Martes 23 de abril 2024

Todo lo que tenés que hacer para evitar el botulismo

Redacción 16/07/2019 - 22.00.hs

Se acerca el Día del Amigo y muchas personas piensan en cómo planificar este encuentro con sus afectos más cercanos. En esta ocasión puede que se comparta una comida y, ya sea porque se celebra esta u otra ocasión especial, es importante conocer cómo se transmite y cómo se previene una enfermedad transmitida por alimentos de gran importancia para la salud pública: el botulismo.

 



El botulismo es causado por una neurotoxina producida por el bacilo Clostridium botulinum, una bacteria que se encuentra presente en el suelo y en el agua, que resiste las altas temperaturas y se desarrolla en ausencia de oxígeno, como ocurre principalmente en conservas, se informó desde Senasa.

 



El botulismo alimentario se produce cuando una persona ingiere alimentos contaminados con esta bacteria, envasados y esterilizados por técnicas deficientes, como puede darse en las conservas caseras o artesanales.

 



Los alimentos responsables de ese tipo de intoxicación son habitualmente de origen vegetal: chauchas, pimientos, morrones, berenjenas, espárragos, acauciles entre otros; y en menor frecuencia de origen animal, tales como mariscos y carnes de animales de caza en general. También se deben considerar los mixtos, con mezcla de origen vegetal y animal, generalmente preparados como escabeches con un ph final no adecuado (igual o mayor a 4,5) que permite el desarrollo y producción de toxinas del bacilo C. Botilinum.

 



Por otra parte, existe lo que se denomina “botulismo del lactante”, una enfermedad poco frecuente pero potencialmente mortal que afecta a niños menores de un año y resulta de la ingestión de la espora de la bacteria Clostridium botulinum a través de la miel.

 



Prevención y recomendaciones

 



Los consumidores deben descartar todo alimento que se consideren sospechoso, teniendo en cuenta las siguientes recomendaciones que indican alteración:

 



• Cambios en el color y/o la consistencia del producto.
• Olor desagradable o no característico.
• Turbiedad no habitual del líquido en este tipo de productos.
• Sabor anormal.
• Tapa hinchada (en estos casos, descartar sin remover la tapa).
• Si una lata está abollada sin haber recibido golpes, o rezuma espuma, debe tirarse a la basura sin ser consumida.
• Expulsión de gas al abrir los recipientes.

 



En cuanto a las recomendaciones, los principales consejos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) son:

 



• No consumir conservas sin etiquetas en donde se visualice el número de habilitación del producto y del establecimiento elaborador, denominación de la mercadería, fecha de producción y vencimiento, clase de producto y peso.
• Evitar el consumo de conservas caseras de vegetales, carnes, pescados y/ o mariscos de procedencia desconocida, de elaboración artesanal y que no cuenten con los Registro de Establecimiento Elaborador (RNE) y Registro de producto alimenticio (RNPA) correspondientes.
• Evitar dar miel natural a los bebés.

 


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