de 25 años, luego del femicidio, se “autolesionó” y estuvo internado en el Hospital General de Agudos San José de Pergamino, bajo custodia policial.

 

Florencia Veloz, que vive en 9 de Julio, fue compañera de Martínez, cuando la trasladaron en 2019 a la comisaría de Rojas, según relató en una entrevista con el diario Hoy Rojas. Ella está con “carpeta psiquiátrica” desde marzo del año pasado, como consecuencia de la tortuosa relación que tuvo con el femicida. “Tuve que pedir carpeta psiquiátrica porque ya no daba más”, dijo.

 

Ella, cuando comenzó la relación, sabía de la denuncia que había realizado, en 2017, la joven Belén Miranda, ex pareja del policía Martínez. “Como yo vivía en 9 de Julio, solo tenía comentarios de lo que había pasado en Rojas, pero sabía de su personalidad, porque mis compañeros, cuando se enteraron de mi relación, me dijeron ‘cómo te vas a meter con él”.

 

Reconoce que su error fue “apostar a que podía cambiarlo, lo aposté en mi cabeza, y al principio fue una relación normal”. Dijo que al principio pudo poner límites, pero luego Martínez “empezó a perseguirme, a querer saber dónde estaba cuando me iba a 9 de Julio, donde vivo con mi hija”.

 

Cuando comenzó la violencia hacia ella, sus compañeros “empezaron a advertir un cambio en mí, porque era una persona amigable que me reía con todos y se dieron cuenta que empecé a aislarme”.

 

Martínez le revisaba el teléfono y le borraba contactos. Ella accedió al principio porque “yo no ocultaba nada”. Después vino la violencia física. “Primero fueron golpes de puño, una vez me pegó tres trompadas en la cabeza y me dejó inconsciente en el piso de mi casa”, sostuvo.

Cuando recobró el conocimiento estaba sentada en una silla “y él estaba al lado mío, pidiéndome perdón”. Una vez la agredió en el móvil “cuando yo iba manejando. Me tomó de los pelos y me arrancó cabellos, todo porque yo no lo dejaba entrar a mi grupo de WhatsApp familiar”.

 

Florencia pudo defenderse y se dirigió con el móvil, con él a bordo, hacia la Comisaría de la Mujer de Rojas, para denunciarlo. “En la puerta de la comisaría me lloró, me imploró y no me dejó bajar” del auto.

 

La situación se agravó cada vez más y por mensajes “me denigraba como mujer y una vez me sacó el arma, que yo llevaba cargada, y tuve que decirle que me la devolviera porque se iba a mandar una cagada”.

 

Cuando ella quería terminar la relación, Martínez le decía que se iba a suicidar y hacía el simulacro con su arma reglamentaria. El punto límite fue “el caso del abuso de mi sobrina, en abril de 2020, que ella recién pudo dar a conocer el 24 de junio de ese año, porque él la había amenazado diciéndole que si hablaba me iba a matar a mí y a mi hija”.

 

En diciembre del año pasado, la víctima dio testimonio en Cámara Gesell y el fiscal Sebastián Villalba, de 9 de Julio, pidió la detención de Martínez por el abuso “pero el juzgado dijo que había que esperar” y siguió en libertad.

 

“Para mi sobrina no hubo ninguna contención de la Justicia y él siguió en servicio, portando su arma, hasta septiembre del año pasado, cuando ya se había hecho la denuncia por abuso”. Florencia habló con Úrsula pocas horas antes de que Martínez la asesinara. “Pobrecita, yo le agradecí porque ella me dijo que iba a aportar pruebas en la causa por el abuso de mi sobrina. A Martínez lo tenían que haber detenido en 2017, cuando se supo el caso de la chica Belén Miranda”. 

 

INVESTIGACION.

 

Los investigadores del femicidio de Úrsula Bahillo, la joven de 18 años asesinada de al menos 15 puñaladas el pasado lunes en la ciudad bonaerense de Rojas, analizaban hoy jueves toda la evidencia reunida hasta el momento para indagar por el hecho al exnovio policía de la víctima, Matías Martínez, a quien había denunciado en reiteradas oportunidades por violencia de género.

