Martes 16 de abril 2024

Torturados de los Graiver se reunía con Magnetto

Redacción 06/09/2010 - 02.02.hs

Junto a Bartolomé Mitre y Patricio Peralta Ramos, el hombre fuerte de Clarín se reunía con los militares de la dictadura para armar los interrogatorios a realizarle a los Graiver por Papel Prensa.
Héctor Magnetto, el poderoso cabecilla del Grupo Clarín, se reunió al menos cuatro veces con los torturadores de la familia Graiver, quienes eran dueños de Papel Prensa, según informó ayer el diario Tiempo Argentino. El matutino accedió a documentos que vinculan al torturador de Lidia Papaleo de Graiver con el hombre fuerte del pulpo mediático.
Los cuatro documentos clave fueron producidos el 7 de abril de 1977, a las 10:30 y a las 16:30; y el 9 de abril del mismo año, a las 8:40 y a las 20.
El primer documento que publica Tiempo Argentino, del 7 de abril de 1977, lleva la firma del "oficial Superior Preventor Oscar Gallino". El militar estaba a cargo de la "investigación": un eufemismo para referirse a la sucesión de tormentos que se le practicó a toda la familia Graiver en el circuito Camps. El acta que refrenda revela que, mientras Lidia Papaleo era torturada, Gallino recibía "a los Directores y Asesores letrados de los diarios La Nación, La Razón y Clarín, quienes concurren con motivo de la adquisición del paquete accionario del Grupo 'Fundador' de Papel Prensa".
Según la nota, "Gallino era general de brigada. Un represor salvaje. Desde febrero hasta abril de 1976, había desempeñado el cargo de subdirector del centro clandestino de detención El Tolueno (en la fábrica militar de tolueno sintético) de la zona 4 (Campo de Mayo). Entre sus medallas de combate, se contaba la cacería de los militantes del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) que habían intentado copar el Batallón 601 Domingo Viejo Bueno, en Monte Chingolo".
"Antes de que Ramón Camps diseñara bajo las órdenes de Videla, el 'Operativo Amigo' -complemento del despojo accionario de Papel Prensa-, que culminó con toda la familia Graiver en la mesa de torturas, mantuvo una reunión en la Casa Rosada con el máximo dictador, los jefes del Estado Mayor, el director de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), el ministro del Interior y el jefe de la Policía Federal", sostiene el artículo.
"En ese cónclave de la cúpula del aparato represivo que azotó al país hasta 1983, se decidió -con la anuencia de Videla- que Gallino reunía los requisitos necesarios para convertirse en el 'oficial instructor', es decir, en el interrogador del caso Graiver. Los interrogatorios, en aquel tiempo, se hacían a punta de picana", añade el testimonio.

 

Los participantes
"Con ese tan eficaz como implacable jefe de torturadores se reunían, según los documentos que se reproducen por primera vez, 'los directores de Clarín, La Nación y La Razón'. Dicho así, con la frialdad del papel sumarial, también se oculta algo. ¿Quiénes integraban el directorio de esos diarios para la fecha en que la que los represores vejaban sexualmente a Lidia Papaleo de Graiver? Tiempo Argentino fue a buscar la respuesta al Boletín Oficial. Allí, para la Historia, quedaron registrados los nombres de los que participaban en las amigables tertulias con Gallino: Héctor Horacio Magnetto, Bartolomé Luis Mitre y Patricio Peralta Ramos", apuntó el diario.
En el otro documento, el del 9 de abril de 1977, Gallino volvió a dejar asentado que se reunió con "el secretario de Industria, Raymundo Podestá, los presidentes de los directorios de La Nación, Clarín y La Razón, que son los adquirentes del paquete accionario del "Grupo Fundador" de Papel Prensa, que representa el 26 por ciento del total del paquete accionario". ¿Cuál era el objeto de esas reuniones? Gallino lo dice: "Producir sendos informes." ¿Para qué servían esos "sendos informes"? También Gallino responde a eso. Da escalofríos reproducir su respuesta: "Se preparan los interrogatorios a tomar el once de abril de 1977." Lo dice el represor, el oficial preventor, el jefe de los torturadores de Puesto Vasco. Magnetto, Mitre y Peralta Ramos se reunían con el represor para "producir sendos informes" sobre Papel Prensa y luego, el militar Gallino elaboraba las preguntas.

 

Interrogatorios
"Otro documento secreto del Ejército Argentino revela cómo Gallino interrogaba a Isidoro Graiver. Le interesaba conocer los detalles del vínculo con su cuñada Lidia Papaleo, la minuta de las transacciones comerciales y, principalmente, obtener la información que necesitaran para destrozar a su grupo económico. Lo mismo ocurrió con Eva Gitnach de Graiver, la mamá de David, a quien sentaron frente al Consejo de Guerra para interrogarla: '¿Participó en la venta de acciones de Papel Prensa?' 'Sí', contestó. La llevaron a firmar la venta, pero no participó en las reuniones previas en que se decidió dicha venta", detalla el informe.
¿Cómo era el proceso? Todo quedó por escrito. "Gallino se reunía con Mitre, Magnetto y Peralta Ramos. Con ellos armaban las preguntas. El Consejo de Guerra Especial Estable número 2, del Comando Zona 1 (a cargo del I Cuerpo de Ejército, con asiento en Palermo, y jurisdicción sobre casi toda la Ciudad de Buenos Aires, la provincia de Buenos Aires y La Pampa), les "tomaba declaraciones" a los prevenidos, es decir, interrogaba a los secuestrados (los Graiver y sus empleados)".
Se realizaba una "prevención sumarial", es decir, un expediente, como resultado del interrogatorio tomado por "el Oficial Superior Preventor" (sí, Gallino). Y ese material, mientras quedaba registrado en el expediente del Ejército Argentino, también era remitido al juzgado que llevara adelante la causa, para blanquearlo -cuando la ocasión se presentara- ante el fuero judicial. En el caso de los Graiver, el operativo de "legalización" lo hizo el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Número 6, a cargo de Hugo Molteni (Secretaría Número 11, Ana Benaventano)

 

Botín de guerra
"La maquinaria asesina se entrelazaba con la económica. Además de controlar el movimiento, la información y hasta a los vendedores de Papel Prensa, a quienes tenían secuestrados, Gallino tuvo tiempo de abrir una cuenta en el banco para depositar los millones del botín de guerra. No sólo torturaban: además se quedaban con la plata de las víctimas", acota la investigación periodística.
Así quedó establecido en una carta que Gallino le envió al entonces presidente del Banco Central, en la cual solicitaba la apertura de una cuenta a su nombre, en la que se depositaran los cheques y se aceptaran los títulos y bonos. Fue el 13 de abril de 1977.
"Gallino se depositó $ 2.130.000 en efectivo y, en cheques (entre ellos del Banco Comercial de La Plata), $ 1.042.356,26; un total de $ 3.173.356, 26. Y hay más: les arrebató a los Graiver más dinero en efectivo, por U$S 21.071, 37; títulos y acciones en diferentes empresas", explica el artículo.

 


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