 

Fuentes judiciales informaron que la indagatoria del detenido se realizará entre hoy y mañana viernes por el fiscal de Junín a cargo del caso, Sergio Terrón, quien le imputa el delito de femicidio agravado por «alevosía» y «ensañamiento», al considerar que se aprovechó del estado de indefensión de la víctima y que buscó deliberadamente aumentar su sufrimiento.

 

Martínez (25), quien tras ser detenido por el hecho presentaba lesiones y quedó alojado bajo custodia en el Hospital General de Agudos San José de Pergamino, fue dado de alta ayer miércoles y trasladado a la comisaría de Conesa.

 

No obstante, durante el transcurso de la tarde de ayer miércoles se filtró la información sobre su paradero y vecinos se dirigieron a la seccional, por lo que para prevenir eventuales incidentes la Justicia dispuso el traslado del acusado a un lugar por el momento desconocido.

 

El policía está acusado de atacar a Úrsula el pasado lunes cuando, de acuerdo al resultado preliminar de la autopsia, la apuñaló primero por la espalda y, cuando ella intentó escapar, volvió a sujetarla para apuñalarla en el torso y en el cuello.

 

Según las fuentes, al momento del hecho el policía estaba con carpeta psiquiátrica.

 

Los restos de Úrsula fueron despedidos ayer miércoles a tarde por una multitud que acompañó el cortejo fúnebre desde la sala velatoria Casa Solari, de Rojas, al cementerio local.

PEDIDOS DE JUSTICIA.

 

A raíz del femicidio de Bahillo, el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, y el jefe de la policía bonaerense, comisario general Daniel García, dispusieron la intervención tanto de la seccional local como de la Comisaría de la Mujer de Rojas, mientras que Asuntos Internos trabajaba en «auditorías preventivas» en ambas dependencias, y los posteriores incidentes.

 

Asuntos Internos puso el foco no sólo en los incidentes producidos el lunes por la noche cuando hubo destrozos, disturbios y disparos de balas de goma frente a la comisaría cuando manifestantes reclamaban justicia por Úrsula, sino también en la actuación de la Comisaría de la Mujer en las denuncias que había formulado o querido realizar Úrsula en esa dependencia.

 

De acuerdo a oficios policiales a los que accedió Télam, la justicia de Paz de Rojas ordenó recién el mismo día del crimen y vía correo electrónico al municipio que le otorgara el botón antipánico a Úrsula pero nadie abrió el e-mail durante esa jornada y el dispositivo no le fue entregado a tiempo.

 

En los últimos días se dieron a conocer por redes sociales una serie de audios en los que Úrsula le relataba a amigas la violencia que el acusado ejercía sobre ella.

 

«Me dijo que me iba a matar», «no aguanto más», «tengo mucho miedo», «me arrancó todos los pelos» y «me re cagó a palos», son algunas de las frases que se la escucha decir quebrada en llanto a Úrsula en un mensaje de audio enviado a una amiga el 16 de noviembre del año pasado.

 

Úrsula fue hallada el lunes cerca de las 20.30 asesinada a puñaladas entre unos pastizales en un campo ubicado a la altura del paraje Guido Spano, a unos 13 kilómetros de Rojas, en el noroeste de la provincia de Buenos Aires.

 

Esa misma noche fue detenido Martínez, quien presentaba lesiones que se creen fueron auto provocadas y a raíz de lo cual quedó internado.

 

Se conoció, además, que el oficial tenía tres sumarios en curso en Asuntos Internos, uno de ellos por amenazar a una superior diciéndole: «Si me trasladan tiro una bomba.»

 

El femicidio de Úrsula derivó en marchas en reclamo de justicia y contra la violencia de género no sólo en Rojas sino también en La Plata y en la Plaza de Mayo frente a la Casa Rosada.

 

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